Tras la nota publicada por este matutino sobre el estado de abandono total en el que se encuentra el Fuerte Nuestra Señora de Santa Ana de Cobos, muchas personas sumaron datos sobre su historia, pero una muy importante la hizo llegar el antropólogo Gustavo Flores, quien estuvo acompañando a un grupo de arqueólogos y estudiantes de esa carrera, en la búsqueda de elementos que pudieran dar pistas sobre cómo se veía el fuerte en sus comienzos.
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Tras la nota publicada por este matutino sobre el estado de abandono total en el que se encuentra el Fuerte Nuestra Señora de Santa Ana de Cobos, muchas personas sumaron datos sobre su historia, pero una muy importante la hizo llegar el antropólogo Gustavo Flores, quien estuvo acompañando a un grupo de arqueólogos y estudiantes de esa carrera, en la búsqueda de elementos que pudieran dar pistas sobre cómo se veía el fuerte en sus comienzos.
El dato trata de una ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante de Campo Santo en agosto del 2017, de su autoría, por medio de la cual se declara bien público a un terreno ubicado entre Finca El Recreo y el Fuerte, para que el IPV pueda disponer de el y concretar la construcción de una vivienda.
Esta casa estaría destinada a un casero junto a una batería de baños para los visitantes, además de algunas reformas en el predio, como un nuevo emplazamiento para los bustos de Gemes y Pueyrredón, los mástiles y las placas.
"Los fondos para la vivienda serían provistos por Nación por tratarse de un monumento nacional; estos fondos ya habrían llegado a la Provincia, pero entreverados con otros fondos, por lo que no sabemos su destino. Deberían realizarse las averiguaciones correspondientes e insistir con el proyecto. Es una pena lo que esta pasando con ese lugar", manifestó Flores como autor del proyecto.
Un poco de historia
El Fuerte fue creado como un lugar de observación en 1690 y luego en 1733 fue fortificado. Cuando dejó de ser necesario su servicio fue comprado por familias particulares y utilizado como una vivienda. De acuerdo a datos aportados por Flores, quien continúa la búsqueda de documentos para armar el rompecabezas de la historia del Fuerte, el lugar funcionó como Posta de Relevos y Correo, según un libro contable de 1823, donde se detallaban los movimientos y nombre del maestro de posta, quien escribió el detalle de ingresos y egresos. "El Fuerte tuvo intensa actividad social, por eso es primordial su recuperación y mantenimiento", dijo por último el antropólogo Gustavo Flores.