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Cuando el miedo y los prejuicios llevan a levantar el dedo acusador

Personal médico es amenazado y escrachado por sus propios vecinos.
Viernes, 03 de abril de 2020 02:58

Hay miedo. Los argentinos pueden demostrar agradecimiento, como cada noche a las 21 con un aplauso cerrado desde los balcones al personal médico, pero también pueden mostrar su costado más oscuro cuando el temor a la enfermedad se apodera de sus actos y surgen, como salidos de la caja de Pandora, la discriminación, el dedo acusador, la amenaza y la violencia.

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Hay miedo. Los argentinos pueden demostrar agradecimiento, como cada noche a las 21 con un aplauso cerrado desde los balcones al personal médico, pero también pueden mostrar su costado más oscuro cuando el temor a la enfermedad se apodera de sus actos y surgen, como salidos de la caja de Pandora, la discriminación, el dedo acusador, la amenaza y la violencia.

En los últimos días varios profesionales de la salud y un matrimonio llegado del exterior sufrieron en carne propia la incomprensión y el destrato cuando sus vecinos se sintieron "amenazados" por su presencia.

Escrache

Un joven fue escrachado por vecinos e insultado en redes sociales luego de que le realizaran un test por coronavirus COVID-19, el cual finalmente dio negativo. Tomás Duarte sostuvo que además recibió una falsa llamada en la que le dijeron que el hisopado le había dado positivo, antes de la confirmación oficial.

Todo comenzó cuando alertó a las autoridades por sufrir fiebre durante varias horas y equipos de emergencia le realizaron el hisopado en la puerta de su domicilio.

"Alguien me hizo una broma de mal gusto", consideró en diálogo con la radio LT 8, mientras sostuvo que fue víctima de discriminación y estigmatización. El joven indicó que tras el llamado, en el que le indicaron que guarde cuarentena y decidió cumplirla, se dio cuenta que su dirección y otros datos ya circulaban en redes sociales, mientras que se había creado un grupo de WhatsApp para escracharlo. En Instagram recibió una catarata de insultos en los que se lo acusaba de haber viajado a Miami y al regreso no haber guardado la cuarentena, mientras que también llegó a recibir amenazas de que iban a quemarle la casa. Al otro día, se comunicó con las autoridades para conocer los pasos a seguir y le dijeron que el resultado aún no estaba.

Finalmente, el viernes último se le comunicó que el hisopado había dado negativo y que no se había contagiado de coronavirus. "Esto no suma nada, no tiene que pasar, hoy es COVID-19, dengue, le puede pasar a cualquiera, no importa si el resultado es positivo o negativo", se lamentó el joven.

Otro episodio se conoció la noche del miércoles, cuando se viralizó un cartel que el consorcio de propietarios de un edificio de la calle Amenábar, en el barrio porteño de Belgrano, le envió por debajo de la puerta a una médica, apenas un día después de que alquiló su nuevo departamento.

"Ante el alto riesgo creado por su actividad se ha comunicado a la autoridad correspondiente la situación de riesgo generada al edificio y que, hasta tanto se tome otra medida, se la intima a evitar el tránsito y permanencia en zonas comunes así como tocar elementos tales como picaportes, barandas de escalera, acceder a la terraza y demás elementos que atento a la gravedad de la pandemia pongan en riesgo a quienes habitan el edificio", reza el primer párrafo de la intimidante carta. El mensaje no tardó en viralizarse en las redes y reflejó el martirio que debió atravesar la médica quien -prefirió el anonimato- y no conforme con la crisis sanitaria en la que se encuentra sumergida debido a su trabajo, también debe lidiar con las amenazas de sus vecinos.

 

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