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¿Un préstamo?, ¿osalvavidas de plomo?

Jueves, 17 de enero de 2019 00:00

Son muchas las versiones de economistas futurólogos de cómo ira la economía en los próximos meses y/o años, y si el próximo gobierno deberá o no hacer cambios de 180 grados. Lo cierto es que después de los diagnósticos errados pronosticados para 2018, hoy las expectativas y credibilidad pasan a ser tomadas con mucha cautela.

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Son muchas las versiones de economistas futurólogos de cómo ira la economía en los próximos meses y/o años, y si el próximo gobierno deberá o no hacer cambios de 180 grados. Lo cierto es que después de los diagnósticos errados pronosticados para 2018, hoy las expectativas y credibilidad pasan a ser tomadas con mucha cautela.

Economistas definidos como "libertarios" no creen en el optimismo del gobierno con sus predicciones, opinan que el próximo año la inflación va a ser superior al 30% y que es muy probable que el dólar vuelva a saltar. Ergo, a las pymes este año les va seguir siendo difícil mantener puestos de trabajo y pagar los impuestos. Opiniones de otros economistas que no pertenecen a esta línea de pensamiento también están preocupados no solo por estas variables sino además por el estado de nuestra deuda y los intereses que debemos pagar.

Argentina tiene que achicar los gastos, especialmente los de la clase política porque gasta más de lo que recauda, razón por la que necesita pedir dinero prestado con todas las consecuencias que esto representa. Tanto el gobierno de Cristina Kirchner como el de Mauricio Macri han empobrecido a nuestro país y no han mejorado hasta la fecha las variables económicas, financieras y sociales. La economía no creció el año pasado; con empresas que cierran y perdidas de fuentes de trabajo, la pobreza sigue en aumento.

Una tercera parte de la población es pobre y la mitad de todos nuestros niños también lo son. Los aumentos considerables de los planes y ayudas sociales no lograron que se revierta esta ecuación, al no aumentar las inversiones necesarias que generen nuevos emprendimientos y fuentes de trabajo. Y con respecto a las variables financieras es donde necesitamos hacer varias observaciones. Por lo pronto, no se conoce cuál es el monto de la deuda pública consolidada, pero podemos afirmar que el pago de intereses constituye el primer y más importante gasto del presupuesto. Frente a esto, el préstamo del FMI solo sirve para garantizar a los ahorristas e inversores en títulos argentinos que van a cobrar sus intereses. Será muy difícil lograr que la economía crezca donde tenemos tasas de interés que paga el gobierno cercanas al 60%, esto perjudica a la actividad productiva ya que cualquier inversor, ahorrista prefiere poner sus acreencias en plazo fijo o títulos de deuda y no correr riesgos que todo emprendimiento privado necesita.

Lo que se podría hacer

Son muchos los analistas que opinan sobre los cambios que deberá realizar el nuevo gobierno (gane quien gane) para revertir el actual esquema con tasas de interés elevadas, inflación, gran presión tributaria, reglas de juego poco claras, elevado endeudamiento, sus impagables intereses y lograr un país creíble, confiable con reglas de juego que se mantengan en el tiempo, es decir con políticas de Estado para contar con precios competitivos de nuestra producción.

Ante esta realidad, desde la economía se estudian diversas propuestas y sus consecuencias sobre políticas monetarias para que la clase política decida el camino a seguir para cumplir con los objetivos propuestos en el párrafo anterior, entre las más importantes propuestas citamos las siguientes:

*Default (cesación de pagos). Si no hubiera sido por el préstamo que el FMI nos otorgó para pagar los servicios de nuestra deuda, hoy estaríamos en default. El nuevo gobierno podría declarar a Argentina en default y renegociar el pago de capital e intereses de la deuda, pero recordemos la experiencia que tuvimos sin ir más lejos en el tiempo en la pasada crisis del 2001/2002 cuando el efímero presidente Adolfo Rodríguez Saá declaró la cesación de pagos en el Congreso, en medio de la ovación desenfrenada de los parlamentarios. Así se llegó a lo que se llamó "el paga Dios" que consistió en rebajar en un porcentaje significativo el valor a los títulos de nuestra deuda soberana y refinanciar los intereses.

Hoy las condiciones no son las mismas y no se espera un repunte del valor de los commodities, especialmente la soja. Ante un nuevo desplante, no volveríamos a tener acceso al crédito internacional. Refinanciar la deuda con el FMI podría ser una solución hasta que empiece a crecer nuestra economía.

*Convertibilidad: significa atar la cotización de nuestra moneda a la de una moneda o canasta de monedas, cuya cotización es estable y la incidencia de la inflación sería mínima. Le quitaríamos una herramienta al gobierno que es la política monetaria y nos preguntamos si actualmente tenemos tanta moneda extranjera para cambiarla por la cantidad de circulante emitido en pesos argentinos. Crear una nueva moneda: hoy nuestra economía es bimonetaria (pesos y dólares), algunos analistas opinan que se debería crear una nueva moneda argentina que al comienzo actuaría como una moneda paralela hasta absorber los dólares y los pesos argentinos. Este esquema contempla que el ingreso y egreso de divisas ya sea para aplicarlo al comercio exterior o al turismo, serán manejados por un organismo destinado a estos fines.

*Más ajuste y equilibrio: contempla seguir como estamos actualmente hasta lograr el equilibrio fiscal primario y secundario (incluye pago de intereses de la deuda), refinanciar la deuda, bajar la tasa de interés, la presión fiscal, darle previsibilidad y reglas de juego claras a los inversores y lograr que crezca la economía. Sea cual fuere el proyecto a implementar tendrá que servir para que nuestra economía comience a crecer y que nuestra producción sea competitiva

 

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