La Legislatura salteña le dio un espaldarazo a Juan Manuel Urtubey y a Mauricio Macri. Con buena mayoría en Diputados y con unanimidad en el Senado, el Pacto Fiscal "salió con fritas". Los discursos antimacristas y los votos a regañadientes al momento de la votación no pesaron. Pero ahora es el momento de que la reforma, a la que sus detractores llaman "ajuste", seduzca a la mayoría silenciosa. Lo primero que deberá hacer el Gobierno es convencer a los empresarios que "con las sumas y las restas", el costo fiscal en Salta se equilibra.
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La Legislatura salteña le dio un espaldarazo a Juan Manuel Urtubey y a Mauricio Macri. Con buena mayoría en Diputados y con unanimidad en el Senado, el Pacto Fiscal "salió con fritas". Los discursos antimacristas y los votos a regañadientes al momento de la votación no pesaron. Pero ahora es el momento de que la reforma, a la que sus detractores llaman "ajuste", seduzca a la mayoría silenciosa. Lo primero que deberá hacer el Gobierno es convencer a los empresarios que "con las sumas y las restas", el costo fiscal en Salta se equilibra.
Ayer, las cámaras de toda la provincia, especialmente los comerciantes y las pymes, emitieron un comunicado donde manifestaron un "rotundo rechazo" al incremento de la alícuota del impuesto a las Actividades Económicas.
"Lo anunciado fue una reforma tributaria que tendería a la baja de los impuestos", recuerdan". Y consideran que la ley sancionada en Salta "desalientan la inversión y la generación de empleo".
Consejos de Idesa
Los puntos estratégicos del pacto son la mejora en la calidad de los impuestos y reducir el gasto público.
"El IVA es un impuesto neutral para la producción y tiene ventajas como permitir su devolución a los exportadores y a quienes invierten", sostiene la consultora cordobesa Idesa. "También hay que destacar los impactos positivos sobre la distribución del ingreso de los impuestos a las ganancias y a la propiedad. Pero el resto de los impuestos tiene asociados altos impactos distorsivos tanto porque desalientan la producción y el empleo como porque aportan regresividad a la distribución del ingreso". Del 31% del PBI que la Nación y las provincias cobran de impuestos más de la mitad los recaudan con impuestos muy distorsivos. Al no poder cubrir el gasto público con IVA, Ganancias e impuestos a la propiedad, se apela a impuestos de mala calidad. "El sentido estratégico del consenso fiscal pasa entonces por el compromiso de reemplazar gradualmente impuestos distorsivos por tributos más neutrales y progresivos", concluye Idesa.