Lorena Alejandra Recchiuto y Jaqueline Mónica Rosas, las psicólogas del programa alternativo Familia Sustituta, se avinieron a declarar. Lo hicieron en carácter de imputadas en el marco del juicio oral por la muerte de Thiago Quipildor y las múltiples lesiones que el niño de 4 años sufrió junto a su hermanita de 8.
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Lorena Alejandra Recchiuto y Jaqueline Mónica Rosas, las psicólogas del programa alternativo Familia Sustituta, se avinieron a declarar. Lo hicieron en carácter de imputadas en el marco del juicio oral por la muerte de Thiago Quipildor y las múltiples lesiones que el niño de 4 años sufrió junto a su hermanita de 8.
El caso de marras puso en evidencia las marcadas grietas del programa creado por el Gobierno de la Provincia para dar respuesta al problema de la judicialización de los menores en situación de abandono.
En diciembre de 2013, Thiago, la nena y otros dos hermanos mayores fueron entregados al matrimonio compuesto por Víctor Marcelo Senise y Patricia Alejandra Sánchez, quienes asumieron el rol de "padres sustitutos". El 8 de julio de 2015 el niño murió por broncoaspiración y fue entonces cuando se descubrió que era víctima de maltrato infantil.
En su cuerpo se detectaron 276 lesiones y un cuadro de desnutrición crónica. En la misma situación estaba su hermanita, quien además del bajo peso presentaba 119 lesiones.
La licenciada Recchiuto dio muestras de que aún no logra salir de su asombro, no solo por el calvario que sufrieron los chicos y la muerte de Thiago, sino por haber sido la profesional que evaluó a Senise y a Sánchez cuando se postularon como padres sustitutos. La profesional consideró que ambos reunían todas las condiciones para hacerse cargo de los hermanos, hijos de padres drogadictos. A partir del informe elevado al juez de Familia, Daniel Canavoso, este autorizó que los chicos quedaran bajo la tutela de Senise y Sánchez.
La imputado también tenía bajo su responsabilidad el seguimiento y control de la tarea asumida por la pareja, de cuidar y proteger a los niños. "Los cuatro métodos que utilicé para test de la pareja me dieron como resultado que estaban aptos para hacerse cargo de los menores, y esto lo pude corroborar con el correr de los meses, más allá de las dificultades propias que esta situación trae aparejada", declaró Recchiuto.
La psicóloga negó en forma terminante que no haya efectuado el control de los padres sustitutos, el proceso de adaptación de los niños, y mucho menos que haya falseado los informes. "He visitado en muchas oportunidades la casa de la familia Senise y todas las veces que fui no advertí nada anormal", aseguró.
Según Recchiuto, cumplió su labor con mucho empeño y que en esta tarea estuvieron involucrados el gabinete técnico del programa que supervisaba su colega Rosas, una asistente social y el agente sanitario de barrio Palermo II, donde los menores vivían con los Senise.
"No observé ninguna lesión en los chicos, tampoco esta situación se advirtió en las escuela ni en el hospital, a donde eran asistidos", expresó.
Sin embargo reconoció que se sintió shockeada cuando tomó conocimiento de las múltiples lesiones que Thiago y la niña presentaban en sus cuerpos. Dijo que se encontró con la dura realidad el día que murió Thiago, cuando recibió la orden de retirar a los tres hermanos de la casa de los Senise. "Me sorprendió el estado de la nena, estaba muy flaquita, deteriorada, sin expresión", recordó emocionada. Ante una pregunta de la camarista Gabriela González, la psicóloga reconoció que la última vez que visitó a los niños fue el 5 de mayo. En esa ocasión hizo una evaluación del caso, que concluyó con un informe en el que se expresaba que "los lazos entre los menores y el matrimonio estaban consolidados".
Lo que dijo la supervisora
Jaqueline Rosas, la supervisora del programa de fortalecimiento familiar, aseguró que la tarea de seguimiento de los padres sustitutos y el control de los niños se realizó como correspondía. “Me consta que el equipo técnico visitaba el domicilio del matrimonio Senise y hasta el momento en que se produjo la muerte de Thiago nada hacía suponer que algo grave pudiera estar sucediendo con los menores”, señaló. Rosas contó que personalmente recibió una denuncia de un vecino anónimo de barrio Palermo II que alertó acerca de que los menores estaban siendo sometidos a malos tratos por parte de Senise y Sánchez. “Hicimos un relevamiento en el domicilio, entrevistamos a los padres, realizamos consultas entre los vecinos y no pudimos comprobar nada de lo que dijo aquella persona”, refirió. Dijo que paralelamente se realizó un seguimiento, a cargo de una asistente social del centro vecinal y finalmente descartaron las hipótesis de las agresiones.