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Universitario Hockey, en peligro de extinción

Un grupo de padres integran la actual comisión directiva y le dan vida a un club casi devastado. Buscan captar nuevos socios “con la cuota más baja del país”.
Sabado, 28 de julio de 2018 21:11

Pocos recuerdos quedan del viejo club Universitario, el verde y blanco que se forjó en la UNSa y que con el paso del tiempo se transformó en uno de los clubes más respetados de la provincia. Sin embargo, desde la separación de la U en 2008 (entre Universitario Rugby y Uni Hockey), uno se fue para arriba y el otro, para abajo.
Los que se quedaron en el predio de la Universidad Nacional tuvieron que “remarla en dulce de leche con palillos”, como dicen, y la institución que solo tiene hockey, tanto masculino como femenino, hoy sufre el peligro de extinción, por eso están en busca de nuevos jugadores para levantar vuelo antes de que sea demasiado tarde. “Tenemos la cuota más baja del país”, avisan.
Ariel Barboza (presidente), Noemí Nieva (primer vocal) y Cecilia Oliva (secretaria), tres de los 15 integrantes y padres de la comisión, recibieron a El Tribuno una de las tantas tardes frías del mes, a la intemperie porque ni siquiera cuentan con un techo para refugiarse.
“Tenemos un total de 100 jugadores entre varones y mujeres y jugamos en todas las categorías”, cuentan. 
Oliva reconoce: “La Secretaría de Deportes de la Provincia, a través de Sergio Plaza, es nuestro gran soporte y de a poco intentamos encaminar el club que durante mucho tiempo estuvo parado”.
De 16 a 19 (o un poco antes si la luz natural desaparece, porque tampoco cuentan con reflectores), entrenan entre los edificios de la universidad y el Instituto de Educación Media de la Universidad Nacional de Salta, el IEM.
“Todo lo que hay es lo que ven”, presentan los dirigentes y lo que se ve es un terreno pelado, cercado por un alambrado que va a desplomarse en cualquier momento, con únicas instalaciones sanitarias de la UNSa, a unos 50 metros.
“No cobramos inscripción y la cuota es de $150, la más baja de todo el país. Cobramos eso para que los chicos puedan venir”, sostienen.
“El trato con la Asociación Salteña de Hockey es bueno, no tenemos preferencias, ni tampoco se nos castiga. Somos un club más”, remarcan.
La ASH también intenta que se sostenga el club, pese a que obviamente ellos no tienen una cancha en condiciones de ser locales.
“Tenemos que alquilar para jugar los fines de semana. Generalmente hacemos de local en Cachorros, que queda en la otra punta de la ciudad y es difícil juntar a los jugadores”, comentan. Los obstáculos son muchos.
Los dirigentes saben que hay una sola salida posible para crecer: el terreno propio y en caso contrario, Universitario Hockey pasará a ser solo un recuerdo.
“Es nuestro sueño tener un terreno propio, donde podamos progresar. Cada cosa que intentamos hacer, por más chica que sea, hay que pedir permiso a través de una nota a las autoridades de la UNSa”, dicen.
El club de una leona
Un dato no menor es que la única leona salteña, Gabriela Aguirre, quien estuvo muchos años ligada a la Selección argentina y de hecho participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, aprendió a jugar al hockey en esa humilde cancha que levanta polvo cada vez que la bocha hace el recorrido entre los palos de los jugadores.
La U, con Aguirre, fue el único equipo capaz de hacerle frente a Popeye. Hoy es imposible, no hay recursos, pero voluntad para revertir esta triste situación sobra.
 

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Pocos recuerdos quedan del viejo club Universitario, el verde y blanco que se forjó en la UNSa y que con el paso del tiempo se transformó en uno de los clubes más respetados de la provincia. Sin embargo, desde la separación de la U en 2008 (entre Universitario Rugby y Uni Hockey), uno se fue para arriba y el otro, para abajo.
Los que se quedaron en el predio de la Universidad Nacional tuvieron que “remarla en dulce de leche con palillos”, como dicen, y la institución que solo tiene hockey, tanto masculino como femenino, hoy sufre el peligro de extinción, por eso están en busca de nuevos jugadores para levantar vuelo antes de que sea demasiado tarde. “Tenemos la cuota más baja del país”, avisan.
Ariel Barboza (presidente), Noemí Nieva (primer vocal) y Cecilia Oliva (secretaria), tres de los 15 integrantes y padres de la comisión, recibieron a El Tribuno una de las tantas tardes frías del mes, a la intemperie porque ni siquiera cuentan con un techo para refugiarse.
“Tenemos un total de 100 jugadores entre varones y mujeres y jugamos en todas las categorías”, cuentan. 
Oliva reconoce: “La Secretaría de Deportes de la Provincia, a través de Sergio Plaza, es nuestro gran soporte y de a poco intentamos encaminar el club que durante mucho tiempo estuvo parado”.
De 16 a 19 (o un poco antes si la luz natural desaparece, porque tampoco cuentan con reflectores), entrenan entre los edificios de la universidad y el Instituto de Educación Media de la Universidad Nacional de Salta, el IEM.
“Todo lo que hay es lo que ven”, presentan los dirigentes y lo que se ve es un terreno pelado, cercado por un alambrado que va a desplomarse en cualquier momento, con únicas instalaciones sanitarias de la UNSa, a unos 50 metros.
“No cobramos inscripción y la cuota es de $150, la más baja de todo el país. Cobramos eso para que los chicos puedan venir”, sostienen.
“El trato con la Asociación Salteña de Hockey es bueno, no tenemos preferencias, ni tampoco se nos castiga. Somos un club más”, remarcan.
La ASH también intenta que se sostenga el club, pese a que obviamente ellos no tienen una cancha en condiciones de ser locales.
“Tenemos que alquilar para jugar los fines de semana. Generalmente hacemos de local en Cachorros, que queda en la otra punta de la ciudad y es difícil juntar a los jugadores”, comentan. Los obstáculos son muchos.
Los dirigentes saben que hay una sola salida posible para crecer: el terreno propio y en caso contrario, Universitario Hockey pasará a ser solo un recuerdo.
“Es nuestro sueño tener un terreno propio, donde podamos progresar. Cada cosa que intentamos hacer, por más chica que sea, hay que pedir permiso a través de una nota a las autoridades de la UNSa”, dicen.
El club de una leona
Un dato no menor es que la única leona salteña, Gabriela Aguirre, quien estuvo muchos años ligada a la Selección argentina y de hecho participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, aprendió a jugar al hockey en esa humilde cancha que levanta polvo cada vez que la bocha hace el recorrido entre los palos de los jugadores.
La U, con Aguirre, fue el único equipo capaz de hacerle frente a Popeye. Hoy es imposible, no hay recursos, pero voluntad para revertir esta triste situación sobra.
 

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