De una nueva ilusión a un nuevo fracaso. Central Norte volvió a defraudar con la segunda final que perdió de manera consecutiva. Esta vez fue frente a Racing de Córdoba. Se volvió a quedar en la puerta del ascenso. El regreso -al Federal A- nunca se concreta.
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De una nueva ilusión a un nuevo fracaso. Central Norte volvió a defraudar con la segunda final que perdió de manera consecutiva. Esta vez fue frente a Racing de Córdoba. Se volvió a quedar en la puerta del ascenso. El regreso -al Federal A- nunca se concreta.
Es una de las noticias más reciente de esta recopilación. El viernes 20 de diciembre, hace tan solo unos días, el cuervo volvió a quedarse sin alas.
La tarde estaba preparada para un gran festejo. Más de cinco mil hinchas habían colmado el estadio Dr. Luis Gemes. Central Norte esperaba gritar campeón con su gente y tirar su propia casa por la ventana. Era la segunda final que alcanzaba en un año. La primera la había perdido en diciembre de 2016 frente a Huracán Las Heras, en los penales, en el Martearena. Y esta vez le pasó igual.
Luego de haber caído por la mínima diferencia en Nueva Italia, en el juego de ida, Central tuvo en sus manos la posibilidad de dar la vuelta olímpica en la revancha. Aunque las cosas no había comenzado bien, ya que Racing pasó a ganar con un gol de Acevedo, el equipo que dirigió Norberto Acosta se sobrepuso, empató con un tanto de Emanuel Cáceres y lo dio vuelta con goles de Miguel Puntano y Leandro Betterete. Era el ascenso. Un 3 a 1 que le daba el título. Pero el equipo cuervo volvió a pecar de una manera increíble, no supo mantener la diferencia de dos tantos y con un hombre de más se dejó descontar. Diego Palleres marcó el segundo de Racing (3-3 en el global) y llevó la definición a los penales. Otra vez por penales. Y otra vez la decepción, las lágrimas, el dolor.
De nada le sirvió la gran campaña que había realizado en la fase regular del Federal B, ante rivales débiles, vale decirlo, con los que acumuló una racha de doce triunfos, cuatro empates y dos derrotas.
Pero ya en las instancia del mano a mano, Central había comenzado a fallar. Primero contra Talleres de Perico, al que apenas le pudo hacer un gol en tiempo de descuento para igualar la serie en su casa. Clasificó a la semifinal en la definición de los doce pasos. Después vino la serie contra Pellegrini, con el que perdió dos a cero, la derrota más abultada en el torneo, que luego pudo revertir con el mismo marcador para ir, una vez más, a los penales. Y zafó otra vez, como ya no pudo hacerlo en la final. Y así pasaron cinco torneos hundido en la cuarta categoría del fútbol argentino.
De este hecho negativo que terminó por sentenciar otro año para el olvido del fútbol salteño, solo quedaron las buenas sensaciones que dejaron Enzo Vargas y Federico Rojas, dos promesas del club en las que Central intentará reconstruir el sueño perdido en el 2018.