La familia de Ramón González, que vive desde hace cinco años en una de las márgenes del río Mojotoro, donde la ruta provincial 12 une la ciudad de Campo Santo con la localidad de Cobos, tuvo que ser rescatada por el cuerpo de bomberos voluntarios Manuel Belgrano. Esto ocurrió tras una importante crecida del caudal que puso en riesgo la seguridad de sus integrantes. A mitad de la semana anterior el intendente Mario Cuenca, alrededor de las 2 de la madrugada, recibió un pedido de ayuda para sacar a los miembros de la familia González del lugar donde se encontraban asentados, debido a que la crecida ya los estaba rodeando y en poco tiempo podrían quedar en medio del cauce y ser arrastrados por la corriente. Desde el municipio solicitaron la colaboración de los bomberos, quienes llegaron hasta el lugar y pudieron concretar el rescate cruzando los brazos que el río había formado. Lo hicieron con una autobomba de ruedas altas que pudo soportar la fuerza de la corriente.
Riesgo anual
Los González se instalaron en un terreno que el río Mojotoro reclama en cada crecida. Allí levantaron una precaria vivienda y se dedican a la cría de animales. Todos los años son sorprendidos por la crecida debido a que, sin que llueva en el Valle de Siancas, el aumento del caudal deriva cuando los ríos Wierna y Vaqueros, que al unirse forman el Mojotoro, son afectados por las tormentas en el Valle de Lerma. En cada época estival deben ser rescatados y en dos oportunidades se tuvo que hacer uso de un helicóptero de Defensa Civil. "Yo les comuniqué desde el primer día que ahí no podían quedarse, pero nunca me hicieron caso. Realicé varias denuncias al Gobierno provincial para que los erradiquen de allí y tampoco se hicieron cargo; algún día puede ocurrir una desgracia", expresó con molestia y preocupación el intendente Cuenca.
La familia en cuestión, compuesta por Ramón, su señora y cuatro hijos, de entre 15 y 19 años, llegó a Campo Santo desde el municipio de General Güemes, aunque algunos aseguran que son de Vaqueros. Se instalaron sin conocer los riesgos y levantaron un modesto rancho con corrales para la cría de animales. "Me pidieron un terreno para salir del río, pero no quieren uno cualquiera sino uno grande que les permita criar animales. No puedo acceder a semejante pedido. En Campo Santo hay muchas familias sin terrenos y no dispongo de esa ayuda, además son bastantes agresivos y en una oportunidad golpearon a la comisario, me amenazaron en mi propia casa. Yo insisto en el pedido a la Provincia para que los desalojen y si pueden que los reubiquen, pero no deben continuar en esta situación de constante riesgo que nos compromete a todos", manifestó Cuenca.
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La familia de Ramón González, que vive desde hace cinco años en una de las márgenes del río Mojotoro, donde la ruta provincial 12 une la ciudad de Campo Santo con la localidad de Cobos, tuvo que ser rescatada por el cuerpo de bomberos voluntarios Manuel Belgrano. Esto ocurrió tras una importante crecida del caudal que puso en riesgo la seguridad de sus integrantes. A mitad de la semana anterior el intendente Mario Cuenca, alrededor de las 2 de la madrugada, recibió un pedido de ayuda para sacar a los miembros de la familia González del lugar donde se encontraban asentados, debido a que la crecida ya los estaba rodeando y en poco tiempo podrían quedar en medio del cauce y ser arrastrados por la corriente. Desde el municipio solicitaron la colaboración de los bomberos, quienes llegaron hasta el lugar y pudieron concretar el rescate cruzando los brazos que el río había formado. Lo hicieron con una autobomba de ruedas altas que pudo soportar la fuerza de la corriente.
Riesgo anual
Los González se instalaron en un terreno que el río Mojotoro reclama en cada crecida. Allí levantaron una precaria vivienda y se dedican a la cría de animales. Todos los años son sorprendidos por la crecida debido a que, sin que llueva en el Valle de Siancas, el aumento del caudal deriva cuando los ríos Wierna y Vaqueros, que al unirse forman el Mojotoro, son afectados por las tormentas en el Valle de Lerma. En cada época estival deben ser rescatados y en dos oportunidades se tuvo que hacer uso de un helicóptero de Defensa Civil. "Yo les comuniqué desde el primer día que ahí no podían quedarse, pero nunca me hicieron caso. Realicé varias denuncias al Gobierno provincial para que los erradiquen de allí y tampoco se hicieron cargo; algún día puede ocurrir una desgracia", expresó con molestia y preocupación el intendente Cuenca.
La familia en cuestión, compuesta por Ramón, su señora y cuatro hijos, de entre 15 y 19 años, llegó a Campo Santo desde el municipio de General Güemes, aunque algunos aseguran que son de Vaqueros. Se instalaron sin conocer los riesgos y levantaron un modesto rancho con corrales para la cría de animales. "Me pidieron un terreno para salir del río, pero no quieren uno cualquiera sino uno grande que les permita criar animales. No puedo acceder a semejante pedido. En Campo Santo hay muchas familias sin terrenos y no dispongo de esa ayuda, además son bastantes agresivos y en una oportunidad golpearon a la comisario, me amenazaron en mi propia casa. Yo insisto en el pedido a la Provincia para que los desalojen y si pueden que los reubiquen, pero no deben continuar en esta situación de constante riesgo que nos compromete a todos", manifestó Cuenca.