Aun cuando la pasión es grande y similar es el deseo de jugar, la pandemia de coronavirus puede más que el deporte en cualquiera de sus niveles. Obliga a replantearse muchas cosas y una de ellas es la necesidad de realizar o no alguna competencia oficial antes de que llegue el 31 de diciembre de 2020.
Hay asociaciones que mantienen el optimismo y se aferran a la esperanza de que no sea un año totalmente perdido. Pero lo único claro hasta el momento es que la pandemia no tendrá fin ni a corto ni a mediano plazo, situación que hace imposible elaborar fechas o planes de torneos.
Solo la chispa de los entrenamientos grupales y la pasión que tienen deportistas y dirigentes mantienen con vida al mundo deportivo salteño. También las capacitaciones, vía plataformas digitales, tienen un papel importante, pero nada reemplaza el hecho de estar codo a codo dentro de una cancha disputando la posesión de una pelota.
Pero los riesgos son muchos cuando el coronavirus se hace incontrolable. Para muestra solo hay que volver la memoria unos cuantos días atrás, al momento en que los hospitales y clínicas de Salta estaban al borde del colapso.
Por eso lo mejor es mantener los protocolos de entrenamientos para deportes individuales y de conjunto, proteger con responsabilidad esos permisos y no rifarlos con una ola de contagios. Los torneos pueden esperar hasta el año que viene, no queda mucho para eso. Hay que juntar energías y volver más fuertes en 2021.
La pandemia no solo afectó la organización de torneos históricos como el Regional del NOA de rugby, el Zonal de automovilismo o el Honor de hockey. También sacudió las tesorerías ya que los recursos económicos han caído abruptamente en los clubes. Abrir un escenario deportivo, ya sea una cancha, el autódromo u otros requieren un gasto que no todos estarían en condiciones de afrontar.
Entrenar para no competir no es lo ideal, pero ante lo que está pasando en el mundo entero lo mejor es cuidar la salud y dejar la competencia local para la nueva chance que dará el 2021.
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Aun cuando la pasión es grande y similar es el deseo de jugar, la pandemia de coronavirus puede más que el deporte en cualquiera de sus niveles. Obliga a replantearse muchas cosas y una de ellas es la necesidad de realizar o no alguna competencia oficial antes de que llegue el 31 de diciembre de 2020.
Hay asociaciones que mantienen el optimismo y se aferran a la esperanza de que no sea un año totalmente perdido. Pero lo único claro hasta el momento es que la pandemia no tendrá fin ni a corto ni a mediano plazo, situación que hace imposible elaborar fechas o planes de torneos.
Solo la chispa de los entrenamientos grupales y la pasión que tienen deportistas y dirigentes mantienen con vida al mundo deportivo salteño. También las capacitaciones, vía plataformas digitales, tienen un papel importante, pero nada reemplaza el hecho de estar codo a codo dentro de una cancha disputando la posesión de una pelota.
Pero los riesgos son muchos cuando el coronavirus se hace incontrolable. Para muestra solo hay que volver la memoria unos cuantos días atrás, al momento en que los hospitales y clínicas de Salta estaban al borde del colapso.
Por eso lo mejor es mantener los protocolos de entrenamientos para deportes individuales y de conjunto, proteger con responsabilidad esos permisos y no rifarlos con una ola de contagios. Los torneos pueden esperar hasta el año que viene, no queda mucho para eso. Hay que juntar energías y volver más fuertes en 2021.
La pandemia no solo afectó la organización de torneos históricos como el Regional del NOA de rugby, el Zonal de automovilismo o el Honor de hockey. También sacudió las tesorerías ya que los recursos económicos han caído abruptamente en los clubes. Abrir un escenario deportivo, ya sea una cancha, el autódromo u otros requieren un gasto que no todos estarían en condiciones de afrontar.
Entrenar para no competir no es lo ideal, pero ante lo que está pasando en el mundo entero lo mejor es cuidar la salud y dejar la competencia local para la nueva chance que dará el 2021.