Con el objetivo de incorporar a los maestros que dictaban "Religión" en las escuelas públicas salteñas, el Gobierno provincial decidió que estos educadores se hagan cargo de una materia denominada "Educación emocional", sobre la cual no hubo muchas precisiones. Por ello, desde el Colegio Profesional de Psicólogos de Salta (CPPS) le solicitaron al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, información en relación a la incorporación de la mencionada materia en el sistema educativo provincial a los fines de conocer los alcances e incumbencias que su implementación conllevaría.
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Con el objetivo de incorporar a los maestros que dictaban "Religión" en las escuelas públicas salteñas, el Gobierno provincial decidió que estos educadores se hagan cargo de una materia denominada "Educación emocional", sobre la cual no hubo muchas precisiones. Por ello, desde el Colegio Profesional de Psicólogos de Salta (CPPS) le solicitaron al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, información en relación a la incorporación de la mencionada materia en el sistema educativo provincial a los fines de conocer los alcances e incumbencias que su implementación conllevaría.
Días atrás, al ser consultada por FM Aries sobre el espacio curricular, la ministra de Educación Analía Berruezo, sostuvo que hay un “simplismo” en la organización de "Educación Emocional", ya que “no está relacionada específicamente con una disciplina puntual”. Y agregó que se debe trabajar entre todos, porque “es el manejo de las emociones, tiene que ver con el conocimiento propio y se trabaja en forma trasversal”.
- En diciembre 2017, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que la materia Religión dejara de dictarse como parte de la currícula obligatoria y se diera fuera del horario escolar. Entonces, el Ministerio de Educación abrió la posibilidad de que se anotaran los alumnos que quisieran seguir teniendo clases de "Religión", pero en contraturno.
- Con el cambio, se redujo drásticamente la cantidad de niños que asisten a clases de religión. De los más de 400 catequistas que tenía contratados el Gobierno, muchos se quedaron sin aulas e iniciaron reclamos por estabilidad al Ministerio de Educación.
Precisó que esto no es nuevo para la docencia y que se trabajará con un grupo de docentes que ya forma parte de la escuela.
Sobre este punto, la psicopedagoga Roxana Celeste Dip salió al cruce de la ministra y aseguró que el proyecto debería estar a cargo de psicólogos y psicopedagogos, y no de las personas que enseñaban catequesis. Fundamento su postura en que no sabrían “cómo trabajar el miedo que después se puede transformar en fobia”.
Dip consideró que “hay otras áreas en las que pueden cumplir tareas, como las administrativas, pero no en una tan delicada como esta”.