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“Los intendentes deben ser promotores del desarrollo local y generadores de trabajo genuino”

Entrevista a Darío Valenzuela, candidato a intendente por el frente Sáenz Gobernador.
Sabado, 02 de noviembre de 2019 00:56

El arquitecto y docente Darío Valenzuela fue intendente de Tartagal en el período 2004-2007, diputado provincial por San Martín y subsecretario de Obras Públicas de la provincia. Como principal referente del macrismo en el norte de la provincia, se desempeña desde 2015 como director de L.R.A. 25 Radio Nacional Tartagal y aspira a ocupar nuevamente la intendencia por el frente que lidera Gustavo Sáenz. 

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El arquitecto y docente Darío Valenzuela fue intendente de Tartagal en el período 2004-2007, diputado provincial por San Martín y subsecretario de Obras Públicas de la provincia. Como principal referente del macrismo en el norte de la provincia, se desempeña desde 2015 como director de L.R.A. 25 Radio Nacional Tartagal y aspira a ocupar nuevamente la intendencia por el frente que lidera Gustavo Sáenz. 

¿Porqué quiere ser nuevamente intendente de Tartagal?

 Porque tengo la experiencia y el conocimiento que me dieron haber sido intendente de mi ciudad, pero también todos los otros cargos que ocupé en muchos años de participación política. Tengo la certeza de que el próximo gobernador será Gustavo Sáenz, un dirigente que entiende que el federalismo aplicado a nivel provincial, el desarrollo en toda la provincia y no concentrado en la capital será el que le dé a cada pueblo o ciudad los servicios de salud, seguridad, vivienda, educación y trabajo que necesitan para que nadie tenga que emigrar a la ciudad de Salta. El departamento San Martín ha sido una región sistemáticamente desatendida por los gobiernos provinciales, pero desde Tartagal debemos consolidar ese compromiso con el próximo gobernador y acompañar esa gestión en una suerte de pacto político y social con Gustavo Sáenz. 

Usted es uno de los pocos funcionarios que dejó la intendencia sin que le pinten los dedos, como se dice vulgarmente...

 Los cuatro años que fui intendente y cuando fui diputado seguí trabajando en mi actividad privada como arquitecto dirigiendo obras y como docente, porque nunca falté a dar clases. A la función pública se va por vocación de servicio, no para conseguir un nivel de vida que no se pudo alcanzar antes de ser funcionario. Si bien la intendencia me demandaba la mayor cantidad de horas de mi jornada creo que mi condición de arquitecto me ayudó, pero también el hecho de haber conformado un equipo de trabajo de gente muy capacitada, porque los cargos no pueden ser ocupados por punteros.

¿Cuál es el principal problema que tiene Tartagal?

La falta de empleo. Y eso solo se puede abordar teniendo un proyecto integral para orientar el desarrollo, un proyecto que lo elaboramos durante mi gestión hace 14 años, en el que ya hablábamos de la reconversión económica que se venía para San Martín y que lo tenemos totalmente actualizado. Lo primero que planteamos era la producción local para el consumo interno y autoabastecernos de alimentos haciendo un proyecto de desarrollo ganadero. Durante mi intendencia llevamos el matadero municipal a la categoría de matadero provincial, dotándolo de todo lo que necesitaba. Es increíble pero un establecimiento agroganadero instalado en el municipio de Tartagal que cuenta con 60.000 cabezas de ganado lleva a faenar sus animales a otro municipio, cuando se podría hacer en Tartagal. Y eso generaría puestos de trabajo genuino. Cuando me fui quedó elaborado el proyecto de la fabricación de aceite de semilla de tártago y hace un tiempo la gente de una petrolera dedicada a la venta de combustibles me comentaba que ellos necesariamente deben hacer el corte (incluír en los productos componentes ecológicos, como el biodiésel) y que tienen que obtenerlo de una fábrica de Orán.

¿Cuáles son las condiciones que debe tener un dirigente para aspirar a la intendencia?

 Tener capacidad de gestión es fundamental, tener un buen equipo y aprovechar todas las ventajas que nos da vivir en una zona como el departamento San Martín. Los intendentes deben ser capaces de generar fuentes de empleo genuino, porque no va más eso de cumplir con el ABL (alumbrado, barrido y limpieza) y repartir bolsones, colchones y chapas. Y tampoco es cierto que la salud, la educación o la seguridad no son de su competencia. Cuando asumí la intendencia me fui a hablar con el entonces gobernador Juan Carlos Romero para pedirle que termináramos en forma conjunta la nueva ala del hospital Perón, que estaba paralizada hacía varios años. Le propuse que la obra la íbamos a hacer desde el municipio y que la Provincia destinara los fondos porque las empresas anteriores habían certificado un avance de obras que no se condecía con la realidad. Allí trabajaron grupos de desocupados y la zona pudo contar con esa gran obra.

La obra pública sirvió para contener a los desocupados...

 Como otro ejemplo puedo contar que muchos desocupados se fueron a trabajar reparando las escuelas, pero con el compromiso de los directivos que fiscalizaban de cerca cómo se hacían los trabajos, porque hay que abrir el juego y comprometer a todos los actores sociales. En una oportunidad, estando en Buenos Aires, llegué hasta el Ministerio de infraestructura y me enteré que había un plan para construir 1.000 escuelas en todo el país. Así se logró la construcción de las dos últimas escuelas que se levantaron en Tartagal, la escuela Luis María Pretty y Jesús Reyes, porque desde entonces nunca más se construyó un edificio escolar. Ahí también trabajaron muchos desocupados. Tengo el orgullo de decir que durante mi intendencia comenzamos a proyectar el complejo judicial de Tartagal junto al gobernador Romero y a un grupo de magistrados del norte. La obra tuvo sus bemoles pero ahí está.

¿De qué otra forma se puede generar empleo genuino acá?

 Hace unos años el municipio literalmente compró una fábrica textil con una veintena de maquinas industriales que no tiene ninguna utilidad y es un verdadero desperdicio. Pero para que un proyecto de ese tipo sea rentable y genere puestos de empleo se necesita un gerenciamiento, alguien que ofrezca lo que la fábrica produce, que venda online, que se vincule con otros muncipios y otras provincias. Delantales, uniformes para colegios, escuelas, hospitales, clínicas, fuerzas de seguridad, empresas, necesitan imperiosamente este tipo de producciones. Actualmente esa fábrica solo tiene 6 chicas -que en su momento fueron capacitadas- que cobran 600 pesos y sin ninguna posibilidad de crecer. Un intendente es el principal promotor del desarrollo local. 

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