El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, tiene dengue. La información la dio a conocer el ministro de Salud de ese país, Julio Mazzoleni. Por el momento, se le ordenó reposo por 48 horas y no será internado.
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El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, tiene dengue. La información la dio a conocer el ministro de Salud de ese país, Julio Mazzoleni. Por el momento, se le ordenó reposo por 48 horas y no será internado.
El mandatario había abandonado imprevistamente un acto público el martes tras sentir mareos y desequilibrio. “En ningún momento perdió el conocimiento, solo estuvo somnoliento. Por el momento los síntomas sugieren un cuadro infeccioso, ahora esperamos los resultados”, había explicado el ministro, agregando que el “leve malestar general” del mandatario incluyó 38,8 grados de fiebre.
“El dengue no discrimina ni región geográfica ni nivel socioeconómico. Afecta a todas las personas. El señor presidente se encuentra en muy buen estado. Tenemos el resultado del análisis de sangre, que confirma efectivamente que está con dengue”, manifestó en conferencia de prensa esta mañana Mazzoleni.
Y agregó: “El tipo de dengue que tiene es el serotipo 4, el dominante de esta epidemia. Está asintomático en este momento. Nosotros vamos a estar controlándolo en estas 24, 48 horas; y, en base a su evolución y cuan tan pronto sea factible, estará retomando sus actividades normales”.
Benítez, de 47 años, fue retirado de un acto público en Alto Paraná (350 kilómetros al este en la frontera con Brasil) y trasladado por vía aérea a su residencia de Asunción, donde se sometió a chequeos y análisis de sangre. Los médicos le dieron reposo por 48 horas, pero “toda la agenda de la semana fue anulada”, añadió un portavoz del Gobierno.
El dengue se contagia por la picadura del mosquito aedes aegypty a través de cuatro serotipos, uno de los cuales (el serotipo 2) produce riesgo de vida.
La epidemia, que recrudeció con fuerza en enero en Paraguay y Brasil, dejó hasta el momento dos fallecidos confirmados, en tanto otros 14 murieron bajo sospecha de la enfermedad. En consonancia, los hospitales públicos y privados no dan abasto por las consultas de pacientes que acuden con cuadros febriles.