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La Policía Infantil alimenta a más de cien niños

Los instructores tomaron la iniciativa de contener a pequeños desde los siete meses de vida. La asistencia se concreta a través del Plan Alimentario salteño
Viernes, 10 de enero de 2020 00:34

Los instructores del Cuerpo Infantil de la Policía, CIP, la sargento Olga Soraire y el cabo José Padilla, trabajan desde hace diez años conteniendo a niños y adolescentes mediante el trabajo comunitario y la escuela del cuerpo.

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Los instructores del Cuerpo Infantil de la Policía, CIP, la sargento Olga Soraire y el cabo José Padilla, trabajan desde hace diez años conteniendo a niños y adolescentes mediante el trabajo comunitario y la escuela del cuerpo.

Pero en el barrio Obras Sanitarias, en un comedor ubicado en la casa de la familia Moreno, desde hace casi cinco meses, a través del Plan Alimentario Salteño, los instructores preparan el desayuno y la merienda a más de cien niños, entre ellos, la mamadera para los bebés.

Sobre las necesidades en las zonas más vulnerables de la Ciudad Termal, dijeron que "en la segunda quincena de septiembre nos hicimos cargo de este plan, brindándoles el desayuno y la merienda a los niños de lunes a lunes".

"Hasta la primera quincena de diciembre este plan se aplicaba a los integrantes del Cuerpo Infantil. Se lo estábamos dando en nuestra sede que está ubicada en calle 25 de Mayo 247, pero durante el receso escolar los chicos se van de vacaciones o se van a las casas de los papás en la zona rural, y además en nuestra sede están haciendo refacciones, por lo cual decidimos trasladarnos a la casa de la familia Moreno", explicó la sargento Soraire.

"Elegimos ese lugar porque la mayoría de los chicos que asisten son de ese barrio y de las zonas adyacentes", señaló.

Los chicos llegan solos

En cuanto a la respuesta de los padres de los niños que asisten al comedor, el cabo Padilla, expresó que "este plan es una gran ayuda para los pequeños. Muchas veces, notamos con mi compañera, que los chicos llegan solos al lugar, los papás casi nunca van, a lo sumo son dos o tres que siempre tratamos que compartan y puedan ayudar a sus hijos, ya que muchas veces se manejan solos, porque funciona un comedor al que asisten a almorzar tres veces a la semana".

Sobre las edades de los niños que asisten, Soraire señaló: "Desde que empezamos a trabajar en el lugar, estamos recibiendo chiquitos entre seis, ocho y nueve meses, y de un año en adelante. Hay hermanitos que van con las mamaderas, tenemos por día entre once y doce mamaderas, llevan la porción de arroz con leche o anchi que se les brinda para los hermanitos, y también nos piden para sus abuelitos, o para la mamá que quedó en la casa, o para el papá que salió a hacer alguna changa", agregó.

"Falta de afecto"

Luego de diez años de experiencia en trabajo comunitario, Soraire consideró que "sacando la parte económica, que hoy en día nos afecta prácticamente a todos, la necesidad más grande que vemos es la falta de afecto, el cariño, la contención. Esas falencias emocionales, también las vemos mucho entre los ancianos".

"En nuestro trabajo tenemos mucho contacto no solo con los chicos, sino también con los adultos mayores, y se nota mucho la falta de cariño, comprensión y paciencia que tienen tanto los jóvenes como los niños con los ancianos", señaló la sargento.

A su turno, Padilla reconoció que "cuando recién empezamos notábamos que los chicos al principio tenían un cierto recelo, pero con el día a día se van soltando, ahora nos saludan con un "cómo te va profe', con un beso, con más cariño. Se van abriendo y luego que los chicos terminan su desayuno o su merienda se quedan con nosotros y nos abrazan, se nota mucho que hay un vacío emocional por la falta de contención en sus hogares".

"No descuidar a los chicos"

Luego, Soraire, ante la pregunta sobre qué recomienda a la comunidad en general para subsanar esta situación, expresó convencida: "Lo principal es no descuidar la familia, es muy importante el dialogo y el tiempo, y si es necesario, que dejen todo por la familia".

"Sobre todo por los niños. Hay que tener en cuenta que este 2019 que pasó, fue un año muy duro, porque nosotros arrancamos evaluando a los chicos después de los tres meses, y les pedimos las carpetas, y ahí notamos que la gran mayoría tienen sus tareas incompletas, nos damos con que los docentes les hacen notas para los padres de los chicos, citándolos para que asistan a la escuela, y no van", agregó Padilla.

"Ni siquiera les revisan las tareas a los hijos, hay una falta de atención muy grande", sostuvo Soraire.

No faltó el festejo del Día de Reyes

Para divertir a los chicos los instructores se disfrazaron y luego repartieron regalos.

Como no podía ser de otra manera, los instructores realizaron el tradicional festejo del Día de Reyes, para lo cual se disfrazaron y entregaron presentes a los niños que asisten al comedor.

“Fue algo muy emocionante, pero primero éramos los que servíamos la merienda, y después en el transcurso de la tarde, nos escabullimos para disfrazarnos. Más allá de que los más grandes nos reconocían, se prendían al festejo”, expresó Padilla.

“Desde el Cuerpo Infantil, colaboramos llevando los insumos para hacer las pizzas, sándwiches de miga, y la doctora Emilia Figueroa junto al senador Javier Mónico llevaron golosinas y regalos. Gracias a esa colaboración pudimos extender el festejo y hacer un gran trabajo en equipo que salió muy lindo”, señaló la sargento Soraire.

“Ver la sonrisa y la ilusión que tienen los niños, no tiene precio, es algo impagable, creo que para cualquier ser humano, hasta el último momento de su vida va a recordar la felicidad que tiene de pequeño de haber visto a los reyes magos”.

Finalmente el cabo, destacó la labor de la familia que recibe a los chicos en su casa.

“Algo para destacar es el trabajo que hace doña Ramona y su marido, los dueños de la casa que brinda un espacio para que sea un comedor. Siempre están atentos a las necesidades de todos”.

“Esperamos que todo este año podamos seguir trabando como siempre, y que nos siga teniendo en cuenta la superioridad para desarrollar este trabajo, que lo hacemos con tanto cariño y al cual le ponemos lo mejor de nosotros”, concluyeron los uniformados que atienden a los chicos.

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