Lo fundamental para ese balance es la combinación del material que se utilice para los fundamentos y la parte vidriada. La mayoría opta por utilizar aluminio, tanto por su liviandad como por su firmeza. Este material permite generar un buen aislamiento. La construcción de base es responsable de un 25 por ciento del balance óptimo de temperatura, mientras que el otro 75 por ciento lo rendirá el vidrio.
En ese sentido, el estándar actual consiste en un vidrio doble de un valor U (transmitancia térmica) de entre 1,0 y 1,1 watt por metro cuadrado y kelvin. Si se aplican capas especiales, rellenos o un tercer vidrio, ese rendimiento incluso puede ser superior. Pero los especialistas advierten que el aumento en las capas vidriadas podría ir en detrimento del ingreso de luz en el ambiente. En verano, sería un alivio, pero en invierno se perdería luminosidad y calor solar.
Las plantas que mejor se acoplan a la decoración de un jardín de invierno son los arbustos perennes que garantizan follaje verde todo el año.
Más allá del tipo de vidrio, es primordial pensar cómo generar sombra en ese espacio. Se pueden incorporar toldos, persianas, celosías y otros recursos que incluso pueden ser activados automáticamente. Algunos están diseñados para cerrarse cuando aumenta demasiado la radiación solar.
Los expertos recomiendan planificar estos recursos desde el primer momento. A la hora de hacer un esquema de este último aspecto, habrá que tener en cuenta la ubicación geográfica y la orientación de la construcción. El este es ideal para quienes disfrutan del sol de la mañana, mientras que el oeste es lo más indicado para quienes prefieren cerrar el día contemplando la puesta del sol.
Eso sí: hay que saber que en cuanto el sol se esconde, los jardines de invierno no son el lugar más acogedor. Es decir que si uno quiere estar allí más tiempo, o incluso durante la noche, tendrá que instalar un sistema de calefacción que comience a funcionar ni bien baje la temperatura en el ambiente. Lo ideal es que el sistema pueda alcanzar bastante temperatura en un lapso breve.
El buen funcionamiento de la calefacción dependerá de dónde esté instalada. Lo más eficiente es que se la coloque en un sitio frío, ya sea debajo de la fachada frontal o lateral de vidrio o directamente en el suelo. ¡Pero atención! No se recomienda un suelo radiante, ya que es un sistema que no registra bien los cambios de temperatura, ni calienta lo suficientemente rápido la cara interna de los vidrios.
El jardín es un espacio que aporta paz, tranquilidad y contacto con la naturaleza; si bien en verano es cuando más se aprovecha la vida al aire libre, en invierno también se puede disfrutar del verdor de las plantas y tener un bello sitio donde conectarse con la tierra.
Los invernaderos o jardines de invierno pueden ser parte del cuerpo de la casa, agregándose como un nuevo ambiente, o funcionar en medio del jardín, provistos de una estructura convenientemente cerrada. Sin embargo, la concepción de jardín de invierno ha evolucionado, mediante la inclusión de los mismos en pequeños espacios internos que posibilitan decorar y embellecer un salón.
Si estos jardines están integrados de buena forma a la casa, pueden emplearse como desayunadores o espacios de reunión familiar variando la decoración del ambiente.