Llega el viernes por la noche y decenas de vecinos de la zona norte comienzan a prepararse para ser parte los Corsos Infantiles de barrio Castañares, que este año transita su 20§ edición.
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Llega el viernes por la noche y decenas de vecinos de la zona norte comienzan a prepararse para ser parte los Corsos Infantiles de barrio Castañares, que este año transita su 20§ edición.
Por la avenida Houssay desfilarán todos los viernes, sábado y domingo, hasta el 25 de febrero, 23 agrupaciones. Chicos y grandes forman parte de los grupos de murgas, caporales, murgas artísticas, tinkus y comparsas. Las agrupaciones tienen entre 50 y 130 integrantes, que llenan de color la avenida.
"Cuando arrancamos en el año 2000 con el corso infantojuvenil teníamos 10 agrupaciones y desfilábamos en una cuadra. Ahora tenemos 23 grupos y nos extendemos por dos cuadras y media", cuenta Mario Siares, quien es una de las cabezas de la fundación Sentimiento, que realiza todo el año actividades por los vecinos de la zona norte. Esta fundación realiza trabajo social desde la vuelta de la democracia.
La fundación Sentimiento informó que desde este fin de semana comenzarán a recibir en el corso alimentos no perecederos y ropa en buen estado. La idea es acercarles a los pobladores del norte de la provincia, que están en emergencia, lo que se logre juntar.
De acuerdo al conteo que llevan adelante desde la organización, son unas 2.000 las personas que cada noche se dan cita para disfrutar del corso. Para ingresar se debe pagar un bono contribución de 80 pesos. Los menores de 10 años no pagan y se les permite a las familias ingresar con sillas y comida.
Contención social
"Nosotros apoyamos el corso todos los años y nos movemos para que se concrete porque vemos que es una movida social y cultural, pero sirve para darle contención a los chicos. Además que es un generador de fuentes de trabajo", afirmó. Siares cuenta que ellos ven que los chicos desde septiembre ya comienzan a pensar en el corso, por lo que el ensayo y estar pendiente de esto, los hace salir de la calle y además se ve cómo las familias también se suman al esfuerzo de los hijos. Por otro lado contó que, como parte del trabajo social que llevan con la fundación, se les da premio a todas las agrupaciones que participan, como una forma de incentivarlos.
Además describe cómo con el corso se transforma en un generador de oportunidades. "Apostamos al corso porque genera movimiento económico, con la gente que vende lanzanieves, comida, gaseosas", concluyó.