Una historia fantástica se esconde detrás de la fuga de dos peligrosos delincuentes de la cárcel de Tartagal, fuga que le costó el puesto a una decena de agentes penitenciarios entre ellos el propio director del penal que fue reemplazado ayer en la mañana.
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Una historia fantástica se esconde detrás de la fuga de dos peligrosos delincuentes de la cárcel de Tartagal, fuga que le costó el puesto a una decena de agentes penitenciarios entre ellos el propio director del penal que fue reemplazado ayer en la mañana.
La noticia se hico público de inmediato cuando un parte oficial firmado por el subsecretario de Políticas Criminales y Asuntos Penitenciarios daba cuenta que en la mañana de ayer fueron desafectados el director, oficiales y suboficiales de la Unidad Carcelaria 5 de Tartagal. La causa de la purga, la fuga cinematográfica y novelística, cuyo trasfondo se investiga de dos peligrosos delincuentes, uno de ellos homicida.
"El director, oficiales y suboficiales de guardia encargados de la custodia y guarda de la Unidad Carcelaria 5 de Tartagal fueron desafectados de sus funciones luego de la fuga de dos internos", reza el parte del subsecretario de Políticas Criminales y Asuntos Penitenciarios, Ramiro Lucena, quien además informó que José Vargas es el nuevo director de ese servicio.
Falta grave
Tras la fuga desde el primer piso de la unidad carcelaria de Daniel Santos Bulacia (25 años) y Luis Miguel Herbas (33 años) quienes cumplían condena por robo calificado por el uso de arma de fuego y homicidio muchas versiones se tejieron al respecto.
En la tarde de ayer un informante de una fuerza de seguridad dijo con certeza oficial que las autoridades del penal y los guardiacárceles se anoticiaron de la falta de dos reclusos cuando desde una comisaría de Tartagal los llamaron para preguntar sobre una posible fuga de presos, al encontrase en esa sede policial un chofer de remise que aseguraba haber levantado dos personas desde el portón seis y que las mismas le dijeron en el lugar de destino que se habían fugado de la cárcel.
El remisero perplejo por la confesión se dirigió a la policía para anoticiar de lo sucedido y explicar que el transporte de los reos no fue un acto de cómplicidad sino un gaje del oficio.
Tras el informe del remisero, a las 7.10 de la mañana, recién el personal de la cárcel cayó en cuenta de que los reos habían saltado desde el primer piso a la libertad y que metros más allá llamaron y abordaron un remise hacia la frontera.
El viceministro Lucena indicó que de la misma forma en que se acompaña de manera constante, reconociendo el buen accionar del personal penitenciario, "me veo obligado a sancionar duramente una falta tan grave de atención a las medidas de vigilancia y seguridad". El funcionario agregó que este hecho es aparentemente "un mal ejemplo del relajo de la vigilancia de los internos, por lo que es necesario corregirlo de manera inmediata", dijo.
Sin faro cuatro meses
Un datero de Tartagal graficó ayer el estado de relajación del establecimiento penal.
“No tenían faro para alumbrar las paredes y los lugares oscuros del penal.
El único disponible en la torreta, se le quemó la lámpara hace cuatro meses y al parecer sin presupuesto la zona de posibles fugas quedó al amparo de la oscuridad”. Se supo que los fugados utilizaron celulares para llamar al remise pero que finalmente tomaron uno al azar ante la demora de la remisera.
“Lo peor -dijo el informante- es que tampoco tienen detector de metales para las partes íntimas de las visitas”.