Las fiestas clandestinas ya son un hecho en la ciudad. Si bien desde Control municipal sostienen que van disminuyendo, continúan clausurando fiestas de este tipo, una por semana. La Policía arribó a una de ellas ayer a la madrugada en el barrio Hernando de Lerma.
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Las fiestas clandestinas ya son un hecho en la ciudad. Si bien desde Control municipal sostienen que van disminuyendo, continúan clausurando fiestas de este tipo, una por semana. La Policía arribó a una de ellas ayer a la madrugada en el barrio Hernando de Lerma.
"Tenemos un promedio de una fiesta clandestina por fin de semana", indicó Nicolás Avellaneda subsecretario de Control municipal. Consultado sobre si la erradicación de los boliches en la Balcarce contribuyeron a la proliferación de estas fiestas, el funcionario lo negó. "Con total convicción niego que sea por el cierre de boliches en la Balcarce, esta situación viene desde hace muchísimos años", señaló. Y agregó, además, el dato que en el 2017 la cantidad de fiestas clandestinas disminuyeron.
Otra cosa que señalan las autoridades es que "se detectaron un 99% de presencia de menores en las fiestas". Es por eso que en esto ya tiene que actuar la Justicia.
Tanto la Subsecretaría de Control Comercial como la Policía, son los dos órganos que llevan a cabo tareas de inteligencia para detectar estas actividades ilegales. La mayoría de ellas se difunden a través de redes sociales.
"Trabajamos con la Policía porque ellos, a través de un trabajo de inteligencia, detectan dónde habrá una fiesta clandestina. Nosotros también hacemos un seguimiento previo", remarcó.
Por los controles, muchas de estas fiestas suelen hacerse en lugares alejados de la ciudad, como Vaqueros, San Luis, San Lorenzo. La mayoría se hacen en casas alquiladas. Esto, aseguran, que es tenido en cuenta en el momento de multar a los organizadores.
"El año pasado salió una ordenanza por la que se duplicaron los montos de multas para estas fiestas. No solo se multa al organizador, también se actúa sobre el inmueble y su propietario", contó Avellaneda.
Cuando se inicia un proceso de control, muchos de los que infringen la ley se amparan en que "están realizando una fiesta privada", pero, para Avellaneda esto es fácilmente detectable. "De todas las que llevamos clausuradas ninguna fue promocionada como una fiesta al público, e igual las clausuramos", aseguró.
Desde la Municipalidad aseguran que pondrán mano dura con las fiestas clandestinas. "Las fiestas clandestinas existieron siempre, pero ningún gobierno tomó la decisión de combatirlas", concluyó el funcionario.
Control en el barrio Hernando de Lerma
Durante la madrugada de ayer, la Policía clausuró una fiesta clandestina en el barrio Hernando de Lerma, la mayoría de los asistentes eran menores y estaban consumiendo alcohol.
La detección de la fiesta se dio durante un patrullaje de rutina. La música en alto volumen y una gran cantidad de motos estacionadas en la vereda llamaron la atención de los efectivos. Al tocar la puerta, una mujer de 27 años los atendió y desmintió que se trataba de una fiesta pública.
Los policías realizaron el correspondiente control y confirmaron que se cobraba $20 por el acceso a la fiesta. Además, en el lugar había una barra por lo que señalan que también se vendían bebidas alcohólicas.
Con las pruebas, procedieron a despejar el lugar en el que había 250 personas. “La mayoría eran adolescentes menores”, señalaron desde prensa de la Policía.
El procedimiento se realizó en un domicilio del pasaje ministro Napoleón Peña al 1300. Hace dos fines de semana se clausuró otra fiesta similar en pleno centro: Mitre al 300.
En el caso interviene la Fiscalía Penal Nº 5 a cargo del doctor Ricardo Samsón, el cual decretó fecha de audiencia y despeje del lugar.