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Manifestantes se enfrentaron este martes con la policía en la capital de Chile luego de que cientos de miles de personas protestaran en Santiago y otras ciudades en una jornada de huelga general y en la cuarta semana de una ola de protestas que ha evidenciado la desigualdad social en el país, mientras que el peso chileno cayó a un mínimo histórico.
En el día 25 de movilizaciones contra el gobierno del presidente conservador Sebastián Piñera y el modelo económico neoliberal heredado de la última dictadura, el llamado a la huelga fue altamente apoyado en Santiago, donde vive la mitad de los 18 millones de habitantes de Chile.
Los manifestantes, entre ellos obreros, estudiantes y docentes, reiteraron en Santiago sus reclamos de mejores salarios y jubilaciones y condiciones laborales, así como de una nueva Constitución que garantice el derecho a la educación y la salud pública y a un sistema de pensiones gestionado por el Estado y no de manera privada.
Las calles de la capital se llenaron de banderas y pancartas de sectores laborales y ciudadanos que se sumaron a organizaciones sociales y gremios en una multitudinaria marcha que se desplazó por el centro hasta el punto neurálgico de las protestas, la Plaza Italia, ahora bautizada Plaza Dignidad, informó la agencia de noticias.
El transporte público operó con relativa normalidad, tanto los colectivos como el subte, al igual que el aeropuerto de Santiago, mientras que las clases fueron suspendidas y muchos organismos públicos prestaron servicios mínimos.
La Subsecretaría del Interior chilena cifró en 80.000 los manifestantes que llenaron la Alameda, principal arteria capitalina, aunque el ambiente en las calles daba la sensación de más afluencia.
También hubo protestas en otras ciudades como Arica, Antofagasta, Concepción, Rancagua, Iquique, Viña del Mar y la costera Valparaíso, que alberga el Congreso nacional, que tuvo que suspender actividades.