La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, consideró hoy como "innecesario" que la Policía Federal hubiera trasladado de forma "coercitiva" a declarar a su correligionario, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, mientras funcionarios temen que se desate una "guerra" entre simpatizantes y opositores.
"Ella (por Rousseff) hizo una explicación sobre las denuncias y después, al pasar, que consideraba innecesaria la conducción coercitiva de Lula", declaró el alcalde Arthur Virgilio, que participó hoy en una reunión con la presidenta en el Palacio del Planalto.
"Existe un exagerado traslado coercitivo, el expresidente prestó declaraciones ante la Policía Federal cada vez que lo llamaron. Pienso que es una personas que no precisa ser objeto de una actitud de ese tipo", declaró el ministro de Comunicaciones del gobierno federal, Edinho Silva.
De la reunión participaron los ministros de la Presidencia, Jaques Wagner, de la Secretaría, Ricardo Berzoini, Información, Edinho Silva, y de Justicia, Wellington Lima, así como el abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo.
La indagatoria de Lula en el marco del escándalo en Petrobras profundizó las tensiones entre sus seguidores y sus detractores, que convocaron a una movilización para el próximo domingo 13 de marzo.
Fuentes del Palacio del Planalto comentaron hoy su temor a que la citación de Lula desate un clima de "polarización" entre oficialistas y opositores y que esto derive a una suerte de "guerra" en las calles, según informó la radio CBN, de la cadena Globo.