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Familias inundadas del barrio Costanera piden ayuda urgente

Sin luz, con los desages y las calles rotas, la gente vive rodeada de alimañas y basura. Hay vecinos a los que la tormenta les destruyó sus precarias viviendas.
Lunes, 17 de diciembre de 2018 00:53

Muchas son las falencias que tienen en vilo a los habitantes de los barrios Costanera y Sagrado Corazón. Debido a las últimas tormentas, los vecinos pidieron a los medios ayuda y que les den una solución. El Tribuno había realizado un recorrido semanas atrás por B´ Costanera y constató el mal estado en el que se encuentra la calle Gemes, principal acceso. Pero ahora la situación empeoró, ya que la lluvia arrasó con la pobre infraestructura.

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Muchas son las falencias que tienen en vilo a los habitantes de los barrios Costanera y Sagrado Corazón. Debido a las últimas tormentas, los vecinos pidieron a los medios ayuda y que les den una solución. El Tribuno había realizado un recorrido semanas atrás por B´ Costanera y constató el mal estado en el que se encuentra la calle Gemes, principal acceso. Pero ahora la situación empeoró, ya que la lluvia arrasó con la pobre infraestructura.

Entrar al lugar es toda una odisea, ya que por todos lados hay barro, charcos, pérdidas de caños rotos, y postes de luz, sin luz, que peligran de caerse en cualquier momento por los socavones que lucen sus bases. Por esta triste como peligrosa situación, muchos ancianos no pueden salir del lugar.

Pese a tanta desidia, sorprende ver las viviendas de los vecinos, en medio del barro, pero en el interior de sus habitaciones, se puede notar la pulcritud en la que viven y conservan lo poco y nada que tienen.

"Nosotros siempre somos los olvidados. Para los políticos no existimos. Llevamos años de reclamos pero hacen de cuenta que somos invisibles, que no somos parte de Rosario de la Frontera" manifestaron los vecinos.

"Cuando están de campaña vienen con bolsones y no nos queda otra que recibirlos, para poder obtener algo de mercadería, pero si hablamos de trabajo, de chapas, de cemento y cal, no nos escuchan. Nosotros pedimos trabajo, pero no nos dan. Pedimos luz en las calles y tampoco nos ponen y ni el arreglo de las calles llega", relataron indignados en medio del barrial que son las calles.

Otro caso crítico es el de la familia Ibarra, que tras la lluvia tuvo que lamentar la caída de las paredes del baño; la letrina estaba ubicada en el fondo de la vivienda y ahora sus ocupantes tienen que acudir al vecino, ya que se desmoronaron las paredes y las chapas se rompieron por el mal estado en que se encontraban.

Vía libre para delinquir

El largo callejón ubicado en la parte trasera del cementerio no tiene luz, pero uno de los postes se está hundiendo de tanto barro y agua acumulada. "Nos hemos cansado de reclamar y de rogar que nos pongan un foco, pero en obras públicas no nos dan solución. Y es peligroso por las noches, ya que los delincuentes aprovechan para meterse al barrio al escapar de la policía", revelaron.

Malezas y alimañas

La situación, sin dudas, empeora por el abandono del Estado que padece el barrio Costanera. "Hicimos los reclamos en Obras Públicas, le dijimos que por favor nos saquen la basura, pero nos dijeron que ellos no tenían nada que ver, que vayamos a reclamar a Bromatología. Pero no tenemos más tiempo para seguir perdiendo", dijo Elena Ibarra.

Mientras tanto, víboras, arañas y alacranes aparecen constantemente provocando temor en los vecinos.

Ariel Herrera, otro de los inundados, vive con su mujer en una pieza de cuatro por cuatro metros, con piso de tierra. Expresó: "Me entra el agua, la ropa se me mojó y el baño compartido también se rompió, les pido por favor una solución a alguien que le sobre una puerta". Esa habitación es su único hogar y en lugar de puerta tiene un plástico.

Angustiado, manifestó otras necesidades: "Un colchón y una cama, no puedo tener nada más porque no tengo lugar, y encima lo poco que tengo lo perdí por la lluvia".

Rosa Ibarra, otra vecina, es una joven madre de dos hijos de dos y cuatro años, también vive en una situación de vulnerabilidad absoluta. Sumado a esto, la pared de la habitación donde duerme ella y sus hijos, está partida y se está desmoronando. Y las chapas, muy viejas, permiten entrar el agua. Es una situación grave y ojalá que no haya que lamentar algún accidente. "Ya me cansé de pedir un trabajo y audiencias en la Municipalidad, cada que voy me hacen llenar fichas y ya pasaron tres años. Una audiencia me dieron para cinco meses, pero hasta que llega el día, ya los problemas son otros. Tengo miedo que a mis hijos les pase algo", dijo llorando.

En primera persona
Juan Ibarra: “Soy changarín y trabajo para comer, no me alcanza para nada más, encima me entró agua por todos lados y se me cayó la pared. Así que ya no tengo cómo cocinar”. 
Mercedes Cárdenas: “Cada vez que llueve, se forma una laguna en el fondo de mi casa, sería bueno que vengan a desmalezar, ya que vivo con miedo por las arañas y víboras que salen y tengo miedo de que algún bicho me pique durmiendo”. 

“Nunca se acuerdan de nuestro barrio, salvo en época de elecciones, cuando nos prometen de todo pero nada llega”, manifestaron.

Unas quinientas personas

Para cocinar los vecinos tiene que hacerlo a leña, ya que no tienen gas natural ni dinero para comprar garrafas. Los barrios Costanera y Sagrado Corazón albergan a más de cien familias en estado de vulnerabilidad.

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