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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Niños hipoacúsicos, felices e integrados a la educación común

La escuela N§ 4694 San Leonardo Murialdo del Centro de Computación Educativo CHIP N§ 8203 realiza experiencias integradoras exitosas en Rosario de la Frontera.
Sabado, 25 de agosto de 2018 00:00

Lautaro tiene 11 años y concurre a sexto grado de la escuela San Leonardo Murialdo. Además un instituto da clases gratis de computación a estos chicos. Mediante estrategias de enseñanza y aprendizaje, en Rosario de la Frontera hay claras y ejemplificadoras muestras de inclusión.

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Lautaro tiene 11 años y concurre a sexto grado de la escuela San Leonardo Murialdo. Además un instituto da clases gratis de computación a estos chicos. Mediante estrategias de enseñanza y aprendizaje, en Rosario de la Frontera hay claras y ejemplificadoras muestras de inclusión.

El niño no escucha ni puede hablar, pero esas limitaciones no le impiden ser un buen alumno y estar integrado en una escuela común con excelentes resultados, en un ejemplo de inclusión.

Lautaro se paró al frente del aula con sus compañeros y comenzó a dar una clase sobre el sistema nervioso central. Colocó un afiche y fue pegando carteles señaladores para explicar todo, mientras sus compañeros lo acompañaban.

El niño concurre a sexto grado de la escuela 4694, San Leonardo Murialdo, donde la docente María Elena Checa encara con entusiasmo el desafío diario, con una fuerte apuesta a la integración, con la participación de todos los alumnos.

Cuenta con el apoyo de la maestra integradora Silvana Herrera, de la escuela especial Santa Lucía, quien trabaja como intérprete y a la vez le enseña lenguaje de señas a todo el grado.

 

Lautaro, en su clase de computación

"En este grado hay 20 alumnos. Lautaro es hipoacúsico y tengo otro niño, Matías, con dificultad auditiva. Este grupo es muy solidario y colaborador y sobre todo inclusivo porque acompañan en todo a Lautaro, quien tiene más dificultades, que no son un obstáculo para avanzar en calidad educativa, porque trabaja a la par y al ritmo de todos", destacó Checa a El Tribuno.

"Lautaro no escucha nada, no habla, pero emite sonidos, onomatopeyas, nada más. Tenemos el apoyo de Silvana que nos enseña a todos el lenguaje de señas y seguimos avanzando. Lautaro concurre desde tercer grado a esta escuela, conmigo está desde cuarto integrado. Acá somos todos para uno y uno para todos", remarcó.

Los chicos realizan trabajos integrales, donde pueden desplegar todo su ingenio y creatividad en el aprendizaje.

"Yo comencé este año a trabajar como maestra de apoyo, haciendo el acompañamiento a Lautaro. Al niño no le resultaron los audífonos porque siente perturbación, ruidos, no escucha la palabra hablada, pero si los sonidos, entonces eso le molesta y no los quiere utilizar", comentó Herrera, quien es intérprete.

"Lo que hacemos a partir de la lengua de señas, que es lo que utiliza la comunidad sorda, es que los niños le vayan dando un significado a cada palabra. Hay una lengua Argentina, porque no es universal y también hay regionalismos, que son muy importantes para el entendimiento de acuerdo a las provincias", indicó.

Herrera dijo que actualmente están impulsando y concientizando para que las escuelas inclusivas comunes puedan tener el diccionario que envió Nación y se utiliza en las escuelas especiales.

"Es para que las maestras tengan esa herramienta de apoyo para trabajar con estos niños hipoacúsicos", dijo la maestra integradora.

Cabe destacar que ese material estará disponible en la escuela los próximos días para servir de apoyo a las maestras tanto como a sus alumnos, confirmó la vicedirectora Dina Bustos.

Apuesta a la integración

Por otra parte, el Centro de Computación Educativo CHIP N§ 8203, de Rosario de la Frontera, ha pensado en todos los niños de la comunidad; y es por ese motivo que desea aportar su calidad humana haciendo uso de su trayectoria educativa para aportar acciones de contención para favorecer la inclusión real.

Con ese objetivo surgió un proyecto con motivo de generar redes institucionales en la comunidad, ya que la tecnología es una herramienta fundamental en el siglo XXI.

Cabe destacar que este taller de Informática educativa es totalmente gratuito y con material de trabajo incluido.

"Se planteó un taller de computación, para niños y adolescentes, sordos e hipoacúsicos comprendidos entre las edades de 6 a 14 años, evaluando la importancia de la comunicación. Surgió la necesidad de construir espacios donde los estudiantes se incluyan en la sociedad desde diferentes contextos y actividades que les permitan desarrollar un aprendizaje integral, que los potencie en el trabajo colaborativo y en competencias que fortalezcan el pensamiento computacional", dijo María Elena Checa, propietaria del instituto, quien a partir de las experiencias en las escuelas públicas decidió brindar ese aporte gratuito a los chicos especiales.

La experiencia se inició el jueves pasado, con la concurrencia de seis alumnos hipoacúsicos. "Esto acerca a los estudiantes a aprendizajes significativos para la vida diaria, logrando aprender conocimientos útiles y nuevos para incluirse en el mercado tecnológico que la comunidad actual exige en cada trámite de la vida cotidiana; dado que la tecnología nos acerca a todo tipo de comunicación", dijo la solidaria docente Checa.

Objetivos de la iniciativa

Entre los objetivos de la iniciativa se encuentran generar espacios reales de inclusión para todos los niños y adolescentes de la comunidad, acercar la tecnología a la vida de cada persona, brindando herramientas para manejarse en la actualidad.

 

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