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Demora la obra que solucionaría el problema eléctrico del norte

Su costo ronda los 30 millones de dólares, que será financiado por el Gobierno de Bolivia. Las gestiones están frenadas porque exigen elevados montos por las servidumbres de paso.
Lunes, 28 de enero de 2019 02:27
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"No hay mucho interés o, al menos, los funcionarios no conocen los problemas que hay en el departamento San Martín en materia de electricidad; con un servicio deficiente sumado a la carencia de agua, es imposible pretender que alguien se instale para producir algo". Esa es la opinión del diputado nacional por Salta Sergio Leavy, en referencia a las demoras que está teniendo la construcción del tramo de 70 kilómetros de línea eléctrica proveniente de la vecina Bolivia y que debe cubrir la interconexión desde la línea de frontera hasta la estación transformadora de Transnoa ubicada en el acceso sur de Tartagal.

La semana pasada, la ministra de Producción, Trabajo y Desarrollo Sustentable, Graciela Pinal de Cid; el secretario de Energía, Marcelo Juri, y el cónsul del Estado Plurinacional de Bolivia, Mauricio Espinoza, se reunieron -según se anunció en el parte oficial del Gobierno de la Provincia- para "fijar líneas de trabajo y plazos para la concreción de una audiencia pública en la zona" de la obra de construcción de una línea eléctrica de transmisión binacional de 110 kilómetros de extensión que comienza en Yaguacua, cuyo tramo de 40 kilómetros ya está concluido, y que debe finalizar en Tartagal. La realidad es que antes de una audiencia pública para debatir el impacto ambiental del proyecto, los 130 permisionarios por el que deben pasar los 70 kilómetros -desde la frontera hasta el acceso sur de Tartagal- todavía no han dado su consentimiento y más de uno directamente se opone a autorizar la servidumbre de paso. "Antes quieren saber cuánto les van a pagar", explicó un conocedor del tema que participó de una primera audiencia pública realizada el año pasado, donde se declaró la obra del interconectado Juana Azurduy de Padilla de utilidad pública.

Generada en Bolivia

El 27 de septiembre de 2015, el presidente de Bolivia Evo Morales dejaba inaugurada la Planta Termoeléctrica del Sur, ubicada en Yaguacuá, que actualmente alcanza una capacidad de generación de 160 MV con una inversión de más de 120 millones de dólares, los cuales fueron financiados a través del Banco Central de Bolivia (BCB) y construia por ENDE, la empresa nacional de electricidad del vecino país.

Al arribar a la planta, el presidente Morales fue recibido por el entonces alcalde de Yacuiba Carlos Brú Cavero, y por el exintendente de Tartagal Sergio Leavy.

Pasados más de tres años, Leavy recordó que "la idea siempre fue la de hablar de integración en todos los aspectos, incluido el energético; con esta planta el Chaco boliviano cuenta con la energía que necesita multiplicada por seis, por tanto necesita imperiosamente venderla a la Argentina o a Brasil; por ese motivo decidieron financiar con capital boliviano la obra del interconectado binacional, inclusive en lo que hace a los 70 kilómetros de territorio argentino porque los 40 que se extienden en el sur de Bolivia ya están concluidos hace meses".

Hasta este momento, y luego de una primera audiencia pública donde se otorgó un certificado de conveniencia y necesidad pública, "una empresa que fue adjudicada para la construcción de esta obra ya alquiló un predio entre Tartagal y Mosconi y, por lo que conozco del tema, están esperando contar con la autorización de los permisionarios que cobrarán por la servidumbre de paso de la línea de interconectado que atravesará varias fincas".

"Argentina no tiene que poner un centavo porque la obra se hace con capitales estatales de Bolivia, de manera que la falta de recursos no es argumento, porque hasta el alquiler de la base de operaciones y el personal actual lo está abandonando Bolivia. Lo que pienso es que hay desinterés en darle al norte la energía que necesita en cantidad y calidad", opinó el legislador nacional por Salta.

Capacitaron a trabajadores para contar con mano de obra calificada

Apuestan a que la empresa constructora contrate a personal local para las tareas.

José “Pepe” Barraza es un conocido dirigente político de la zona, trabaja en la industria de la electricidad hace más de 35 años y conoce la situación de la región en materia energética, los problemas y las posibles soluciones para un servicio que es deficitario y que con los años lo será aún más, porque a diferencia de otras regiones, el norte de la provincia crece todos los años en población y en demanda de servicios esenciales.
Barraza explicó que “esa línea internacional denominada originalmente extra alta tensión debía ser de 500 KV previendo inyectar al interconectado 1.000 megavatios, lo cual implicaba originalmente una obra valuada en 260 millones de dólares y una recaudación para Bolivia de 1.300 millones en el término de 10 años; pero por alguna razón que desconocemos solo fueron autorizados a construir en territorio argentino una línea de 132 MV, lo cual para el norte es más que auspicioso porque el pico de consumo para Tartagal u Orán en días de intenso calor es de 50 MV”, expuso Barraza. 
“Para hacer el punto de conexión con Transnoa se necesita construir una línea de 71 kilómetros desde la frontera Argentina-Bolivia porque del lado boliviano los 42 kilómetros ya están construidos, básicamente porque la metodología de trabajo que tiene Bolivia es diferente a Argentina: allí primero se hace la obra y después se presenta la documentación requerida”. 
La documentación que Barraza menciona para este tipo de proyectos está referida a los permisos de los propietarios de los predios por donde debe pasar la línea, los estudios de impacto ambiental y social y aspectos relacionados con la seguridad, más aún para este tipo de instalaciones en altura (las torres de alta tensión alcanzan los 40 metros) que requiere personal calificado.
En ese aspecto Barraza viene trabajando desde el anuncio de esta obra en capacitar a operarios que eventualmente puedan trabajar en el tendido del interconectado internacional. “No me corresponde hablar del aspecto empresarial, pero por el conocimiento que tengo, ENDE (la estatal boliviana de energía) le adjudicó a una empresa argentina que está en la zona la obra de construcción del Juana Azurduy, que tiene un presupuesto de unos 30 millones de dólares”, detalló, e indicó: “Por mi parte lo que hice fue promover la capacitación de 35 operarios de trabajo en altura, de rescate y otras temáticas, contando con el apoyo económico de municipios, legisladores y algunos comerciantes del departamento San Martín”.
“Actualmente queremos promover otro curso complementario con gente que tiene experiencia internacional porque la idea es que la empresa adjudicataria contrate a personal capacitado porque la realidad es que no hay empresas que se dediquen a la construcción de líneas de alta tensión y hoy contamos con ese staff de trabajadores”, afirmó.
“En este momento se está en los preparativos de la traza y, como hay alrededor de 130 permisionarios, se deben conseguir las servidumbres de paso para realizar luego el estudio de impacto ambiental con una posterior audiencia pública como es de rigor”, indicó.
Finalmente, señaló: “Es importante, no solo por la generación de puestos de trabajo por alrededor de 18 meses que puede durar la obra, sino para superar los históricos problemas que tenemos en el norte en materia de electricidad”.
“Al tener al acceso a energía del lado norte, ante cualquier eventualidad del lado sur no tendríamos los inconveniente actuales”, concluyó el dirigente norteño.
 

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