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El día que Menéndez se avalanzó sobre Nora Cortiñas con un puñal

El 21 de agosto de 1984, el por entonces general Menéndez se avalanzó con un cuchillo sobre Nora Cortiñas y otros militantes de derechos humanos, que al grito de "asesino" lo esperaban a la salida de un canal.
Martes, 27 de febrero de 2018 16:08

El 21 de agosto de 1984, a menos de un año de la recuperación de la democracia tras la etapa más oscura de la historia argentina, el por entonces general Luciano Benjamín Menéndez mostró su perfil criminal al avalanzarse con un cuchillo sobre un grupo de personas que, al grito de "asesino", lo esperaba a la salida de un canal de televisión. 
Bernardo Neustadt y Mariano Grondona, los conductores del programa periodístico ícono de la década de los años '80 y '90, "Tiempo Nuevo", entrevistaban amigablemente a Menéndez ignorando que lo más impactante de esa noche no serían sus declaraciones, sino su violenta reacción que pudo ser retratada por el fotógrafo Enrique Rosito en una imagen que quedó inmortalizada.
El multicondenado represor había salido esa noche envuelto en un sobretodo oscuro de las instalaciones del Canal 13 en el barrio porteño de Constitución, se subió a un Ford Falcon, emblema de la represión ilegal durante el terrorismo de Estado, acompañado por su esposa, su hijo, un custodio y un colectivo de la Policía Federal que lo precedía. 
Para repudiarlo, lo esperaban en la puerta militantes de la Juventud Comunista y Nora Cortiñas, entre otros defensores de los derechos humanos, al grito de "asesino" y "cobarde".
Menéndez saltó furioso del auto, desenvainó un cuchillo de acero de 22 centímetros que llevaba consigo y corrió para atacarlos en una escena escalofriante que fue interrumpida cuando su hijo y el custodio lo tomaron del brazo para detenerlo.
La fotografía alcanzó a ser tapa del diario Clarín al día siguiente y, a partir de allí, se multiplicó en los principales diarios del mundo. Un año después, Rosito recibió el Premio Internacional de Periodismo Rey de España.

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El 21 de agosto de 1984, a menos de un año de la recuperación de la democracia tras la etapa más oscura de la historia argentina, el por entonces general Luciano Benjamín Menéndez mostró su perfil criminal al avalanzarse con un cuchillo sobre un grupo de personas que, al grito de "asesino", lo esperaba a la salida de un canal de televisión. 
Bernardo Neustadt y Mariano Grondona, los conductores del programa periodístico ícono de la década de los años '80 y '90, "Tiempo Nuevo", entrevistaban amigablemente a Menéndez ignorando que lo más impactante de esa noche no serían sus declaraciones, sino su violenta reacción que pudo ser retratada por el fotógrafo Enrique Rosito en una imagen que quedó inmortalizada.
El multicondenado represor había salido esa noche envuelto en un sobretodo oscuro de las instalaciones del Canal 13 en el barrio porteño de Constitución, se subió a un Ford Falcon, emblema de la represión ilegal durante el terrorismo de Estado, acompañado por su esposa, su hijo, un custodio y un colectivo de la Policía Federal que lo precedía. 
Para repudiarlo, lo esperaban en la puerta militantes de la Juventud Comunista y Nora Cortiñas, entre otros defensores de los derechos humanos, al grito de "asesino" y "cobarde".
Menéndez saltó furioso del auto, desenvainó un cuchillo de acero de 22 centímetros que llevaba consigo y corrió para atacarlos en una escena escalofriante que fue interrumpida cuando su hijo y el custodio lo tomaron del brazo para detenerlo.
La fotografía alcanzó a ser tapa del diario Clarín al día siguiente y, a partir de allí, se multiplicó en los principales diarios del mundo. Un año después, Rosito recibió el Premio Internacional de Periodismo Rey de España.

Qué contó Rosito

Enrique Rosito fue el autor de esa memorable instantánea. Durante una conversación desde Buenos Aires con La Voz, habló de esa imagen.

A continuación transcribimos la nota realizada a Rosito.

“Por esa época trabajaba en la agencia DYN. En la noche del 21 de agosto de 1984 tuve que ir a hacerle una foto a Menéndez durante una entrevista en el programa televisivo de Neustadt. Al llegar, vi que afuera estaban las Madres de Plaza de Mayo. Al terminar, envié el rollo a la agencia y me quedé esperando en la salida del Canal 13, en la cochera que da a la calle Lima, por la zona de Constitución. Había también otros fotógrafos. Estábamos en el lado izquierdo de la salida. Menéndez se retiraba en un Ford Falcon, sentado en el asiento derecho de atrás. Delante del auto salía un colectivo de la policía”, narró.

“En un momento pensé que el colectivo de la policía nos iba a tapar y lo iban a hacer salir por la derecha. Afuera lo esperaba un grupo de muchachos que le gritaban asesino y cobarde. Entonces, salté para el otro lado. ‘Asesino, cobarde’, le seguían gritando. Menéndez salió del auto y los encaró. Creí que era un revólver lo que sostenía en su mano. Estaba oscuro, tuve que utilizar el flash. El hijo y uno de los custodios lo agarran para que no pueda avanzar”, señaló. 

–¿Qué hubiera sucedido si no lograban detenerlo? 

–No sé. Lo que más lo alteró fue que le gritaran cobarde. Al volver a la agencia ya eran como las 12 de la noche. Cuando revelé la foto y vi lo que tenía, avisé a la redacción para que llamaran a los abonados, pues ya casi estaban cerrando los diarios. No creían lo que les decía. Después me fui a cenar con un amigo a Corrientes y Montevideo. Al salir eran como las dos de la madrugada. En Callao y Corrientes vi el diario Clarín: habían publicado la foto en la tapa. 

–¿Qué repercusión tuvo? 

–Tan grande que me sorprendió. Inmediatamente la reprodujeron los periódicos del país y agencias y periódicos del mundo. Pero había tanto delirio, que una locura así no nos sorprendía tanto, como sí podía ocurrir afuera. Lo normal hubiera sido un revólver, pero que un militar salga de su casa armado con un cuchillo de paracaidistas, es una locura: un tipo que hace eso, ya está. 

–¿Cree que semejante reacción haya sido locura y no soberbia? 

–Es una enfermedad. Un tipo que hace eso está enfermo. La soberbia puede ser una contestación. Pero una reacción así es impunidad. 

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