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Peripecias de los trabajadores argentinos en ciudades de Chile

Un maquinista de ferrocarril asentado en Antofagasta contó cómo viven la revuelta.Están bien cuidados por la empresa que los contrató, pero encerrados hace casi un mes.
Lunes, 18 de noviembre de 2019 01:14

 Un importante números de maquinistas de trenes oriundos de la ciudad de General Güemes se encuentra prestando servicios en Chile desde hace una década aproximadamente. 
Estos trabajadores argentinos no son ajenos al conflicto que afecta el vecino país y viven esa tensa situación con el temor lógico de ser testigos a diario de grandes disturbios en las calles, escuchar tiros y ver el negro humo de los incendios subir al cielo en densas volutas.
Los ferroviarios fueron convocados para formar parte de una empresa que se dedica al transporte de cobre que es extraído de las zonas mineras de Chile.
La convocatoria de los maquinistas tuvo lugar para hacer frente a la urgente necesidad de contar con mano de obra calificada, por lo que la empresa chilena centró su búsqueda en la ciudad de Güemes que cuenta con un importante número de trabajadores ferroviarios, que quedaron desocupados tras la privatización del ferrocarril Belgrano, pero con la capacitación y experiencia suficiente para hacerse cargo de la conducción de trenes en las altas montañas.

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 Un importante números de maquinistas de trenes oriundos de la ciudad de General Güemes se encuentra prestando servicios en Chile desde hace una década aproximadamente. 
Estos trabajadores argentinos no son ajenos al conflicto que afecta el vecino país y viven esa tensa situación con el temor lógico de ser testigos a diario de grandes disturbios en las calles, escuchar tiros y ver el negro humo de los incendios subir al cielo en densas volutas.
Los ferroviarios fueron convocados para formar parte de una empresa que se dedica al transporte de cobre que es extraído de las zonas mineras de Chile.
La convocatoria de los maquinistas tuvo lugar para hacer frente a la urgente necesidad de contar con mano de obra calificada, por lo que la empresa chilena centró su búsqueda en la ciudad de Güemes que cuenta con un importante número de trabajadores ferroviarios, que quedaron desocupados tras la privatización del ferrocarril Belgrano, pero con la capacitación y experiencia suficiente para hacerse cargo de la conducción de trenes en las altas montañas.

 Asentados en Antofagasta

Cuando no están sobre las vías conduciendo un enorme tren de cargas hacia las minas, descansan dentro del predio del ferrocarril en Antofagafasta, ubicado en una de las principales avenidas de esa ciudad. Se trata de un predio grande donde hay casas que estas destinadas a los extranjeros.
En total hay unos 30 salteños de los cuales 20 son güemenses. “Nuestra permanencia en Chile hasta hace un mes aproximadamente era muy tranquila y cómoda, pero desde que comenzó el conflicto las cosas cambiaron”, relataron los trabajadores.
Lo que se muestra en televisión es lo que pasa en Santiago de Chile que es la capital, pero en Antofagasta donde se mueve el 70% de la economía de todo el país, allí también las protestas son masivas.
“No queremos hablar de política ni expresar lo que pensamos de todo lo que está pasando, cada uno de nosotros tiene una percepción de la situación porque vivimos ahí, pero no queremos comprometernos; lo único que podemos decir es cómo nos afecta a nosotros que somos simples trabajadores de una de las principales empresa a nivel mundial”, anticipó G. U. que casualmente está en visita en su ciudad natal.
Sobre los temores que surgen estando en medio de una masiva protesta social, dijo: “Por toda esta situación nos sentimos inseguros, hay una gran incertidumbre entre nosotros, nadie sabe lo que va a pasar. Vemos muy de cerca las corridas en las calles, escuchamos los tiros, vemos cómo queman muchas cosas y muy cerca nuestro; no creemos que tengan algo contra nosotros”.


“Los manifestantes realizan incendios como protesta en la medida que se mueven y en una oportunidad prendieron fuego parte de nuestras instalaciones, pero como un lugar más y no porque estemos nosotros”, señaló.
Antofagasta es una ciudad donde hay muchas personas de otros países, pero no los involucran en el conflicto. “Ellos saben que hay muchas personas de otros países, pero están enfocados en su propia lucha y por ahora saben separar las cosas; sin embargo sentimos que estamos en riesgo porque donde de genera una protesta masiva siempre surgen riesgos”, agregó.
Con respecto al trabajo que desarrollan y la reacción de la empresa comentó: “La empresa nos brinda mucha seguridad, nos cuida bastante, está pendiente de nosotros, nos pide que no salgamos a las calle. Es decir que en estos 30 días estuvimos un poco prisioneros de la situación por temor a que nos pase algo; además todo está cerrado no hay nada abierto como para justificar una salida”. 
“Los últimos 14 días fueron los peores, vimos mucha violencia, pero como en todo lugar están quienes participan solo por hacer daño, para robar, pero también los trabajadores que quieren un cambio. No salimos a las vías si la situación está muy tensa, en ese sentido nos cuidan muy bien”, cerró.

En contacto permanente

Por suerte, la comunicación entre los trabajadores y sus familiares güemenses es muy fluida y están muy al tanto de lo que pasa.
“Ellos están mucho más preocupados que nosotros, siguen los acontecimientos por medio del canal de Chile, es un gran alivio cuando regresamos por los descansos, trabajamos 15 días con 15 de descanso, pero debemos regresar y la angustia se renueva”, dicen los maquinistas. 
Se sabe que hay tantas carencias que algunos medicamentos básicos al alcance de todos en Argentina, para un chileno tiene un costo inalcanzable.
 

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