Victoria Velasco, con tan solo 10 años, sigue abriendo puertas y acaricia el sueño de ser cantante. Y de hecho lo es y dejó boquiabierto al público, a los artistas y a la mismísima Susana Giménez, haciendo gala de talento, pero también de simpatía y desinhibición.
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Victoria Velasco, con tan solo 10 años, sigue abriendo puertas y acaricia el sueño de ser cantante. Y de hecho lo es y dejó boquiabierto al público, a los artistas y a la mismísima Susana Giménez, haciendo gala de talento, pero también de simpatía y desinhibición.
Este año la diva de los teléfonos regresó a la pantalla con una propuesta dirigida a los más pequeños. Una oportunidad para que puedan dar rienda suelta a su creatividad. Un posibilidad que Victoria supo aprovechar. En este camino avanza paso a paso. Primero se presentó a la prueba que se tomó en Salta y tras obtener el visto bueno de los organizadores de Telefé, participó con éxito en Buenos Aires de la primera ronda del certamen, que tiene alcance nacional. En septiembre protagonizará la semifinal.
Pero en la última gala su presencia no pasó desapercibida y hasta cantó a dúo con “El Bahiano”, con “La Sole”. Carolina Parada, su mamá, no cabe en sí misma. “Fue muy emocionante, estoy profundamente orgullosa”, contó su mamá.
Una artista de cuna
Victoria es alumna de quinto grado de la escuela Dody Aráoz Costas de Jovanovics (Campo Quijano) y sueña con ser cantante profesional. Le gusta particularmente el estilo melódico, pero con su cancionero recorre todos los géneros: folclore, cumbia, etc. La pequeña es hija de dos referentes de la movida tropical en Salta, como lo son Carolina Parada y Víctor Velasco, del Grupo Kanela.
Consultada sobre si le inculcaron la música desde muy pequeña, Carolina señaló: “Nunca quisimos influir en el tema de la música. Ella sola se inclinó hacia el canto. Desde muy chiquita acompañaba a su papá a los estudios de grabación y una vez, a modo de juego la hicieron grabar un tema para que se entretenga. Tenía 3 años y los sorprendió a todos. Se sabía la letra entera, era entonada y respetaba el tempo. Era un tema de Mi Karma González”.
Victoria, más allá de su afinidad por el canto y la música, juega al hockey, va a catecismo y ayuda a sus padres todos los fines de semana en un puesto de empanadas en la feria de Campo Quijano. “Le encanta acompañarnos y ser partícipe de todas las actividades. Ella es la que arma las empanadas de queso y de pollo. Es una nena muy buena, entusiasta y muy compañera, que ahora va a cumplir un sueño que parecía imposible”, detalló Carolina.