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Inimaginable: los tiempos en que la Rotonda de Limache era una “canchita” de fútbol

Había tan poco tránsito en la zona por las noches, que se armaban históricos partidos de fútbol entre los “changos” de los barrios cercanos.
Miércoles, 23 de octubre de 2019 11:26

La pujante zona sur de la ciudad de Salta hoy luce muy distinta a los años 80, con sus enormes hipermercados, paseos, puentes y autopistas. Pero muchos recordarán, que hace poco más de tres décadas era un apacible zona muy poco transitada. Tanto, que la ex Rotonda de Limache oficiaba de “mini estadio” de fútbol. 

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La pujante zona sur de la ciudad de Salta hoy luce muy distinta a los años 80, con sus enormes hipermercados, paseos, puentes y autopistas. Pero muchos recordarán, que hace poco más de tres décadas era un apacible zona muy poco transitada. Tanto, que la ex Rotonda de Limache oficiaba de “mini estadio” de fútbol. 

 

En la fotografía de uno de los laterales de la rotonda puede apreciarse una de las torres con reflectores.


Tal vez sea difícil imaginar hoy por hoy, que por la congestionada intersección de las entonces estrechas avenidas Paraguay, ExCombatientes, Banchik y Tavella, se jugaba por las noches al fútbol a la luz de los potentes reflectores que circundaban la improvisada cancha en la que los “changos” de los barrios aledaños solían hacer hasta pequeños torneos. 
El parque automotor por aquellos tiempos era muy reducido. Quienes circularon por allí recordarán, que muchas veces el balón a la cinta asfáltica y los vehículos tenían tiempo de frenar para no pasarle por encima, mientras los aguerridos jugadores lo recogían rápidamente para continuar con el picadito.

Muchos salteños memoriosos también recuerdan que en la amplias banquinas que por entonces tenía la avenida Tavella, también se armaban memorables partidos. 
“Decenas de chicos y jóvenes nos juntábamos donde ahora está una estación de servicio, frente a la Rotonda de Limache, y al lado del recordado autocine. Que linda época”, recordó un vecino de barrio San Remo.
Los espacios verdes camino al Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes, que por entonces se llamaba El Aybal era, al igual que hoy en día, el sitio elegido para actividades “cardio”, y podía verse -especialmente por las noches- gran cantidad de gente correr y caminar por los senderos. La parada obligada para retomar fuerzas y oxigenar era la rotonda, debajo de los potentes reflectores. 
 

Nostalgia
 
Los hermanos José y Cristobal Flores, vecinos de San Luis, recordaron: “Por aquellos tiempos nos veníamos caminando por la ruta 51 (hoy avenida Banchik) desde el barrio para jugar a la pelota en la rotonda. Tenía muy buena iluminación de noche, el resto de las rutas eran oscuras, así que se destacaba. Jugábamos contra los changos de El Tribuno, el Inter y otros equipos”. Luego agregó: “No había peligro, improvisábamos los arcos en la circunferencia de la rotonda, donde se juntaba mucha gente. El tránsito era muy escaso, sobre todo de noche, solo pasaba la gente que iba a los barrios más antiguos de la zona sur y a Cerrillos. Hoy miro la rotonda con mucha nostalgia”.
Efectivamente, para los conductores que circulaban por el lugar, los “partiditos” en la rotonda rompían la monotonía de transitar por las oscuras ruta 68 y 51, de solo dos carriles. Hay que tener en cuenta que en dirección sur, solo se destacaban puntos con iluminación en el predio del diario El Tribuno, en los barrios El Tribuno, Bancario e Intersindical, para retornar la penumbra hasta la entrada al Bº Santa Ana. Ese era el último oasis de claridad antes de llegar a Cerrillos y atravesar la frondosa alameda de la Recta de Cánepa. Qué tiempos aquellos ¿no?
 

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