La tercera es la vencida. Un nuevo hundimiento en el Corredor de la Fe hizo crispar los nervios de comerciantes de la zona y de funcionarios de la Municipalidad. A diferencia de las otras veces, ahora se sacaron todos los adoquines de la calle Juramento, entre Caseros y España, para reparar y ver si en esta oportunidad se evita un nuevo inconveniente.
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La tercera es la vencida. Un nuevo hundimiento en el Corredor de la Fe hizo crispar los nervios de comerciantes de la zona y de funcionarios de la Municipalidad. A diferencia de las otras veces, ahora se sacaron todos los adoquines de la calle Juramento, entre Caseros y España, para reparar y ver si en esta oportunidad se evita un nuevo inconveniente.
"Se comenzó verdaderamente a hacer la obra como debía ser ejecutada", admitió a El Tribuno Wanny Caramella, secretario de Obras Públicas de la Municipalidad. Señaló que desde enero hay un "cambio rotundo" en cuanto a la relación con la empresa Premoldeados del Norte.
El funcionario aseguró que supervisa personalmente los trabajos y que se cambió al inspector. Agregó que con técnicos se verifica toda la ejecución.
Imágenes tomadas con el dron de El Tribuno
Caramella reconoció que la obra "tenía falencias gravísimas". Marcó dos errores en la ejecución: la mala conexión en las cañerías cloacales en algunos domicilios y el haber usado un relleno de base incorrecto para los adoquines.
Al tener que hacer las obras para los cables subterráneos se realizaron nuevas conexiones de agua y de cloacas, pero algunas fueron mal colocadas. "Alguna de ellas a contracorriente de la fluidez del agua", explicó Caramella.
Este error provocó la filtración del agua. Además indicó que se harán nuevamente los rellenos con material seleccionado, cosa que no se hizo en la primera parte".
La advertencia
"Obra mal hecha, obra no pagada", había advertido el intendente Gustavo Sáenz en su discurso de inicio de sesiones del Concejo Deliberante.
El pasado 1 de marzo dejó en claro que no serían permisivos con la empresa responsable de la construcción. En aquel momento ya le llovían las críticas a ese tramo del proyecto. Incluso el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Godoy, había pedido un informe.
Luis García Salado, jefe de Gabinete municipal, en la misma línea que el intendente, señaló que no se recibirá la obra hasta que no estén las condiciones óptimas.
"Se hizo un acta donde la empresa renuncia a la adjudicación de la segunda etapa si no cumple con las condiciones y plazos que solicita la Municipalidad", remarcó
El plazo que tienen como objetivo desde el Ejecutivo es mediados de abril. Pretenden inaugurarla junto con el presidente Mauricio Macri para un nuevo aniversario de la fundación de Salta, el 16 de abril.
En el ojo de la tormenta
La empresa Premoldeados del Norte quedó en el foco de la tormenta. Por cierto, fue la única que se presentó a las licitaciones de las etapas 1 y 2 del proyecto. "Aunque llamamos a las cámaras de construcción a participar y lo publicamos en medios", dijo García Salado.
El funcionario destacó además que este trabajo se realiza con fondos nacionales que no se deben reintegrar. "No nos endeudamos para la obra", remarcó.
Además, resaltó que más allá de los inconvenientes que provoca la ejecución para los vecinos y comerciantes, una vez terminada "los beneficios serán mayores".
Ante el avance de la obra, algunos frentistas expresaron estar contentos. Otros se preguntaron por los cordones de piedra que quitaron, y por el espacio para el arbolado.
Los funcionarios aclararon que dado que no existen cordones en esta nueva obra, fueron guardados y preservados para "alguna obra de identidad histórica". En cuanto a los espacios para árboles, afirmaron que por los cables subterráneos, se pondrán en macetas. "Son especies de carácter paisajistas", indicaron.
Las demoras y que se procediera a levantar nuevamente los adoquines indignó a los comerciantes, quienes para Semana Santa esperaban reactivar las ventas, que se vieron afectadas en estos meses por los cambios en obra.
Durante el fin de semana extralargo la esquina de la iglesia San Francisco fue un circuito por el que transitaron cientos de turistas, al punto de parecer una peatonal.
Pero unas cuadras más allá, otro tramo del paseo mostraba una cara totalmente diferente.
Malestar
"Solo quiero que terminen la obra y que dejen de mentirnos", pidió Leticia, quien estaba sentada en la vereda de su casa de té, sin clientes.
Su negocio da a la calle más cuestionada de la obra, la Juramento. Su fin de semana fue tan malo que atendió solo a una pareja de clientes. Al vender productos frescos, cuenta que tuvo que desechar una heladera llena de budines y panes.
"Cuando lo habilitaron por unos días esto fue totalmente diferente, la gente venía", comentó mientras pasaban unas motos por detrás. Por ahora, esos rodados son las únicos que pasan por allí.
Patricia, encargada de un café que da a la esquina de la calle Juramento y Caseros, se suma al malestar.
"Nos perjudica, es la tercera o cuarta vez que cortan la calle. Tenemos mesas afuera, el fin de semana una máquina le tiró tierra a una mesa de mis clientes". Esperanzada espera que esta vez los arreglos sean definitivos.
Detalles de la obra
El Corredor de la Fe es la primera etapa de las ocho del plan de Reordenamiento Integral del Casco Histórico que lleva a cabo la Municipalidad con fondos nacionales. La Casa Rosada realizó una inversión inicial de $300 millones. Los recursos no deberán ser devueltos.
La obra consiste en el soterrado de cables, dársenas para carga y descarga, sistemas de iluminación y equipamiento urbano. También se amplía el drenaje, se instalan cañerías de agua, cloacas y desagües. Se cambia el asfalto por adoquines, para una mayor accesibilidad se quitan los cordones.
Los colectivos ya no podrán ingresar al centro por estas calles.
Esta primera etapa comprende la calle Caseros, entre Pellegrini-25 de Mayo. Luego se hacen trabajos en la Juramento, entre Caseros y Paseo Güemes. Allí se trabajará en las bocacalles.