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29 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Ralph Votapek, uno de los grandes pianistas del mundo en Salta

El gran intérprete del piano se presentará esta noche en un concierto para el Mozarteum Argentino, con un extenso programa que incluye los cuadernos de Gershwin, autor del que es especialista.
Miércoles, 09 de mayo de 2018 08:04

 

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Daniel Sagárnaga
El Tribuno

La filial Salta del Mozarteum Argentino presenta esta noche, a las 21.30, en el Teatro de la Fundación, General Güemes 434, un concierto del prestigioso pianista estadounidense Ralph Votapek.
Hace 52 años que Votapek visita el país, en esas oportunidades en seis pudo llegar hasta nuestra ciudad, que ya conoce la calidad del intérprete norteamericano. “Comencé a venir en los años 70. Y desde entonces unas 26 veces hice giras por la Argentina. ¿Por qué? ¡Porque me invitan!”, se ríe este profesor ahora jubilado.
Con la delicadeza de no dejarlo todo por sentado, Votapek señala que los conciertos de música clásica si bien no llenan estadios, como otras músicas, “un músico optimista dijo que la música clásica está hecha para la eternidad. Yo, no sé si es así. La gran orquesta de Leonard Bernstein se extinguió como los dinosaurios”, ironiza el gran intérprete.
Votapek viene de dar un concierto y charla en la Usina del Arte de Capital Federal, y luego realizará una serie de presentaciones en diferentes ciudades del país. Luego de presentarse en Salta ofrecerá un concierto en el teatro Mitre de Jujuy.
“Di unas clases en la Usina del Arte y encontré a solo un pianista muy bueno, que parecía un profesional. Los otros, no tanto”. Para el pianista, uno de los mayores problemas de aprender un instrumento complejo como el suyo es “el empezar a tiempo, Si empieza demasiado tarde el piano puede ser algo divertido, para acompañar a quien quiera cantar... Pero como solista, es casi imposible: hay mucha competencia. Hay pianistas, orientales sobre todo, que son más que excelentes”, dice. Luego de mencionar que se encuentra orgulloso de haber tenido como alumnos a pianistas argentinos como Bruno Gelber, señala que se siente como amigo de Martha Argerich, “por su historia”, dice.
En medio de tanto pianista, el maestro Ralph cree que el piano es un instrumento que “es imposible de mejorar”. Piensa en Chopin o en Schubert, que compusieron sus tremendas obras “en un instrumento plano”, que sonaba apenas: “Es casi un milagro”, asegura.
En su vida diaria, Votapek no es muy inclinado a escuchar obras pianísticas. “En las fiestas prefiero escuchar Piazzolla. Piazzolla es Piazzolla. Para mí, es casi como un amigo”, se ríe. “A veces escucho jazz, clásicos del género. No muy a menudo un disco de piano, pero de piano y orquesta. Estuve escuchando a Arturo Benedetti tocando Ravel: ¡fantástico!”, propone. Votapek ha hecho un compromiso especial con América Latina, donde ha realizado giras durante casi 50 años, actuando repetidamente en Buenos Aires, Río, Santiago y otras ciudades. Recientemente recibió el Premio de Artista Extranjero en Recital de la Asociación Argentina de Críticos de Música. También es famoso como recitalista solista en todo Estados Unidos y ha actuado repetidamente en el Carnegie Hall. 
Para él la música clásica tiene en este momento compositores interesantes, “pero no se los conoce”. “Uno de los compositores que me parecieron más interesantes es Nikolái Kapustin. Tiene cosas que se parecen al jazz, pero todo está escrito,. es muy difícil de hacer. En una visita anterior a Salta interpreté algunas de sus piezas”, dice.
¿Hasta cuándo tocará este pianista que ya tiene varias décadas arriba de las teclas? Señala que dejar de tocar se debe a tres factores. “El primero es el aburrimiento, cuando te cansas de estar con tu instrumento, cosa que a mí no me pasa, me sigue divirtiendo. El segundo es la salud. Pero por suerte no es algo que me afecte todavía. Salgo en bici todos los días hasta mi oficina en la Universidad y un par de veces al año hasta el Lago Michigan. Y el tercer motivo es que ya nadie te invite a hacer un concierto. Por suerte, tampoco es algo que me afecte en este momento. Sigo siendo invitado, no sé por qué”, se ríe.
 
 

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