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Basualdo, el salteño que se enamoró del handball en el colegio y fue bronce 

Comenzó a jugar en la primaria en Orán y ayer se subió al podio en Buenos Aires. Se convirtió en el primer deportista de la provincia en lograr una medalla olímpica.
Domingo, 14 de octubre de 2018 00:12

Años atrás y sin que nadie lo sepa, el patio del colegio 8090 San Antonio de Padua, de la calle Hipólito Yrigoyen 118 en San Ramón de la Nueva Orán, vio nacer deportivamente al primer y hasta el momento único salteño en ganar una medalla olímpica: José Basualdo, el pivote integrante de la Selección argentina de beach handball que ayer logró la presea de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputan en Buenos Aires, tras vencer a Croacia por 2 a 0 en el partido por el tercer puesto. “Lo pienso y no lo puedo creer, todavía no caigo”, dijo a El Tribuno. Aquí, su historia.
Hace seis años, en la mencionada institución ubicada en el corazón de la ciudad oranense, Basualdo comenzó a jugar al handball indoor como parte de las actividades de recreación y continuó una vez que dejó la primaria, ya en el colegio Nuestra Señora del Huerto, que está a unos pasos de la ruta Nacional 50. Por ese entonces ya había dejado atrás el básquet, su viejo amor, y se anotó en el equipo del Centro Juventud Antoniana oranense.
De a poco fue moldeando su destino. En el equipo antoniano fue descubierto por el programa ProHand (un plan organizado por la Confederación Argentina de Handball que contempla cuatro grandes planes de acción durante el periodo 2012-2020). Tiempo después tuvo su primer convocatoria en Necochea, luego llegó el tercer puesto en el Mundial de Isla Mauricio y otras tantas giras, cuyo objetivo final fue llegar de la mejor manera a estos juegos.
Con su medalla de bronce en el pecho, Basualdo habló con El Tribuno desde la Villa Olímpica, donde se alojan todas las delegaciones.
“Estar acá en la Villa es lo más lindo que le puede pasar a un deportista, el lugar es hermoso y no te aburrís. El primer día dejamos el celular, ya concentrados en los Juegos y solo lo veíamos dos o tres horas por día. En los viajes previos ya lo habíamos hecho, queríamos llegar de la mejor manera”.
El beach handball fue una de las disciplinas más apoyadas por el público. Las pocas horas que podía, Basualdo notaba el apoyo de la gente en las redes sociales.
“Apenas agarraba el celular, veía los mensajes y si bien no me daba tiempo para responder, estuve muy al tanto del apoyo de la gente y estoy muy agradecido”, dijo.
La participación del salteño ya terminó, pero al igual que el resto de los deportistas, su seleccionado continuará en la Villa Olímpica hasta que terminen los Juegos, el jueves.
Por lo pronto, seguirá con tres compañeros y un integrante del cuerpo técnico. 
“Voy a aprovechar para ir a apoyar a las chicas y los chicos de hockey, a Luciano Méndez (el otro salteño, que el martes vuelve a competir en salto triple) y ver las diferentes competencias, porque el deporte en sí me gusta”, sostuvo.
Contó que tras su estadía en el Parque Olímpico emprenderá el regreso a Salta el 20 de este mes y se va a preparar para rendir los exámenes del colegio. Después su camino seguirá en Buenos Aires.   

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Años atrás y sin que nadie lo sepa, el patio del colegio 8090 San Antonio de Padua, de la calle Hipólito Yrigoyen 118 en San Ramón de la Nueva Orán, vio nacer deportivamente al primer y hasta el momento único salteño en ganar una medalla olímpica: José Basualdo, el pivote integrante de la Selección argentina de beach handball que ayer logró la presea de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputan en Buenos Aires, tras vencer a Croacia por 2 a 0 en el partido por el tercer puesto. “Lo pienso y no lo puedo creer, todavía no caigo”, dijo a El Tribuno. Aquí, su historia.
Hace seis años, en la mencionada institución ubicada en el corazón de la ciudad oranense, Basualdo comenzó a jugar al handball indoor como parte de las actividades de recreación y continuó una vez que dejó la primaria, ya en el colegio Nuestra Señora del Huerto, que está a unos pasos de la ruta Nacional 50. Por ese entonces ya había dejado atrás el básquet, su viejo amor, y se anotó en el equipo del Centro Juventud Antoniana oranense.
De a poco fue moldeando su destino. En el equipo antoniano fue descubierto por el programa ProHand (un plan organizado por la Confederación Argentina de Handball que contempla cuatro grandes planes de acción durante el periodo 2012-2020). Tiempo después tuvo su primer convocatoria en Necochea, luego llegó el tercer puesto en el Mundial de Isla Mauricio y otras tantas giras, cuyo objetivo final fue llegar de la mejor manera a estos juegos.
Con su medalla de bronce en el pecho, Basualdo habló con El Tribuno desde la Villa Olímpica, donde se alojan todas las delegaciones.
“Estar acá en la Villa es lo más lindo que le puede pasar a un deportista, el lugar es hermoso y no te aburrís. El primer día dejamos el celular, ya concentrados en los Juegos y solo lo veíamos dos o tres horas por día. En los viajes previos ya lo habíamos hecho, queríamos llegar de la mejor manera”.
El beach handball fue una de las disciplinas más apoyadas por el público. Las pocas horas que podía, Basualdo notaba el apoyo de la gente en las redes sociales.
“Apenas agarraba el celular, veía los mensajes y si bien no me daba tiempo para responder, estuve muy al tanto del apoyo de la gente y estoy muy agradecido”, dijo.
La participación del salteño ya terminó, pero al igual que el resto de los deportistas, su seleccionado continuará en la Villa Olímpica hasta que terminen los Juegos, el jueves.
Por lo pronto, seguirá con tres compañeros y un integrante del cuerpo técnico. 
“Voy a aprovechar para ir a apoyar a las chicas y los chicos de hockey, a Luciano Méndez (el otro salteño, que el martes vuelve a competir en salto triple) y ver las diferentes competencias, porque el deporte en sí me gusta”, sostuvo.
Contó que tras su estadía en el Parque Olímpico emprenderá el regreso a Salta el 20 de este mes y se va a preparar para rendir los exámenes del colegio. Después su camino seguirá en Buenos Aires.   

El paso a paso, hasta el podio
Luego del tercer puesto obtenido en el Mundial de Isla Mauricio, en 2017, el seleccionado argentino de beach handball masculino llegó como candidato a los Juegos Olímpicos de la Juventud, y en la primera fase confirmó su condición porque arrasó en el grupo B. 
Le ganó 2 a 1 en el debut a Croacia y horas más tarde a Paraguay, 2 a 0, el lunes.
Al día siguiente derrotó 2 a 1 a Portugal e Isla Mauricio, y el miércoles cerró el grupo con triunfo sobre Italia, el subcampeón del mundo, 2 a 1.
Sin embargo, en la main round del jueves Argentina tuvo sus primeros cachetazos: perdió 2 a 1 con Tailandia y 2 a 0 con España. El viernes salió a matar o morir ante Hungría, para acceder a semifinales y ganó 2 a 0. Ayer a la mañana estuvo a un paso de llegar a la final, porque ganó el primer set, pero Portugal lo dio vuelta y le quitó la ilusión. El equipo tuvo que dar vuelta de página y horas después derrotó 2 a 0 a Croacia para llegar al podio.
El salteño José Basualdo confió a El Tribuno que “entramos al partido de semis pensando en la final. Luego lloramos lo que teníamos que llorar y nos propusimos no irnos con las manos vacías”. Así fue.
 

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