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Aky Coutada y Pedro Raúl Sánchez: “Debemos conocer la larga historia de intentos de navegación del Bermejo”

Miércoles, 08 de enero de 2020 10:49

 

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Marita Simón - Foto Jan Touzeau
El Tribuno

Si hay un río en Salta que seduce por su inmensidad, su entorno, su aparente carácter apacible que es tentación de pescadores, así como atemoriza por su bravura en las crecidas, ese es el Bermejo.
Inspirador de canciones, su tonalidad rojiza (justamente su nombre significa agua roja), sus zigzagueos y sobre todo su protagonismo en la historia que trasciende a la región, son motivos más que suficientes para que mucho se pueda escribir sobre él.
Y es lo que inspiró a los salteños Pedro Raúl Sánchez y Aky Coutada, amigos-hermanos nacidos en la zona, a investigar y recopilar por años datos y documentos sobre este río que sentimos tan propio. El arduo trabajo dio su fruto con la edición, el pasado mes, del libro “Historia de la navegación del río Bermejo”, cuyos siete capítulos recorren cinco siglos de historia que comenzaron con osadas expediciones de conquistadores hasta arriesgadas apuestas de hombres que visualizaron un futuro prometedor de este extenso curso de agua, que atraviesa 1450 kilómetros y corresponde a la Cuenca del Plata.
El Tribuno dialogó con ambos autores respecto de la composición del trabajo, que según adelantaron, pasará a ser parte de las bibliotecas públicas y escolares. Pedro Sánchez, oriundo de la ciudad de Orán, y Aky Coutada, cuya familia es de Embarcación, responden sobre una historia y un presente que les fascinan.
Ser del propio terruño del norte salteño y seguramente escuchar de abuelos y bisabuelos tantos relatos, ¿fue el disparador para hacer este libro?
Nosotros éramos changos, hondeadores en los montes, nos bañábamos y pescábamos en el río... eran épocas donde el juego estaba vinculado directamente a la naturaleza. El Bermejo para nosotros es íntimo, familiar, significa la infancia, y es vida.
¿Así comenzó el interés por conocer detalles de la historia vinculada al río?
(Pedro Sánchez) No sabíamos detalles sobre él, pero un día leo en “Facundo”, de Domingo Faustino Sarmiento, su alusión a los intentos de aprovechamiento del curso de agua para la navegación, destaca el cambio que ello produciría en la región, pone como ejemplo de desarrollo regional el Misisipi y el Illinois en los Estados Unidos, mientras que aquí no nos atrevimos a hacer lo propio con el Bermejo y nos rodeamos de dificultades. Sarmiento habla también de Pablo Soria, nacido en Francia y cuyo nombre fue impuesto al hospital de San Salvador de Jujuy.
(Aky Coutada) Hacia 1826, Soria, cuyo nombre verdadero era Paul Sardicat Soubiret, intentó la explotación de madera por el curso del río formando la Compañía para la navegación del río Bermejo, pero no progresó. En 1850 se largó el barco a vapor del capitán mercante José Lavarello desde un lugar conocido como La embarcación de Soria, y probablemente de allí el pueblo toma el nombre de Embarcación.
Todos esos datos les despertaron el interés para preparar el libro...
Es una larguísima la historia de los intentos de navegación de este río y llevamos muchos años trabajando en el tema. Son interminables los detalles que, lógicamente, no pueden estar todos consignados en este libro, sino que seleccionamos lo que consideramos más apropiado para esta edición. Por ahora fue de 200 ejemplares, pero vamos por una segunda más numerosa para repartirlos por todas las poblaciones de la cuenca del Bermejo, desde Orán hasta Corrientes. Nuestra intención es que se conozca esta historia particularmente en la región.
¿Qué detalles fueron impactantes en esta investigación sobre el tema?
Nos resultó muy impresionante la historia de los guaycurúes, etnia aborigen entre tantas de la zona, y el devenir de los nativos en épocas virreinales y a lo largo del tiempo. Tobas y mocovíes eran eximios jinetes y con ellos se dieron los malones, uno de los cuales quemó la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, que estaba en Cobos, y se llevan la imagen del Niño Jesús, dato que los salteños conocen. Esa imagen fue recuperada luego en el Chaco, pero lo interesante es cómo los nativos ponían su fuerza en el caballo más que en la pólvora de los españoles. Hay escritos de sacerdotes jesuitas sobre esta parte de la historia, pero los guaycurúes asolaron desde Bolivia y llegaron hasta Córdoba. Luego, y ubicándonos en nuestra región, el entonces gobernador de Salta, Gerónimo de Matorras, tuvo la tarea de pacificar el Chaco e hizo un pacto con el cacique Paykín. Fue Tomás Cabrera quien retrató este hecho en 1775 en el cuadro que está en el Museo Histórico Nacional.
(Pedro Sánchez) Es importante que se conozcan estos datos, especialmente los niños y jóvenes, y entender cómo fue que se forjó nuestra Nación. 

Tener en claro lo que implica hablar de la Gobernación del Tucumán, cuyas capitales fueron Santiago del Estero, luego Córdoba y finalmente Salta. Lo mismo ocurre cuando se habla del Chaco, que no es la provincia sino al enorme territorio que abarca desde unos kilómetros antes de Santa Cruz de la Sierra hasta la mitad de la provincia de Santa Fe. 
La zona tiene características agrestes, es un monte muy particular, es seco, también se confunde al respecto...
Sarmiento la llamó El Impenetrable, y muchos creen que eso se relaciona con una geografía de selva amazónica. La llamó así por los guaycurúes, incluyendo en ellos a varias etnias, que fueron grandes guerreros a caballo y con lanzas. Era su mecanismo de defensa frente a los invasores, y las tácticas y estrategias que utilizaron luego fueron tomadas por el general Martín Miguel de Güemes para lo que conocemos como guerra de guerrillas o guerra de recursos.
En el libro también se hace referencia a las primeras compañías de navegación del Bermejo, cuyos propietarios fueron varias familias salteñas que formaron parte de las sociedades...
Mencionamos esas familias, porque hubo varias sociedades y hasta una de índole oficial. En el tiempo, avanzamos hasta el año 1945, cuando se disolvió la sociedad oficial de navegación que se hacía cargo desde 1911, donde el Estado, a través del Ministerio de Obras Públicas, tenía la tarea. Como siempre ocurre en nuestro país, son decenas los motivos que impidieron que esto continuara. Y allí concluimos este libro.
Pero hubo varios intentos posteriores...
Hubo luego, en 1955, un proyecto de aprovechamiento integral del Bermejo con una comisión nacional a través de la Conade, que significaba generar energía, recuperar miles de hectáreas con riego y hacerlo navegable. Y en esta parte hay que recordar que, tras la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay (1932-1935), el primero cedió parte de territorio a cambio de una salida al mar a través del Bermejo. Esto nunca ocurrió. Con los años pasó a la Corebe, pero siempre con el objetivo de desarrollar principalmente de energía. Esta parte de la historia y las razones por las que no se concretó serán motivo para un segundo libro que prevemos elaborar. Probablemente, cualquier intento siga fracasando, pero nada nos impide imaginar lo que significaría para el país el desarrollo del río.
En este complejo e intrincado devenir, hay personas que dieron mucho para el desarrollo de la región a través del río...
Absolutamente, y nuestro objetivo es reivindicar en ello a Natalio Roldán, su trabajo incansable, su esfuerzo que le costó toda su fortuna y dejó la vida en ello. Dedicamos un capítulo a ese hombre que quedó grabado en la memoria de la región. Este comerciante invirtió todo para intentar establecer la compañía de navegación a vapor el río Bermejo, entre los años 1870 y 1885, aproximadamente. El Bermejo es un curso de agua complicado, salvaje, pero la influencia y empecinamiento de Roldán y sus socios, de apellido Casares y Molina, fueron muy importantes en la navegación regular que había entonces, abriendo las puertas a un desarrollo del Chaco salteño hasta el pueblo de Rivadavia y esa zona progresó.
Tras tantos intentos, y cuando se le hunde el último barco, Roldán quedó arruinado en esos veinte años, y se refugió junto a su esposa en el pueblo de Rivadavia, con un pequeño almacén para vivir. Luego la Nación, en reconocimiento, le cedió tierras. Esta parte de la historia también es enorme y hay quienes hoy apoyan la moción de ponerle su nombre al Parque Nacional El Impenetrable, ya que muchas de esas tierras le pertenecieron. Pese a que su emprendimiento fue un fracaso, Roldán se jugó la vida por ese proyecto del Bermejo y creemos que la ruta nacional 81 también debería llevar su nombre. 
Porque Natalio Roldán hizo patria.

 

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