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En Avellaneda el infierno abrió todas sus puertas

Un nuevo escándalo golpeó al club Independiente al descubrirse una red de prostitución con jugadores juveniles.
Jueves, 22 de marzo de 2018 22:35
Vista de uno de los sectores de la pensión en Vª Domínico.

Independiente es una verdadera caldera y la temperatura llegó al máximo. Tras los últimos escándalos que se iniciaron en 2014 con el abuso sexual de Alexis Zárate contra la novia de su “amigo” Martín Benítez, la detención del líder de la barrabrava Bebote Álvarez por encabezar una asociación con fines delictivos y posterior apriete y amenazas al técnico Holan para viajar en “patota” al Mundial de Rusia, la detención del exvicepresidente Noray Nakis por integrar esa “banda” y hasta las causas abiertas contra el presidente Hugo Moyano y su hijo Pablo por lavado de dinero, asociación ilícita y fraude al propio club, explotó una bomba que deja en la lupa a todo el fútbol argentino.
El nuevo escándalo que involucra a varios jugadores juveniles en una red de prostitución, agravada por ser las víctimas menores de edad, podría ser solo la punta de un iceberg.
El caso estalló el miércoles tras conocerse que algunos juveniles de las divisiones menores de Independiente estaban involucrados por una red de abuso que tendría a otro de los futbolistas de la pensión del club, ubicada en Villa Domínico, apuntado como nexo con los hombres que concretaban el ilícito.
Según se supo, un futbolista de 19 años de edad, de cuarta división, mencionado como Joaquín Valdebenito, que aún continuaba en la pensión tras sufrir una fuerte fractura de rodilla en 2017, era el entregador de los jóvenes futbolistas.
Este sujeto se encargaba de captar a los adolescentes para organizar “encuentros sexuales con cuatro hombres en un departamento de Capital Federal”.
Pero lo cierto es que la Justicia supone que existe una red que intenta captar menores vulnerables de las instituciones. Chicos que vienen de hogares humildes del interior y que no tienen ningún tipo de contención familiar en la gran ciudad y quedan expuestos a esta situación.
Claro que, rápido de reflejos tras este escándalo de grandes proporciones, el club Independiente, tras presentar una denuncia en la Justicia, amenazó con ir hasta las últimas consecuencias.
La entidad manifestó a través de un comunicado: “A raíz de los hechos que ya son de público conocimiento, el Club Atlético Independiente quiere comunicar que hizo la correspondiente denuncia y puso todos los elementos que están a su disposición y al personal vinculado al área para que la Justicia actúe en consecuencia”.
“Lamentamos este tipo de acciones que involucran a la institución en temas tan delicados e iremos hasta las últimas consecuencias para resolverlo”, finalizó el documentos.
Y si bien Independiente quedó fuera de la responsabilidad penal y obró con celeridad apenas tuvo conocimiento de los hechos, y según especialistas en derecho familiar, podría ser pasible de demandas civiles por parte de los padres de los chicos abusados, ya que si bien la situación no se produjo en las instalaciones del club, sí tendrían la guarda y tutoría de los cerca de 60 menores alojados en la pensión. 
Y la cruda realidad vuelve a dar su golpe bajo. Más allá de eso, el caso interpela a todo el fútbol en la forma en que se contiene a los chicos que sueñan con ser grandes estrellas, pero están inmersos en un ambiente que varias veces transforma ese sueño en pesadilla.

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Independiente es una verdadera caldera y la temperatura llegó al máximo. Tras los últimos escándalos que se iniciaron en 2014 con el abuso sexual de Alexis Zárate contra la novia de su “amigo” Martín Benítez, la detención del líder de la barrabrava Bebote Álvarez por encabezar una asociación con fines delictivos y posterior apriete y amenazas al técnico Holan para viajar en “patota” al Mundial de Rusia, la detención del exvicepresidente Noray Nakis por integrar esa “banda” y hasta las causas abiertas contra el presidente Hugo Moyano y su hijo Pablo por lavado de dinero, asociación ilícita y fraude al propio club, explotó una bomba que deja en la lupa a todo el fútbol argentino.
El nuevo escándalo que involucra a varios jugadores juveniles en una red de prostitución, agravada por ser las víctimas menores de edad, podría ser solo la punta de un iceberg.
El caso estalló el miércoles tras conocerse que algunos juveniles de las divisiones menores de Independiente estaban involucrados por una red de abuso que tendría a otro de los futbolistas de la pensión del club, ubicada en Villa Domínico, apuntado como nexo con los hombres que concretaban el ilícito.
Según se supo, un futbolista de 19 años de edad, de cuarta división, mencionado como Joaquín Valdebenito, que aún continuaba en la pensión tras sufrir una fuerte fractura de rodilla en 2017, era el entregador de los jóvenes futbolistas.
Este sujeto se encargaba de captar a los adolescentes para organizar “encuentros sexuales con cuatro hombres en un departamento de Capital Federal”.
Pero lo cierto es que la Justicia supone que existe una red que intenta captar menores vulnerables de las instituciones. Chicos que vienen de hogares humildes del interior y que no tienen ningún tipo de contención familiar en la gran ciudad y quedan expuestos a esta situación.
Claro que, rápido de reflejos tras este escándalo de grandes proporciones, el club Independiente, tras presentar una denuncia en la Justicia, amenazó con ir hasta las últimas consecuencias.
La entidad manifestó a través de un comunicado: “A raíz de los hechos que ya son de público conocimiento, el Club Atlético Independiente quiere comunicar que hizo la correspondiente denuncia y puso todos los elementos que están a su disposición y al personal vinculado al área para que la Justicia actúe en consecuencia”.
“Lamentamos este tipo de acciones que involucran a la institución en temas tan delicados e iremos hasta las últimas consecuencias para resolverlo”, finalizó el documentos.
Y si bien Independiente quedó fuera de la responsabilidad penal y obró con celeridad apenas tuvo conocimiento de los hechos, y según especialistas en derecho familiar, podría ser pasible de demandas civiles por parte de los padres de los chicos abusados, ya que si bien la situación no se produjo en las instalaciones del club, sí tendrían la guarda y tutoría de los cerca de 60 menores alojados en la pensión. 
Y la cruda realidad vuelve a dar su golpe bajo. Más allá de eso, el caso interpela a todo el fútbol en la forma en que se contiene a los chicos que sueñan con ser grandes estrellas, pero están inmersos en un ambiente que varias veces transforma ese sueño en pesadilla.

Hasta $5000 cada cliente

Los chicos obtenían por la explotación sexual 1.000 pesos por cada encuentro, 800 de ellos en efectivo y 200 en carga de la tarjeta “Sube”. Se cree que la red cobraba 5.000 pesos a cada potencial cliente.
La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº4 de Avellaneda, tomó intervención del caso. Al mismo tiempo, se puso a disposición de las víctimas una red de asistencia y contención. La causa fue caratulada como “abuso sexual y promoción y facilitación de la prostitución”.

Bustos quedó desafectado

El árbitro Martín Bustos, denunciado por el supuesto abuso de juveniles de Independiente y quien estaba designado como asistente en el partido entre San Martín de Tucumán e Instituto de Córdoba, fue reemplazado por la AFA por Nahuel Rassullo.
El partido se jugará el domingo 25 de marzo a las 19, con el arbitraje de Maximiliano Ramírez.

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