Las “PASO” de esta trilogía de superclásicos imperdibles que acapararán la atención de miles de futboleros argentinos hasta fines de octubre esta vez no resultaron determinantes de cara a las “generales” del próximo mes con las semifinales que disputarán ambos por la Copa Libertadores, como sí lo fueron para el país y su coyuntura las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias.
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Las “PASO” de esta trilogía de superclásicos imperdibles que acapararán la atención de miles de futboleros argentinos hasta fines de octubre esta vez no resultaron determinantes de cara a las “generales” del próximo mes con las semifinales que disputarán ambos por la Copa Libertadores, como sí lo fueron para el país y su coyuntura las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias.
Esta vez la paridad se impuso y ninguno “afanó” con un amplio margen de ventaja sobre el otro. Sin embargo, hay que darle la “derecha” en algo al DT Gustavo Alfaro, ya que este Superclásico anodino, cuyo juego no estuvo a la altura del marco imponente del Monumental y de las expectativas, el primer Superclásico después de la épica final de Madrid, y más allá del punto que a ambos les suma en la tabla de la Superliga, terminó siendo un examen para lo que se viene y una forma de medir las versiones actuales de uno y otro, pensando en los duelos que más le importan al hincha.
Si bien en ambos planteles resaltaron varias ausencias, el sondeo del primer clásico de cara a los dos más importantes dejó ver a un River con más ímpetu y con mayor volumen y tenencia de pelota, pero también con serias dificultades cuando el rival le achica los espacios, se abroquela muy atrás y lo molesta con su juego conservador, como el que planteó un xeneize que parecía estar decidido a agenciarse el punto que se llevó de un Monumental repleto.
Ya le pasó al club de Núñez contra equipos que llegaban “de punto” a enfrentar al campeón de América y que hicieron sudar más de la cuenta al “Napoleón”. Pero también estas “PASO” deberán dejar preocupado en igual medida a un Boca con escaso vuelo e ideas cuando pierde a uno o dos jugadores importantes en la faz ofensiva, pero al que también se lo vio desconcertado en el mediocampo en el momento de mayor rotación de su rival. Sin embargo, estas “PASO” no definieron nada y la “encuesta” quedó abierta.