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La industria tecnológica con el foco puesto en las habilidades blandas

Por Mara Schmitman, especialista en Gestión Estratégica de los Recursos Humanos (Universidad de San Andrés). Master en Dirección Estratégica de Tecnología (Instituto Técnico de Buenos Aires). CEO de Schmitman HR (organización de servicios de recursos humanos para empresas de tecnología). 
Domingo, 01 de septiembre de 2019 21:17

Mientras la mayoría de los profesionales hoy buscan incorporar el aprendizaje de herramientas tecnológicas, el mercado laboral tiene la preocupación puesta en todas las habilidades que una máquina nunca podrá reemplazar: las habilidades blandas. Hoy no caben dudas de que una persona que puede desarrollar tecnología o analizar Datos puede moverse en el mercado laboral a nivel internacional y negociar su salario con mucha más soltura que cualquier otro profesional, pero la acumulación de conocimiento técnico no alcanza.

Hace pocos días la Cámara Argentina de la Industria de Software (CESSI) reunió a referentes de la industria tecnológica en un evento convocado a pensar el trabajo del futuro del que tuve el honor de formar parte. Una de las grandes sorpresas del encuentro fue encontrar que Alan Schulte, Head of South LATAM de Linkedin -la red social por excelencia del mundo profesional-, dedicó buena parte de su intervención a explicar por qué las habilidades blandas son las principales necesidades del futuro del trabajo. 

¿Qué son las habilidades blandas? Son todas aquellas características conductuales y habilidades emocionales de una persona que potencian su talento. Algunas de las más importantes tienen que ver con la tolerancia a la frustración, la gestión de tiempo, y la capacidad de resolución rápida que hacen que un profesional sea expeditivo en sus tareas. La idea que sostuvo Schulte, tenía que ver con la necesidad de perder de foco cuán necesarias se vuelven estas características para la actividad laboral de cualquier industria y en cualquier nivel de jerarquía: todos necesitan hoy -y lo harán también en el futuro- poder interactuar con sus pares y superiores, tener una dosis de creatividad para resolver problemas nuevos, y no dejarse abstraer por el cotidiano de su tarea en el trabajo. 

De aquí a diez años hay roles que se perfilan muy claramente como los más demandados. Quienes se dediquen a formarse en herramientas de Data Science (para captar, procesar y analizar Datos) y quienes manejen Internet of Things, son algunos de los que mejor posicionados se encontrarán en el mediano y largo plazo en el mercado de trabajo tecnológico. También aquellos perfiles que puedan entender una demanda social y traducirla en una solución a nivel software, especialmente pensando en planeamiento gubernamental, serán profesionales muy requeridos. Pero cualquiera de estos profesionales tendrá grandes dificultades para llevar adelante su trabajo si no se dedica a desarrollar habilidades que le permitan pensar problemas y soluciones de forma global. Poder ir de lo micro a lo macro y volver. Generar soluciones en equipos que integren o lideren ellos mismos. 

Desde Schmitman HR, podemos verificar la creciente tendencia entre nuestros clientes, que cada vez ponen cada vez más atención en este aspecto de los candidatos. Y lo hacen porque conocen el día a día de sus empresas, y saben que si el profesional desconoce determinada tecnología, una capacitación puede suplir esa "debilidad", pero las habilidades blandas demandan procesos, aprendizajes y experiencias, que no se adquieren de un momento a otro y no se aprenden en forma de contenido, sino que se ejercitan.

¿Qué ocurre cuando un colaborador no tiene estas habilidades? En posiciones que no son de gestión, la falta de este tipo de soft skills puede derivar en situaciones de tensión al interior de una empresa y suele ser más difíciles de detectar. Por ejemplo, pueden manifestarse como conflictos en el equipo, falta de tolerancia o ausencia de compromiso con el trabajo de forma efectiva. En cambio, en posiciones de liderazgo y gestión, la ausencia de habilidades blandas se nota rápidamente y puede derivar en un despido arbitrario ante la imposibilidad de resolver un conflicto con un colaborador, que a su vez tiene un impacto enorme en un equipo. Y lo que es más grave, en ocasiones puede dinamitar la motivación de un grupo de trabajo, por ejemplo, cuando los líderes se ponen demasiado duros y exigentes a la hora de pedir resultados en lugar de pensar estrategias que encaucen los objetivos de todos los miembros de un área de trabajo.

Si la industria tecnológica hoy está preocupada por el desarrollo de las habilidades blandas es porque una máquina puede automatizar muchísimas funciones, pero no puede armar ni liderar un equipo y mucho menos generar un entorno colaborativo. Sin habilidades blandas, no hay organización posible.


 

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Mientras la mayoría de los profesionales hoy buscan incorporar el aprendizaje de herramientas tecnológicas, el mercado laboral tiene la preocupación puesta en todas las habilidades que una máquina nunca podrá reemplazar: las habilidades blandas. Hoy no caben dudas de que una persona que puede desarrollar tecnología o analizar Datos puede moverse en el mercado laboral a nivel internacional y negociar su salario con mucha más soltura que cualquier otro profesional, pero la acumulación de conocimiento técnico no alcanza.

Hace pocos días la Cámara Argentina de la Industria de Software (CESSI) reunió a referentes de la industria tecnológica en un evento convocado a pensar el trabajo del futuro del que tuve el honor de formar parte. Una de las grandes sorpresas del encuentro fue encontrar que Alan Schulte, Head of South LATAM de Linkedin -la red social por excelencia del mundo profesional-, dedicó buena parte de su intervención a explicar por qué las habilidades blandas son las principales necesidades del futuro del trabajo. 

¿Qué son las habilidades blandas? Son todas aquellas características conductuales y habilidades emocionales de una persona que potencian su talento. Algunas de las más importantes tienen que ver con la tolerancia a la frustración, la gestión de tiempo, y la capacidad de resolución rápida que hacen que un profesional sea expeditivo en sus tareas. La idea que sostuvo Schulte, tenía que ver con la necesidad de perder de foco cuán necesarias se vuelven estas características para la actividad laboral de cualquier industria y en cualquier nivel de jerarquía: todos necesitan hoy -y lo harán también en el futuro- poder interactuar con sus pares y superiores, tener una dosis de creatividad para resolver problemas nuevos, y no dejarse abstraer por el cotidiano de su tarea en el trabajo. 

De aquí a diez años hay roles que se perfilan muy claramente como los más demandados. Quienes se dediquen a formarse en herramientas de Data Science (para captar, procesar y analizar Datos) y quienes manejen Internet of Things, son algunos de los que mejor posicionados se encontrarán en el mediano y largo plazo en el mercado de trabajo tecnológico. También aquellos perfiles que puedan entender una demanda social y traducirla en una solución a nivel software, especialmente pensando en planeamiento gubernamental, serán profesionales muy requeridos. Pero cualquiera de estos profesionales tendrá grandes dificultades para llevar adelante su trabajo si no se dedica a desarrollar habilidades que le permitan pensar problemas y soluciones de forma global. Poder ir de lo micro a lo macro y volver. Generar soluciones en equipos que integren o lideren ellos mismos. 

Desde Schmitman HR, podemos verificar la creciente tendencia entre nuestros clientes, que cada vez ponen cada vez más atención en este aspecto de los candidatos. Y lo hacen porque conocen el día a día de sus empresas, y saben que si el profesional desconoce determinada tecnología, una capacitación puede suplir esa "debilidad", pero las habilidades blandas demandan procesos, aprendizajes y experiencias, que no se adquieren de un momento a otro y no se aprenden en forma de contenido, sino que se ejercitan.

¿Qué ocurre cuando un colaborador no tiene estas habilidades? En posiciones que no son de gestión, la falta de este tipo de soft skills puede derivar en situaciones de tensión al interior de una empresa y suele ser más difíciles de detectar. Por ejemplo, pueden manifestarse como conflictos en el equipo, falta de tolerancia o ausencia de compromiso con el trabajo de forma efectiva. En cambio, en posiciones de liderazgo y gestión, la ausencia de habilidades blandas se nota rápidamente y puede derivar en un despido arbitrario ante la imposibilidad de resolver un conflicto con un colaborador, que a su vez tiene un impacto enorme en un equipo. Y lo que es más grave, en ocasiones puede dinamitar la motivación de un grupo de trabajo, por ejemplo, cuando los líderes se ponen demasiado duros y exigentes a la hora de pedir resultados en lugar de pensar estrategias que encaucen los objetivos de todos los miembros de un área de trabajo.

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