El drama de Argemina Gutiérrez muestra la paradoja de Salta. Una provincia que parece haberse empeñado en prorrogar la pobreza, sin fecha de vencimiento.
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El drama de Argemina Gutiérrez muestra la paradoja de Salta. Una provincia que parece haberse empeñado en prorrogar la pobreza, sin fecha de vencimiento.
En los tiempos míticos de Juan Domingo Perón y, luego, durante la presidencia de Arturo Frondizi, el sistema tributario se orientó a gravar los campos improductivos, para estimular la inversión generadora de divisas y de trabajo rural. A Argemina la castigan por desbajerar 24 hectáreas para dedicarlas a pasturas.
Es difícil hallar coherencia en esa conducta de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia, más allá de que supuestamente esté cumpliendo la ley.
Cuando en 2008 se diseñó el Ordenamiento Territorial, su desacople con el proyecto productivo se explicó asignándole un "criterio social". Un equipo de antropólogos fue el encargado de asegurar que los pueblos originarios pudieran mantener su economía tradicional de recolectores y pescadores; olvidaron verificar dos cosas: si los aborígenes querían vivir así o preferirían disfrutar de los beneficios de la cultura occidental, y también, si las condiciones actuales de Rivadavia son las mismas que en "los tiempos originarios".
Por lo pronto, dejarla a Argemina desbajerar tranquila sus pequeña parcela para apacentar sus vacas sería mucho más consistente con los propósitos sociales del ordenamiento territorial.
Como suele decirse, al que trabaja se lo castiga y al que no, se lo premia.
Los datos estadísticos muestran que en Rivadavia, los premios de los llevan los dueños del poder local.
El potencial
Rivadavia es el departamento de mayor superficie de la provincia, con 25.951 km2, con una población de 30.300 habitantes (censo del año 2010). Es también el más pobre, superado en ese registro nefasto por Ramón Lista, de Formosa. Es una llanura semiárida que no supera los 300 metros sobre el nivel del mar, cuya perspectiva de desarrollo se apuntala en la ganadería.
"El futuro con desarrollo sustentable debería venir de la mano de esta actividad", sostiene el veterinario y ruralista Ignacio Lupión, en un trabajo referido al potencial ganadero de Salta.
El departamento cuenta con 1.500.000 hectáreas actualmente explotadas y pastoreadas en forma irracional. "Sin el cuidado necesario, por motivos diferentes, como la distancia al agua, la falta de potreros, la carencia de pasturas implantadas, escaso acceso a la tecnología y a las buenas prácticas de manejo", señala Lupión, quien estima que incorporando desarrollo en esta superficie, el stock departamental de ganado bovino podría quintuplicarse y llegar a las 850.000 cabezas.
Lo que falta
El caso de Argemina es la cabeza del iceberg de lo que falta en el sistema productivo, de Salta y del país; voluntad de desarrollo.
Falta mirada hacia el futuro. La política prefiere dormirse en un absoluto presente.
El campo ya no puede sostenerse con la explotación a destajo de los campesinos pobres, porque existe una legislación laboral que abarca todo el territorio, y tampoco puede depredar el bosque nativo, porque hay una ley que lo protege (la ley 7070) y porque el pastoreo sin manejo ya se ocupó de arrasarlo.
Los fantasmas de la literatura anti rural son solo eso, fantasmas que agitan los que lucran con ellos.
Además,cualquier desarrollo rural es sustentable si se apuntala en inversión tecnológica y se propone objetivos industriales.
Las claves del caso Argemina
¿Cuál es la razón para que la Secretaría de Ambiente coloque a Argemina en el papel de depredadora?
El expresidente de Federsal, Carlos Segón, sostiene que la ganadería debe ser el motor del desarrollo económico salteño y en Salta, agrandar pasturas es el único fomento ganadero. Es lo que, tímidamente, quiso hacer la productora sancionada.
El ordenamiento territorial se ha convertido así en un collar de ahorque que contradice los objetivos que enuncia.
Rivadavia es un territorio despoblado y con inadmisibles índices de subdesarrollo. Cuenta con dos ríos portentosos: el Bermejo y el Pilcomayo, y está sobre un acuífero extraordinario. ¿Cuál es la razón para tanta pobreza sobre tanta riqueza? Una provincia (y un país) sin decisión productiva, sumado al esmero de los ambientalistas (cuyos propósitos son poco claros) y a la permeabilidad de la dirigencia a sus presiones.