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23 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Visitó Salta la coleccionista de Barbie más grande del país

Mariana Norese, de Buenos Aires, dio una charla en el Centro Cultural América, en el marco de la Expo Barbie 60 años. 
Lunes, 15 de abril de 2019 16:04

La coleccionista de Barbie con más cantidad de piezas collector en Argentina, Mariana Norese, dio una charla el sábado pasado en Salta, en el marco de la Expo Barbie 60 años, que se está realizando hasta el 28 de este mes en el Centro Cultural América (Mitre 23). Para rastrear el génesis de esta actividad siempre es un excelente punto de partida retrotraerse a la infancia del cultor de algún objeto coleccionable. “Cuando era chica las barbies eran inalcanzables. En Buenos Aires, si bien las cosas estaban y están al alcance de la mano, los precios que tenían hacían que mi mamá -que estaba sola con mi hermano y conmigo- no me las pudiera comprar. Jugábamos con imitaciones, también articuladas”, relató. Además, recuerda el momento de estar “con la ñata contra el vidrio” frente al objeto de deseo. “Mi mamá se iba a comprar ropa en una galería y enfrente había una juguetería. Allí había una casita con mueblecitos de madera a escala para esta muñeca y con mi hermano nos sentábamos a mirar todos los juguetes. Soñaba con que algún día iba a poder tener esa casa y los juguetes que quisiera para jugar”, comentó, con un rastro de ternura en la voz.

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La coleccionista de Barbie con más cantidad de piezas collector en Argentina, Mariana Norese, dio una charla el sábado pasado en Salta, en el marco de la Expo Barbie 60 años, que se está realizando hasta el 28 de este mes en el Centro Cultural América (Mitre 23). Para rastrear el génesis de esta actividad siempre es un excelente punto de partida retrotraerse a la infancia del cultor de algún objeto coleccionable. “Cuando era chica las barbies eran inalcanzables. En Buenos Aires, si bien las cosas estaban y están al alcance de la mano, los precios que tenían hacían que mi mamá -que estaba sola con mi hermano y conmigo- no me las pudiera comprar. Jugábamos con imitaciones, también articuladas”, relató. Además, recuerda el momento de estar “con la ñata contra el vidrio” frente al objeto de deseo. “Mi mamá se iba a comprar ropa en una galería y enfrente había una juguetería. Allí había una casita con mueblecitos de madera a escala para esta muñeca y con mi hermano nos sentábamos a mirar todos los juguetes. Soñaba con que algún día iba a poder tener esa casa y los juguetes que quisiera para jugar”, comentó, con un rastro de ternura en la voz.

Décadas más tarde, con la familia ya conformada, ella recordó su antiguo anhelo e indagó por internet qué muñecas se podían comprar. Así se le abrió la dimensión de las líneas de colección, desarrolladas para un público adulto desde fines de la década de los 80. “Internet hoy en día es la puerta de entrada al mundo. Conocía las muñecas playline, es decir, las que vienen en la caja rosa y con las que juegan las nenas. Pero me propuse ir de a poquito comprando las collector”, señaló. Este propósito se fijó hace veinte años y hoy en día tiene más de 1.000 ejemplares.

Las barbies de colección están confeccionadas con estándares de diseño y fabricación más altos que los aplicados en las líneas playline. Los prototipos son desarrollados por diseñadores de moda, artistas y dibujantes. Entre diversos perfiles, se cuentan muñecos de series de TV, filmes exitosos, homenajes a personalidades del mundo, recreaciones de ficciones y tributos a estrellas del cine y el deporte.

Las suyas están dispuestas dentro de una oficina de grandes dimensiones, en vitrinas que van del suelo al techo. Aún tiene muñecas en caja. Muchas porque no dispondrían de un lugar asignado y otras porque se desvalorizarían en demasía al abandonar sus recintos o cuyos envoltorios dan un marco de sentido irrecuperable si se destruyera el entorno con el que la Barbie vino de fabricación. “Algunos coleccionistas decimos que si tenemos todo en caja no lo podemos disfrutar. Es bueno abrirlo, sacarlo, ponerlo en su estand. Por más que no puedas jugar a la casita, ver su certificado de autenticidad, ponerlas en pose, tomarles fotos y completar una serie da placer. Siempre en una serie hay alguna pieza que vale más que otra por varias razones. Hablamos de piezas costosas y de otras muy costosas. Por más que esté cuidada no es lo mismo vender una muñeca fuera de caja que otra que está con sus precintos de seguridad, nunca usada. Pensando desde un lado económico está bien conservarlas en su caja, pero también está bien disfrutarlas de alguna manera”, explicó.

Si bien la amistad que se desarrolla entre coleccionistas tiene ribetes inusitados de desprendimiento, comparables a los de la infancia, también existe una faz para nada romántica de estas relaciones. “En Buenos Aires somos muchos los coleccionistas tanto de Barbie como de otras muñecas y hay mucha competencia. A la vez, con algunos podés entablar una amistad verdadera. Veo que acá son todos amigos (por el grupo Coleccionistas de Barbie de Salta) y no compiten entre sí. Allá es complicado: ‘Yo tengo esta muñeca más que vos’, ‘Yo conseguí esta muñeca y vos no la tenés’ y eso es bastante feo. Igual tengo mi grupo de amigos con los cuales nos reunimos y compartimos”, dijo.

Además, fueron presentadas tres coleccionistas niñas, que son salteñas. Ía Gudiño (12), Dulce Lua Herrouet (11) y María Belén León (11), quienes mostraron parte de sus colecciones y los productos que crean para sus muñecas. Relataron que trabajan reciclando materiales en desuso para fabricar muebles, utensilios, comida, ropa, maquillaje y accesorios a pequeña escala. Para elaborarlos miran tutoriales en internet de los que sacan pautas que van adaptando a sus necesidades. El 27 y 28 se realizará Barbie y su cita con el cine, el fin de semana más esperado porque actuarán las cosplayers Micaela Salgado y Cecilia Escribas. Entradas en venta ($150), en Mitre 23.

 

 

 

 

 

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