"Estábamos todos en la casa de mi mamá, almorzando, los hermanos, sobrinos, etc. Mi nena salió a la vereda a jugar, se distrajo con unos perritos y así se fue hasta la esquina. Ahí llegó un vehículo, un hombre se bajó, la alzó y la subió a la parte de atrás. Así se la llevaron". La voz de la madre de la niña de 9 años, de Profesor Salvador Mazza, que fue secuestrada y pudo zafar de sus captores, tiene ese raro tono de alarma y pesadumbre que aparecen mezclados horas después de atravesar por una situación extrema.
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"Estábamos todos en la casa de mi mamá, almorzando, los hermanos, sobrinos, etc. Mi nena salió a la vereda a jugar, se distrajo con unos perritos y así se fue hasta la esquina. Ahí llegó un vehículo, un hombre se bajó, la alzó y la subió a la parte de atrás. Así se la llevaron". La voz de la madre de la niña de 9 años, de Profesor Salvador Mazza, que fue secuestrada y pudo zafar de sus captores, tiene ese raro tono de alarma y pesadumbre que aparecen mezclados horas después de atravesar por una situación extrema.
Cuando regresó a su casa, la niña apenas podía hablar. Las palabras se mezclaban con su llanto y eran casi inentendibles por su respiración entrecortada. El paso de los minutos y el lento retorno de la calma le permitieron reconstruir lo que había vivido ese mediodía.
La familia estaba reunida en la mesa al mediodía. La niña salió a jugar cerca de las 12.50 y fue devuelta a sus padres a las 13.40 por su salvador. En ese lapso sucedió todo.
Según lo que le contó a su mamá, desde que el hombre la subió al auto, ella lloraba todo el tiempo y pedía a los gritos que la dejaran bajar para volver a la casa de su abuela. Ella iba sola en el asiento de atrás, mientras que en la parte delantera de la cabina estaban dos hombres (conductor y acompañante).
"La hicieron recorrer varias cuadras; fueron más o menos unas diez. Al llegar a una calle que es doble mano, el conductor prácticamente paró para darle paso a otro vehículo y es ahí que ella aprovechó para bajarse y empezó a correr y correr con todas sus fuerzas para alejarse del auto", contó la mamá.
La nena corrió hasta llegar a la oficina de seguros donde trabaja la madre, pero que en ese momento de la siesta estaba cerrada.
El lugar queda al frente de la plaza principal de Salvador Mazza, así que ella cruzó la calle y comenzó a caminar por las veredas de ese paseo.
La madre relató: "Ella seguía llorando, nos dijo que varios vehículos pasaron y que en un momento un remise se paró, el pasajero se bajó y le habló, le preguntó qué le pasaba, si se había golpeado, si estaba perdida. Ella seguía llorando. Él le preguntó de quién era hija y ella pudo decir mi nombre. "La que trabaja en el seguro; vamos! yo conozco tu casa', le dijo él y ella, en la desesperación se subió al remise con él. A los pocos minutos Oscar Ramírez golpeó la puerta de la casa de mi mamá y nos entregó a la nena", contó la mujer ayer a El Tribuno, a través de un contacto telefónico.
Desconocidos
Después de superar el estado de shock en el que llegó a su casa, la niña pudo reconstruir escuetamente lo que ahora las fuerzas de seguridad investigan en Salvador Mazza.
Sobre los dos captores "dijo que no los conoce y que no podía entender lo que hablaban, como si hablaran otro idioma, pero eso que ella escuchaba puede estar distorsionado por el estado en el que ella estaba y porque ella dice que en todo momento lloraba y gritaba que la bajen", explicó su mamá.
"Ahora ella está bien, tranquila; de a ratos se acuerda una que otra cosa de lo que pasó. Al principio nos decía solo que eran dos hombres, después se acordó del color del vehículo, pero como todo está en proceso de investigación, lo que dice queda en reserva", añadió.
A la mujer hoy le faltan palabras de agradecimiento para Ramírez. "Él hizo parar el remise, se bajó para hablar con mi hija y luego la trajo a casa; es algo que nunca me voy a olvidar", aseguró.
Los temores
El fiscal penal Armando Cazón y el secretario de Seguridad, Jorge Ovejero, confirmaron ayer a El Tribuno que está en marcha una investigación extensa para tratar de desentrañar lo sucedido con la niña de 9 años en la localidad fronteriza, donde los vecinos han reclamado por más seguridad con marchas y diversos mensajes públicos en las últimas semanas.
"Aparentemente esto fue al azar y eso causa aún más miedo porque, entonces, cualquier niño está expuesto", afirmó la madre.
También se refirió a la seguridad. "En el barrio donde está la casa de mi madre nosotros nos criamos y siempre fue un lugar tranquilo y seguro. Además, con mi esposo siempre acompañamos a nuestras tres hijas a todos lados; para nosotros, que se la lleven así, fue un golpe bajo", concluyó.
La investigación se realiza en Salvador Mazza y en Bolivia
Trabajan la Policía de la Provincia, Gendarmería, Policía Federal y el FELCC del vecino país.
Policías de la provincia, gendarmes, policías federales e investigadores de las fuerzas especiales de Bolivia participan de la investigación del secuestro de la niña de 9 años en Profesor Salvador Mazza, el pasado jueves al mediodía.
El fiscal penal Armando Cazón quedó a cargo de la causa que alarmó a muchos vecinos de la fronteriza localidad y reavivó el temor por la inseguridad en el pueblo y la zona limítrofe con Bolivia.
“Apenas recibí la denuncia ordené que se hiciera una investigación amplia con la Policía de la Provincia, Gendarmería, la Policía Federal y migraciones, porque aquí un secuestro de pocos minutos puede terminar con la víctima en suelo boliviano y ahí se complica su rescate”, afirmó Cazón.
El fiscal penal también informó a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Bolivia -que es el cuerpo de investigación- para que allí también se investigue el caso.
Además, ordenó que se inspeccionaran los talleres de chapa y pintura de vehículos, y talleres mecánicos, “porque en minutos te pueden pintar un vehículo o lo pueden desarmar y perdemos una de las pistas principales”, agregó.
“Estamos en la búsqueda de ese vehículo y de los dos hombres”, señaló.
Testimonios
El secretario de Seguridad, Jorge Ovejero, confirmó ayer que efectivos de la Policía se entrevistaron con los padres y un tío de la niña. “Aparentemente ellos tienen un taller con cámaras de seguridad privada y les comentaron a los investigadores que estuvieron viendo las cámaras y que no lograron visualizar lo que la niña dice, pero no podemos avanzar en la investigación porque ya está en manos de la Fiscalía”.
El funcionario también indicó que otro punto a aclarar es si la menor tiene lesiones físicas. “No tenemos claramente constatado que existan lesiones y esto es un dato importante, porque un secuestro es un acto muy violento”, dijo.
Mencionó que será importante el testimonio de la niña, “pero la Justicia es la que tiene que pedir una cámara Gesell”.