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"Siempre habrá sacerdotes homosexuales, el celibato debería ser opcional"

Entrevista con Anselm Grün, sacerdote y monje benedictino alemán.
Sabado, 27 de abril de 2019 01:21

Luego de casi nueve años, el sacerdote y monje benedictino alemán Anselm Grn llegó nuevamente a Salta. El doctor en teología es reconocido por sus cerca de 300 escritos sobre espiritualidad, de los que se vendieron más de 10 millones de copias traducidas a diferentes idiomas. Cada visita suya suele ser polémica, al punto que en algunas ciudades se organizaron marchas oponiéndose a sus charlas. A pesar de eso, no deja de ser convocante. Llegó a la Argentina para presentar "Víctimas y victimarios, romper las cadenas en la Iglesia, la sociedad y la familia", en el que aborda el tema que aqueja a la Iglesia desde un punto crítico: los abusos eclesiásticos. Advierte que la institución no formó a sus sacerdotes en enseñanzas teológicas del poder clerical ni de la sexualidad. Desde los diez años ya sabía que quería ser cura, y hace casi 30 está al frente de la Abadía de Mnsterschwarzach (Alemania). Allí, en una casa de recogimiento asiste a "personas en crisis", entre ellas a varios sacerdotes. Advierte que "siempre habrá sacerdotes homosexuales", que serlo no es un pecado y que el celibato debería ser opcional. Yendo más allá, asegura que las mujeres podrían ser sacerdotes de una iglesia que las ha relegado.

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Luego de casi nueve años, el sacerdote y monje benedictino alemán Anselm Grn llegó nuevamente a Salta. El doctor en teología es reconocido por sus cerca de 300 escritos sobre espiritualidad, de los que se vendieron más de 10 millones de copias traducidas a diferentes idiomas. Cada visita suya suele ser polémica, al punto que en algunas ciudades se organizaron marchas oponiéndose a sus charlas. A pesar de eso, no deja de ser convocante. Llegó a la Argentina para presentar "Víctimas y victimarios, romper las cadenas en la Iglesia, la sociedad y la familia", en el que aborda el tema que aqueja a la Iglesia desde un punto crítico: los abusos eclesiásticos. Advierte que la institución no formó a sus sacerdotes en enseñanzas teológicas del poder clerical ni de la sexualidad. Desde los diez años ya sabía que quería ser cura, y hace casi 30 está al frente de la Abadía de Mnsterschwarzach (Alemania). Allí, en una casa de recogimiento asiste a "personas en crisis", entre ellas a varios sacerdotes. Advierte que "siempre habrá sacerdotes homosexuales", que serlo no es un pecado y que el celibato debería ser opcional. Yendo más allá, asegura que las mujeres podrían ser sacerdotes de una iglesia que las ha relegado.

Su libro habla de los victimarios, que deben rendir cuenta, que deben sentir dolor y de la empoderación de las víctimas. ¿Puede cumplirse esto en las condiciones actuales?

Las víctimas deben ser valoradas por la Iglesia. La Iglesia debe ocuparse de los primeros puntos, de que los victimarios, sacerdotes, no triunfen sobre las víctimas, de que la Iglesia lamente, llore y reconozca el dolor de las víctimas. La Iglesia debe tener humildad, si no se vuelve dura y estéril como dicen los psicólogos. Es un proceso muy largo este duelo, no son meras disculpas. El tercer punto creo que es el aspecto personal de lo que es el acompañamiento pastoral con la víctima. En la terapia, la víctima puede volver a tomar su vida en sus propias manos.

¿Cree que la Iglesia dimensiona lo que sucede, que siente ese dolor al que se refiere?

En Alemania de alguna manera se la obliga, no puede dar excusas. La prensa escribe sobre el tema, las víctimas se organizaron y exigen que se las escuche. Tenemos que pensar en cómo manejar el poder clerical. También en cómo manejar adecuadamente la sexualidad. El celibato se cuestiona, aunque seguramente no es la única causa. Hay investigaciones que hizo el Estado alemán en las diócesis alemanas. El 4% de los sacerdotes célibes cometió abuso sexual, pero solo el 1% de los diáconos casados. El celibato es un tema sobre el que hay que cuestionar. A nuestra abadía van sacerdotes y mujeres que han entrado en crisis. El celibato es posible, pero debería ser optativo. Para nosotros, los monjes, el celibato es una decisión, pero para los sacerdotes del mundo no es necesario. Antes el celibato era aceptado y el sacerdote vivía en comunidad. Ahora vive en soledad y las sociedad cuestiona eso. Para muchos el celibato es una sobreexigencia.

Varios medios reflejaron la postura de obispos de diferentes países en las que se podía ver que aún ponían el foco en la víctima y no reconocían abiertamente como algo negativo el abuso sexual.

No conozco a esos obispos, pero en algunos países como en Polonia, la Iglesia tiene una acción muy poderosa. Hay muchos obispos que están en una situación difícil, pero darles la culpa a las víctimas es absolutamente inadecuado. Quien tiene la culpa es el adulto, nunca la víctima. Si le echa la culpa al niño se lo vuelve a abusar. Es una señal de inmadurez , típica represión para la Iglesia de los últimos 30 años. Al menos en Alemania la Iglesia despertó, no puede taparlo con excusas piadosas, no va más.

Cuando hay que explicarle a alguien que el abuso está mal, es difícil ver un cambio a corto plazo...

En un clima así evidentemente no. La Iglesia protegía a los victimarios y no a las víctimas. La Iglesia debe estar siempre al lado de las víctimas, no de los victimarios. La herida es muy profunda en varias formas: primero el abuso sexual en sí, el abuso de poder, el abuso de la confianza. El monaguillo confió en el sacerdote. Muchos monaguillos alumnos en internados católicos habían disfrutado de esa atmósfera sagrada que se abusó. Eso es una herida muy profunda, porque en quién más vamos a confiar si todo eso que es sagrado ha sido violado.

¿Cuánto tiempo llevará reponerse a la Iglesia? ¿Qué medidas concretas se necesitan?

Lo que la Iglesia tiene que hacer es no mentir, escuchar a las víctimas. Ese proceso tardará varios años. El peligro de que uno siempre reprima, tape o cubra está siempre. Obviamente, es importante que los periodistas lo descubran y lo revelen y no sean parte de esa metodología de ceder al poderoso. Para la Iglesia son 10 años seguro.

¿Cómo la Iglesia llegó a esta crisis?

El sacerdote tiene una posición muy autárquica, y no tienen la formación en materia de sexualidad. La teología romana evaluaba de alguna manera negativamente a la sexualidad. Todo lo evaluado negativamente queda pegado en mí, y lo exteriorizo, no positivamente. El sacerdote debe tener un manejo maduro de su sexualidad. Sin reconocerse a sí mismo lo que está haciendo, es exteriorizar sus propias necesidades con otros. Hay un principio de la psicología que dice que solo lo que acepto, lo que reconozco, lo puedo transformar. Es difícil decir cómo llegamos hasta acá. El mayor riesgo fue el mal uso de poder. No había una teología de poder ni de sexualidad en la Iglesia, y con ambos temas ahora la Iglesia tiene problemas.

¿La Iglesia debería denunciar los abusos?

Obviamente que sí, debe hacerlo públicos. Quien tiene privilegios los retiene, aunque con esta crisis la Iglesia comience a despedirse de privilegios.

¿Qué piensa de la homosexualidad?

La homosexualidad no es un pecado. Tal vez para la teología moral romana, pero no para la alemana. Hace 28 años acompaño a sacerdotes en la casa de recogimiento. Siempre hay sacerdotes homosexuales. En general el homosexual es gente muy espiritual, tienen mucho sentido de la estética. Por eso me enoja cuando alguien dice para afuera de una manera y en la realidad, en el interior, es totalmente diferente.

¿Es posible recuperar a un abusador sexual?

Hay que diferenciar, la pedofilia es una enfermedad que no se puede sanar. Ahí solamente hay que proteger a las personas expuestas. De vez en cuando hay casos donde se hace un trato exagerado de demasiada cercanía física inadecuada. Lo que necesita el sacerdote es ver su propia verdad. Debe ver cuál es el dolor que ha generado e intentar resarcirlo, siendo consciente de sus propias limitaciones, ya no va a ser arrogante, va a ser humilde y ya no va a moralizar. Entonces en ese momento podría estar recuperado.

¿Qué piensa sobre el movimiento mundial feminista?

Hay sacerdotes que no aceptan a las mujeres como tales. La Iglesia está perdiendo a muchas mujeres. Hay profesoras de teología y muchas dan la misa de responso en el lugar del diácono, y son mucho más cálidas en esos momentos. Son avances. También hay comunidades dirigidas por una mujer, pero no pueden dar los sacramentos. No hay motivo teológico para que la mujer no sea sacerdote. La sociedad se va desarrollando y la Iglesia debe adaptarse.

¿Qué piensa sobre el pedido de aborto legal?

No juzgo a las mujeres que hicieron abortos. Todos los psicólogos que no son cristianos saben que un aborto siempre es un problema para la mujer. De alguna manera siempre hay sentimientos de culpabilidad, y si eso solo se expresa como un derecho... En la Iglesia también hubo sacerdotes que se opusieron agresivamente en contra del aborto. Se pusieron por encima de las mujeres, sin realmente acercarse a ellas. Los sacerdotes, sobre todo si son célibes, deberían quedarse afuera del tema.

 

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