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Víctor Claros: "A nosotros el Gobierno no nos habló de ningún recorte presupuestario ni lo permitiríamos"

Miércoles, 17 de febrero de 2016 01:30
La inclusión, concebida como la oportunidad de estudio para los jóvenes de escasos recursos, fue el objetivo que atravesó la gestión de Víctor Claros que arrancó en 2010, reelecto en 2013 y que en un par de meses finalizará. Con esa idea movilizó a todo su equipo de trabajo. "Nada de esto se podría haber hecho sin el acompañamiento de todos los decanos y las diferentes autoridades, incluso con aquellos que no pensamos lo mismo, con discusiones y con disensos, pero siempre en equipo", aclaró el rector de la Universidad Nacional de Salta. Con semblante tranquilo y con el sentido del humor y la hiperactividad que lo caracteriza, hizo un alto en su agenda y recibió a El Tribuno en su despacho.
¿Qué balance hace de estos años de gestión?
Hemos hecho muchas cosas, pero nos quedan otras tantas por hacer. Sin embargo el balance es altamente positivo.
Yo vengo de un hogar muy humilde, mi madre era lavandera y vivíamos en un conventillo. A escondidas de ella lustraba zapatos para colaborar, y esto lo digo porque creo firmemente que la pobreza no debe ser un impedimento para acceder a la educación y por eso esta es una Universidad inclusiva. En mi caso sin educación pública nunca hubiera llegado. Por eso nos propusimos llevar la universidad al interior. Por ejemplo había una sede en zona sur Metán-Rosario de la Frontera que estuvo postergada 37 años. La había creado Martínez Borelli. Cuando llegamos nos encontramos con un serio problema con los jóvenes de esa zona. Fue la época de los suicidios, los chicos no tenían proyectos, se sentían defraudados, sentían que los habían charlado. Se había formado un comité de crisis y el gobierno provincial nos pidió ayuda. Nosotros fuimos y nos pusimos en contacto con los chicos y pusimos manos a la obra y arrancamos. Fue una experiencia exitosa ya tenemos graduados de las carreras que allí se dictan y así podemos dar muchos ejemplos. En estos proyectos tuvimos el fuerte acompañamiento de las autoridades nacionales, el ministro Sileoni y el presidente Néstor Kirchner.
¿Por qué no nos habla de la sede Santa Victoria Este?
A nosotros nos decían que era una locura llevar la universidad a Santa Victoria Este. Y yo decía pero por qué? Si son hermanos nuestros que les tocó nacer allá, en Santa Victoria, no en Salta Capital, ni en Córdoba ni en Buenos Aires, donde es más fácil acceder a los estudios superiores. Pareciera que ellos tienen que vivir solamente del río, de la caza, de las asignaciones universales. A pesar de las voces en contra nos propusimos llevar la carrera de enfermería que hoy es una verdadera solución para los hermanos de las comunidades, aún siendo estudiantes. Ahora ya tenemos un wichi y un criollo recibidos y entre el 8 y el 10 de marzo hay tres alumnos que rinden, dos wichí y un criollo, Así tendríamos a los primeros cinco recibidos que ya están ayudando a su comunidad, a sus hermanos que los vienen a buscar de todos los parajes de la zona. Además, la gente de las comunidades se siente más segura y cómoda cuando los atiende un hermano.
También llevamos la universidad a Cafayate. Algunos dicen que solo son 100 alumnos, pero esos 100 jóvenes no tienen otra oportunidad porque salen a las seis de la tarde de trabajar en los viñedos. En Orán por ejemplo había tres carreras, ahora son nueve. Todo esto lo marcamos porque si bien nosotros ya teníamos excelencia académica, y el prestigio de nuestros investigadores, pero esto no se podría haber hecho si el Gobierno nacional no hubiera aportado los fondos. Además hay que agregarle un orden administrativo muy importante en la universidad. En mis seis años, nunca tuvimos que ir a la Nación a pedir plata para pagar sueldos. Muchas universidades tuvieron que pedir, nosotros no, siempre estuvimos muy ordenados. Hay que reconocer que hubo una política nacional que acompañaba a las universidades, algunas se han beneficiado más que otras. Muchos reclamaban que había mucho dinero para las del conurbano o algunas recibían más porque estaban con el partido gobernante. Nosotros logramos las cosas con trabajo y prestigio.
¿Cómo fue el proceso de Medicina, tan ansiado por los jóvenes salteños?
Medicina, era casi imposible traerla, Jujuy y Santiago del Estero habían empezado las gestiones antes. Pero le dimos mucho auge a partir del 2013 y 2014. Había que viajar y hacer muchos trámites en Tucumán, porque la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) es muy exigente con Medicina sobre todo. Ahí nos planteamos entonces ser sede. Si así fue como nació la UNSa, siendo sede de Tucumán. Entonces por tres años, somos sede. En 2018 Medicina ya tendría que ser definitiva. Ahora ya se está abriendo el segundo año. Todo la carrera tiene un costo de 96 millones de pesos a valores históricos que se va actualizando a medida que se actualizan los sueldos.
¿Cómo está la cuestión de infraestructura?
En estos últimos años la universidad se hizo fuerte. Superamos los 100 millones de pesos en estructura. Por ejemplo el Palacio Zorrilla que había sido hasta una exgobernación, que fue sede del rectorado, estaba totalmente caído. Hicimos los reclamos correspondientes y llevamos a juicio a la empresa que hizo la construcción de al lado que dañó la estructura nuestra. Hoy es un lugar de primera. Alguien decía que había que venderlo. No, no había que vender nada. Además, se han hecho muchísimos laboratorios. Por ejemplo, en el caso de Humanidades, cuando nosotros llegamos nos encontramos con una carrera de comunicaciones exitosa pero que no tenía un laboratorio de televisión. Lo primero que pidieron fue una sala multiuso. Logramos hacerlo. Luego en el primer piso empezamos a hacer el laboratorio de televisión. Lamentablemente se está demorando mucho la empresa, pero ya imputé 800 mil pesos para ese laboratorio y además, me parece que vamos a tener que poner un millón y medio más en esa carrera para que de una vez por todas tenga todo lo que necesita.
¿Cuáles son las expectativas con el cambio de Gobierno nacional?
Antes de la segunda vuelta me sorprendió la visita de Esteban Bullrich, y estuvimos aquí reunidos un día sábado y hablamos mucho. Yo le dije de nuestra política de inclusión y le conté hasta de Santa Victoria Este y vi que había buen ánimo en esta tarea de seguir con universidades públicas. Incluso después salieron a decir que querían más y mejores universidades públicas. Nosotros ya estuvimos reuniones con las nuevas autoridades del CIN (Consejo interuniversitario nacional) y nos comentaron que se encontraron con algunas dificultades financieras, partidas que habían sido gastadas cuando eran para este ejercicio: pero nosotros pasamos un detalle de todo lo que se había habilitado y me dijeron que no había ningún problema siempre que se hagan las rendiciones como se han hecho durante toda mi gestión. Y esto me parece bien. Y si hay algunas universidades, como dicen por ahí, que había contratos y otras cosas, bueno, que actúe la SIGEN (Sindicatura General de la Nación). A nosotros cada tres meses nos visita la SIGEN. A veces nos felicitan otras veces nos hacen pequeñas observaciones. Pero es un organismo que está muy presente y me parece muy bien porque estos son fondos públicos. Pero nosotros no tenemos novedades, no nos hablaron de ningún recorte ni creo que lo permitiéramos. Pero, espero que las mismas políticas de estado que había antes, se mantengan y se mejoren.
Antes del balotaje, nos habíamos reunido en plenario los rectores porque sin bien se destina el 6,1 del PBI para la Educación Pública, a las universidades nos destinan el 1% del PBI, entonces hubo una petición a los presidenciables para que en 2020 sea del 1,5 y para el 2025 llegue al 2%. Esto sin saber quien iba a ser el presidente. Por el momento no tengo argumentos para decir que hay quitas. Así que yo no tengo ninguna novedad de que vayan a tocar los ingresos de las universidades ni creo que se lo permitamos. Lo que sí me gustaría saber es si las políticas van a seguir siendo de crecimiento en la educación y la ciencia.
¿Cómo está el tema becas?

Nuestra universidad destina casi el 25% de los gastos funcionales para becas. En 2015 nosotros dispusimos de 25 millones de pesos para becas de estudio, de comedor y de formación. Y esto lo hacemos porque vivimos en una zona de mucha vulnerabilidad social. Hemos habilitado el comedor de Tartagal. El de Orán empieza a funcionar en marzo, hemos habilitado ya el de Rosario de la Frontera, también en Santa Victoria y Cafayate.
¿Cuántos alumnos tiene la UNSa?
Terminamos diciembre con unos 33.000 alumnos.
Estamos trabajando muy fuerte con el Ministerio de Educación de la Provincia, para articular con el secundario. Sabemos que es totalmente distinto la forma de estudiar, el ambiente. Acá ya estamos trabajando mucho en eso. Las becas también refuerzan lo académico, porque ellos para mantenerlas tienen que cumplir objetivos académicos. El único esfuerzo que se les pide es que estudien.
¿Las deudas pendientes?
Y muchas, uno nunca se conforma. Me hubiera gustado hacer la sede en Anta; conseguir un terreno cerca de Chachapoyas porque este quedó chico y lograr que Cafayate sea una sede definitiva, entre otros.

Apostillas
"En nuestra gestión la Universidad se abrió a la comunidad. Dialogamos con todos"

"Los logros hubieran sido imposible sin el apoyo de los cuerpos colegiados"

"Ya hablé con la Provincia para que absorban a los egresados de Sta. Victoria Este"

Desde 2014, Víctor Claros integra el Consejo de la Magistratura de la Provincia

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La inclusión, concebida como la oportunidad de estudio para los jóvenes de escasos recursos, fue el objetivo que atravesó la gestión de Víctor Claros que arrancó en 2010, reelecto en 2013 y que en un par de meses finalizará. Con esa idea movilizó a todo su equipo de trabajo. "Nada de esto se podría haber hecho sin el acompañamiento de todos los decanos y las diferentes autoridades, incluso con aquellos que no pensamos lo mismo, con discusiones y con disensos, pero siempre en equipo", aclaró el rector de la Universidad Nacional de Salta. Con semblante tranquilo y con el sentido del humor y la hiperactividad que lo caracteriza, hizo un alto en su agenda y recibió a El Tribuno en su despacho.
¿Qué balance hace de estos años de gestión?
Hemos hecho muchas cosas, pero nos quedan otras tantas por hacer. Sin embargo el balance es altamente positivo.
Yo vengo de un hogar muy humilde, mi madre era lavandera y vivíamos en un conventillo. A escondidas de ella lustraba zapatos para colaborar, y esto lo digo porque creo firmemente que la pobreza no debe ser un impedimento para acceder a la educación y por eso esta es una Universidad inclusiva. En mi caso sin educación pública nunca hubiera llegado. Por eso nos propusimos llevar la universidad al interior. Por ejemplo había una sede en zona sur Metán-Rosario de la Frontera que estuvo postergada 37 años. La había creado Martínez Borelli. Cuando llegamos nos encontramos con un serio problema con los jóvenes de esa zona. Fue la época de los suicidios, los chicos no tenían proyectos, se sentían defraudados, sentían que los habían charlado. Se había formado un comité de crisis y el gobierno provincial nos pidió ayuda. Nosotros fuimos y nos pusimos en contacto con los chicos y pusimos manos a la obra y arrancamos. Fue una experiencia exitosa ya tenemos graduados de las carreras que allí se dictan y así podemos dar muchos ejemplos. En estos proyectos tuvimos el fuerte acompañamiento de las autoridades nacionales, el ministro Sileoni y el presidente Néstor Kirchner.
¿Por qué no nos habla de la sede Santa Victoria Este?
A nosotros nos decían que era una locura llevar la universidad a Santa Victoria Este. Y yo decía pero por qué? Si son hermanos nuestros que les tocó nacer allá, en Santa Victoria, no en Salta Capital, ni en Córdoba ni en Buenos Aires, donde es más fácil acceder a los estudios superiores. Pareciera que ellos tienen que vivir solamente del río, de la caza, de las asignaciones universales. A pesar de las voces en contra nos propusimos llevar la carrera de enfermería que hoy es una verdadera solución para los hermanos de las comunidades, aún siendo estudiantes. Ahora ya tenemos un wichi y un criollo recibidos y entre el 8 y el 10 de marzo hay tres alumnos que rinden, dos wichí y un criollo, Así tendríamos a los primeros cinco recibidos que ya están ayudando a su comunidad, a sus hermanos que los vienen a buscar de todos los parajes de la zona. Además, la gente de las comunidades se siente más segura y cómoda cuando los atiende un hermano.
También llevamos la universidad a Cafayate. Algunos dicen que solo son 100 alumnos, pero esos 100 jóvenes no tienen otra oportunidad porque salen a las seis de la tarde de trabajar en los viñedos. En Orán por ejemplo había tres carreras, ahora son nueve. Todo esto lo marcamos porque si bien nosotros ya teníamos excelencia académica, y el prestigio de nuestros investigadores, pero esto no se podría haber hecho si el Gobierno nacional no hubiera aportado los fondos. Además hay que agregarle un orden administrativo muy importante en la universidad. En mis seis años, nunca tuvimos que ir a la Nación a pedir plata para pagar sueldos. Muchas universidades tuvieron que pedir, nosotros no, siempre estuvimos muy ordenados. Hay que reconocer que hubo una política nacional que acompañaba a las universidades, algunas se han beneficiado más que otras. Muchos reclamaban que había mucho dinero para las del conurbano o algunas recibían más porque estaban con el partido gobernante. Nosotros logramos las cosas con trabajo y prestigio.
¿Cómo fue el proceso de Medicina, tan ansiado por los jóvenes salteños?
Medicina, era casi imposible traerla, Jujuy y Santiago del Estero habían empezado las gestiones antes. Pero le dimos mucho auge a partir del 2013 y 2014. Había que viajar y hacer muchos trámites en Tucumán, porque la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) es muy exigente con Medicina sobre todo. Ahí nos planteamos entonces ser sede. Si así fue como nació la UNSa, siendo sede de Tucumán. Entonces por tres años, somos sede. En 2018 Medicina ya tendría que ser definitiva. Ahora ya se está abriendo el segundo año. Todo la carrera tiene un costo de 96 millones de pesos a valores históricos que se va actualizando a medida que se actualizan los sueldos.
¿Cómo está la cuestión de infraestructura?
En estos últimos años la universidad se hizo fuerte. Superamos los 100 millones de pesos en estructura. Por ejemplo el Palacio Zorrilla que había sido hasta una exgobernación, que fue sede del rectorado, estaba totalmente caído. Hicimos los reclamos correspondientes y llevamos a juicio a la empresa que hizo la construcción de al lado que dañó la estructura nuestra. Hoy es un lugar de primera. Alguien decía que había que venderlo. No, no había que vender nada. Además, se han hecho muchísimos laboratorios. Por ejemplo, en el caso de Humanidades, cuando nosotros llegamos nos encontramos con una carrera de comunicaciones exitosa pero que no tenía un laboratorio de televisión. Lo primero que pidieron fue una sala multiuso. Logramos hacerlo. Luego en el primer piso empezamos a hacer el laboratorio de televisión. Lamentablemente se está demorando mucho la empresa, pero ya imputé 800 mil pesos para ese laboratorio y además, me parece que vamos a tener que poner un millón y medio más en esa carrera para que de una vez por todas tenga todo lo que necesita.
¿Cuáles son las expectativas con el cambio de Gobierno nacional?
Antes de la segunda vuelta me sorprendió la visita de Esteban Bullrich, y estuvimos aquí reunidos un día sábado y hablamos mucho. Yo le dije de nuestra política de inclusión y le conté hasta de Santa Victoria Este y vi que había buen ánimo en esta tarea de seguir con universidades públicas. Incluso después salieron a decir que querían más y mejores universidades públicas. Nosotros ya estuvimos reuniones con las nuevas autoridades del CIN (Consejo interuniversitario nacional) y nos comentaron que se encontraron con algunas dificultades financieras, partidas que habían sido gastadas cuando eran para este ejercicio: pero nosotros pasamos un detalle de todo lo que se había habilitado y me dijeron que no había ningún problema siempre que se hagan las rendiciones como se han hecho durante toda mi gestión. Y esto me parece bien. Y si hay algunas universidades, como dicen por ahí, que había contratos y otras cosas, bueno, que actúe la SIGEN (Sindicatura General de la Nación). A nosotros cada tres meses nos visita la SIGEN. A veces nos felicitan otras veces nos hacen pequeñas observaciones. Pero es un organismo que está muy presente y me parece muy bien porque estos son fondos públicos. Pero nosotros no tenemos novedades, no nos hablaron de ningún recorte ni creo que lo permitiéramos. Pero, espero que las mismas políticas de estado que había antes, se mantengan y se mejoren.
Antes del balotaje, nos habíamos reunido en plenario los rectores porque sin bien se destina el 6,1 del PBI para la Educación Pública, a las universidades nos destinan el 1% del PBI, entonces hubo una petición a los presidenciables para que en 2020 sea del 1,5 y para el 2025 llegue al 2%. Esto sin saber quien iba a ser el presidente. Por el momento no tengo argumentos para decir que hay quitas. Así que yo no tengo ninguna novedad de que vayan a tocar los ingresos de las universidades ni creo que se lo permitamos. Lo que sí me gustaría saber es si las políticas van a seguir siendo de crecimiento en la educación y la ciencia.
¿Cómo está el tema becas?

Nuestra universidad destina casi el 25% de los gastos funcionales para becas. En 2015 nosotros dispusimos de 25 millones de pesos para becas de estudio, de comedor y de formación. Y esto lo hacemos porque vivimos en una zona de mucha vulnerabilidad social. Hemos habilitado el comedor de Tartagal. El de Orán empieza a funcionar en marzo, hemos habilitado ya el de Rosario de la Frontera, también en Santa Victoria y Cafayate.
¿Cuántos alumnos tiene la UNSa?
Terminamos diciembre con unos 33.000 alumnos.
Estamos trabajando muy fuerte con el Ministerio de Educación de la Provincia, para articular con el secundario. Sabemos que es totalmente distinto la forma de estudiar, el ambiente. Acá ya estamos trabajando mucho en eso. Las becas también refuerzan lo académico, porque ellos para mantenerlas tienen que cumplir objetivos académicos. El único esfuerzo que se les pide es que estudien.
¿Las deudas pendientes?
Y muchas, uno nunca se conforma. Me hubiera gustado hacer la sede en Anta; conseguir un terreno cerca de Chachapoyas porque este quedó chico y lograr que Cafayate sea una sede definitiva, entre otros.

Apostillas
"En nuestra gestión la Universidad se abrió a la comunidad. Dialogamos con todos"

"Los logros hubieran sido imposible sin el apoyo de los cuerpos colegiados"

"Ya hablé con la Provincia para que absorban a los egresados de Sta. Victoria Este"

Desde 2014, Víctor Claros integra el Consejo de la Magistratura de la Provincia

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