Lionel Messi y Antonela Roccuzzo dieron el sí delante de sus pequeños hijos, Thiago y Mateo, envueltos en una dulce canción de Abel Pintos, y acompañados por 250 invitados a una fiesta fastuosa en un lujoso hotel de Rosario, la ciudad natal de la famosa pareja. Messi vistió un finísimo traje negro, camisa blanca y corbata gris, y Antonela, un vestido blanco largo, con espalda descubierta, producto de la catalana Rosa Clará, y el pelo cayendo sobre su hombro izquierdo.
Sonrientes salieron a las 20.59 a la alfombra roja del paso entre el salón de la ceremonia y el de la fiesta. Messi con su barba prolijamente recortada, y Antonela luciendo la blancura de sus dientes perfectos y el contrate de su tersa tez tostada, regalaron al centenar y medio de periodistas y camarógrafos un par de besos hasta que a las 21.01 se perdieron por una de las puertas.
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Lionel Messi y Antonela Roccuzzo dieron el sí delante de sus pequeños hijos, Thiago y Mateo, envueltos en una dulce canción de Abel Pintos, y acompañados por 250 invitados a una fiesta fastuosa en un lujoso hotel de Rosario, la ciudad natal de la famosa pareja. Messi vistió un finísimo traje negro, camisa blanca y corbata gris, y Antonela, un vestido blanco largo, con espalda descubierta, producto de la catalana Rosa Clará, y el pelo cayendo sobre su hombro izquierdo.
Sonrientes salieron a las 20.59 a la alfombra roja del paso entre el salón de la ceremonia y el de la fiesta. Messi con su barba prolijamente recortada, y Antonela luciendo la blancura de sus dientes perfectos y el contrate de su tersa tez tostada, regalaron al centenar y medio de periodistas y camarógrafos un par de besos hasta que a las 21.01 se perdieron por una de las puertas.
Tras siete años de convivencia, se convirtieron en marido y mujer ante la ley, certificado en una libreta roja que la novia se encargó de mostrar a la prensa.