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García Castiella: “Está probado en un 80% que hubo homicidio y que fue Condorí”

Entrevista con el abogado  querellante de la familia de Cintia Fernández.
Lunes, 20 de mayo de 2019 02:37

Pedro García Castiella, abogado querellante de la familia de Cintia Fernández, habló con El Tribuno sobre la marcha del caso que tienen en vilo a la sociedad salteña por la forma en que fue asesinada la joven y por el manto de dudas y sospechas que rodean al caso. Hoy continuará la audiencia en el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial, donde el Tribunal de la Sala IV seguirá recibiendo las pruebas testimoniales del caso. Otra semana clave en pos del destino del único imputado, Federico Condorí, acusado del aberrante asesinato en abril de 2011.

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Pedro García Castiella, abogado querellante de la familia de Cintia Fernández, habló con El Tribuno sobre la marcha del caso que tienen en vilo a la sociedad salteña por la forma en que fue asesinada la joven y por el manto de dudas y sospechas que rodean al caso. Hoy continuará la audiencia en el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial, donde el Tribunal de la Sala IV seguirá recibiendo las pruebas testimoniales del caso. Otra semana clave en pos del destino del único imputado, Federico Condorí, acusado del aberrante asesinato en abril de 2011.

Según peritos de la investigación Cintia Fernández, quien hace ocho años preparaba la tesis para terminar con la carrera de Licenciatura en Genética, la salteña fue ultimada entre los días 26 y 29 de abril de 2011. Días después, el 3 de mayo, el cadáver de la joven fue hallado por su madre, Ana Fernández, en el departamento de Parque La Vega, ubicado en la zona sur de Salta capital.

La semana pasada hubo momentos clave del juicio en contra del excabo de la Policía salteña, uno fue la detención de la oficial Gimena Núñez por falso testimonio. Otro que incurrió en contradicciones y fue acusado por el fiscal de la causa, Ramiro Ramos Ossorio, por mal desempeño como funcionario público, fue el comisario Martín Alberto Flores Saravia. Y por último, la jornada inicial donde habló Condorí, quien para muchos develó que entre 2008 y 2010 había trabajado en el área de Homicidios de la Brigada de Investigaciones, es decir que varios de los que investigaron el hecho fueron sus compañeros o sus jefes.

¿Qué puede decir sobre estas situaciones?
Este es un juicio bastante complejo, es muy delicado porque la primera impresión que podemos tomar obviamente es que acá hubo una investigación pésimamente realizada, muy mal hecha, y precisamente el juicio oral tiene como virtud que se vea todo, que haya una cercanía entre la prueba, el fiscal y las partes. Entonces vemos que el 70%, de lo que se había escrito en la instrucción, que son 20 y pico de cuerpos, no se condice del todo con la realidad, en muchos casos tiene otro sentido y otras interpretaciones. Es un juicio donde prácticamente se está empezando a develar la verdad desde cero. Es por eso que veo que todo lo que se hizo en la instrucción no tiene más de un 10 o un 20% de interés o de validez, hay cosas extrañas que poco a poco están empezando a develarse y a aparecer. Las contradicciones en la que incurrieron el personal policial, no solo Gimena Núñez, sino el resto son verdaderamente llamativas y generan interrogantes importantes porque ninguno quiere decir a qué fue al lugar.

¿Por qué cree que se generan esos interrogantes?
Y es claro, al lugar fue toda la cúpula policial, hasta el jefe de Trata de Personas, que no tenía nada que hacer ahí, porque en principio la noticia era que había aparecido una persona aparentemente suicidada, con una bolsa atada a la cabeza. Estuvo toda la plana mayor de la Policía, una cuestión que llama poderosamente la atención y que da un primer interrogante.

¿Por qué? ¿Usted dice que hubo protección policial?
Cuando nosotros decimos que hubo una protección policial, es clara, porque eso surge de la misma prueba. Desde un primer momento de la investigación ya se hablaba de un hecho criminal. Precisamente el viernes Bernardino Flores, segundo jefe de la Brigada, dijo que cuando llegó al lugar él advirtió que su impresión fue la de un hecho criminal, que era un homicidio y después aclaró que le parecía un drama pasional.

Con respecto a la autopsia realizada a la víctima ¿Qué se obtuvo de la misma?
La autopsia reveló que Cintia tenía un traumatismo muy fuerte en el lateral izquierdo que le había generado un compromiso interno en el oído, o sea un golpe fuerte. También vieron que los almohadones estaban manchados con los líquidos que fluyen del cadáver después de mucho tiempo, estaban alejados del cuerpo, contra la pared, lo que evidencia que hubo una manipulación de la escena del crimen días después. Es evidente que alguien corrió eso. Considero que el hecho ya está probado y acreditado en un 80% que hubo un homicidio y que fue Condorí.

¿Está acreditado que la investigación fue desviada?
Desde el segundo día se sabía que era un homicidio, un hecho criminal y han desviado durante un año o dos años la investigación llevándola a investigarla a Ana Fernández, la vida íntima de Cintia, hablando de suicidio, de juegos sexuales, depresión y así innumerables cosas, tratando de buscar darle sustento a lo que la Policía quería llevarle al juez que era corroborar la cuestión del suicidio.

 

¿De la Policía salieron hipótesis falsas?
Por supuesto que sí. Porque quien elaboraba los informes, en un primer momento era Gimena Núñez, en aquella época el procedimiento de instrucción, que ya no se utiliza, el juez de instrucción se manejaba solamente en base a la información que le llevaba la Policía, la Brigada de Investigaciones. Primero fue Núñez y después fue desplazada por Flores Saravia. Pero nos damos la sorpresa también que todo este personal había sido compañero de Condorí hasta el año anterior al crimen. Y muchas cosas que dijo Condorí en su declaración fueron desvirtuadas o desmentidas por los testimonios. El dijo que fue chofer de Trobbiani, jefe de la división Trata de Personas y Trobbiani dijo que nunca fue chofer de él. Hay decenas de inconsistencias. Y cuando yo hablo de protección policial no hablo de ese momento, sino en cómo se ha mal direccionado la investigación para alejarla del homicidio y alejarla también de Condorí.

¿Por qué cree que lo encubren?
En principio pienso que es por una cuestión de corporatividad, él era su compañero, esa es la primera impresión. Es notorio el encubrimiento, en particular desde la Brigada de Investigaciones, porque era a quienes les habían encomendado la investigación y quienes eran los encargados de llevar la información al juez. Por ejemplo ellos sabían desde esa noche que había una persona que lo había visto a Condorí y a su moto el día 26, o sea uno o dos día antes de que habría ocurrido el hecho. Y en el informe que se eleva al juez dice simplemente que un vecino vio una moto, no es lo mismo una cosa que la otra. Detalles como esos van generando, si uno lee las primeras 100 hojas del expediente, lo que le llega al juez es una cosa completamente confusa, ambigua que lo lleva a investigar distintas líneas, cuando era evidente que debía centrarse desde un primer momento en investigar un hecho criminal.

Como querellante de la familia de la víctima, ¿teme que Condorí sea absuelto?
Desde luego que en un juicio oral estamos abiertos a todas las posibilidades, pero ese temor se fue achicando a lo muy poco que fue avanzando el juicio, es por eso que hoy estamos con mucha tranquilidad y prácticamente no tenemos temor de que pueda haber una absolución porque está quedando muy claro todo lo que ha pasado esa noche. Hay muchos elementos objetivos que nosotros como querella, y lo mismo va hacer la fiscalía, lo vamos a engarzar y concatenar en los alegatos. Sería imprudente hacer una valoración general ya de lo que tenemos hasta ahora, por una cuestión estratégica.

Se dijo que no se encontró ADN de Condorí.
Según las pruebas científicas y genéticas no se encontró ADN de Condorí. Sí, la víctima no tenía lesiones que le hayan producido emanaciones de sangre, no tenía cortes, ella no sangró en el momento de la muerte; entonces todo lo que se ve en la escena son fluidos cadavéricos, los cuales empiezan a emanar después de dos o tres días de fallecida la persona. Si tenemos elementos con ese líquido alejados de la persona, es evidente que después de fallecida alguien entró y modificó la escena. Partiendo de la premisa de la manipulación de la escena, todo lo que pueda haber de elementos genéticos es relativo, porque se pueden haber borrado o plantado.

¿Se puede probar un crimen sin pruebas genéticas?
Claro que sí. Antes cuando no estaba de moda el ADN, se llegaba a condenas sin considerar el ADN o la prueba genética. Otra cuestión llamativa es la cuestión de las zapatillas de Puca, le secuestran las zapatillas en la Brigada y nadie dice cuando se las quitan si tenía manchas sanguinolentas. Después aparece que tendría manchas de sangre, entonces cuando van a hacerle el análisis genético se dan con que eso no era sangre, sino líquidos cadavéricos, obvio que fue plantado. Es más si Condorí dice que estuvo viviendo en el departamento prácticamente un mes, parece raro que no haya nada de él, es imposible.

Esta semana viene otra ronda de testigos, ¿qué expectativa tiene?
Ahora vienen los testigos más importantes porque son los que han trabajado sobre informes médicos, biológicos, criminalísticos, planimetría y los peritos de criminalísticas, quienes nunca terminaron de ponerse de acuerdo en determinados aspectos. Van a empezar a declarar todo lo que es la parte científica y es muy importante la parte médica de la persona que hizo la autopsia, la doctora Nieto, quien encontró el trauma fuerte en el oído izquierdo y también la coloración interna del pabellón auricular que acredita la lesión muy fuerte y violenta.
 

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