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Las mujeres trans, más vulnerables en cuarentena

Desde MTA piden al Estado asistencia y políticas que salgan de la lógica binaria.
Domingo, 19 de julio de 2020 01:37

La pandemia y su respectiva cuarentena develaron las diversas vulnerabilidades que existen en la sociedad.

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La pandemia y su respectiva cuarentena develaron las diversas vulnerabilidades que existen en la sociedad.

Para las mujeres trans el aislamiento social, preventivo y obligatorio fue desbastador. La cuarentena fue esmerilando las escasas posibilidades que tienen para conseguir recursos económicos.

Según sus mismas referentes, un 80 por ciento de las mujeres trans se dedica a la prostitución y con sólo ese dato ya indica la precariedad laboral, social y económica por la que están atravesando en la presente pandemia.

“Con hambre no hay cuarentena”, definió Carla Natali Champicien.

Desde la filial salteña de la organización Mujeres Trans Argentina (MTA) llevan a cabo una serie de acciones que buscan cambiar su realidad con dos objetivos bien claros. Uno en la coyuntura y otro a largo plazo. La visibilización es la herramienta.

“Esta pandemia develó la vulnerabilidad que tenemos el colectivo de mujeres trans. Las compañeras hoy no tienen dinero porque no tienen trabajos dignos. No tenemos educación. A los 14 años ya estamos en las calles prostituyéndonos porque no vemos futuro alguno en el sistema educativo. Como el 80 por ciento se prostituye al primer sacudón económico caemos nosotras. Hoy nos cerraron las esquinas y no tenemos para comer”, dijo Luz Suica, una de las referentes.

Los problemas son puntuales, como el actual distanciamiento preventivo, y estructurales como la expulsión sistemática de un sistema educativo que normaliza y que no admite alteridades. Las condiciones históricas fueron desiguales y el coronavirus podría ser el “tiro del final”. 

Contra eso están luchando colectivamente. Si bien hay un registro de 300 compañeras trans en la provincia, en la MTA militan unas 30.

“La mayoría de las compañeras tenía ingresos de la prostitución, pero también tenemos a muchas en las peluquerías o en las ferias barriales. Hoy nada de eso funciona y la asistencia del Estado tiene una lógica binaria. Por ejemplo, son muy pocas las que recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)”, señaló Carla Natali.

Para las explicaciones de las referentes es necesario “abrir las mentes y comenzar a desterrar prejuicios”.

El rol de Estado en su función de asistencia en la emergencia solo tiene contempladas políticas binarias. No tiene herramientas para atender las disidencias. Las políticas del Estado actual solo son para heterosexuales.

“Tampoco tendría la voluntad política. Provincia y Nación son diferentes. Desde Nación hay un cambio y hay fondos que se destinan al colectivo LGBITQ que se traducen el bolsones alimentarios. Pero esos recursos llegan a Provincia, luego a los municipios y no tienen forma de que lleguen a quienes los necesitan”, afirma.

“Nosotros necesitamos que Provincia y Nación comiencen a desarrollar políticas de asistencia y prevención para el coronavirus que sean más inclusivas. Desde un bolsón hasta los cupos laborales. Desde una atención sanitaria hasta un sistema educativo que contengan a las disidencias”, dijo Luz y dejó un silencio en el aire.

Se debe advertir que dentro del gabinete del primer Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, está la primera mujer trans del país que ocupa una subsecretaría de Estado. Se trata de Alba Rueda, que es subsecretaria de Políticas de la Diversidad, con lo cual es la primera mujer trans del país en ocupar ese cargo.

En el Gobierno provincial, figura la Agencia de las Mujeres, Género y Diversidad, del Ministerio de Desarrollo Social, con la dirección de Rosaura del Carmen Gareca. El Tribuno intentó comunicarse con la funcionaria, pero no dio respuesta.

El interior, peor

La referente dijo que mantienen una comunicación constante con sus compañeras del interior provincial. Sostuvo que en el norte muchas enfermaron con dengue y han tratado de gestionarles asistencia pero no consiguen nada.

En este período de cuarentena han tomado contacto con compañeras trans de los municipios de Salvador Mazza, Cafayate, Metán, Urundel, Orán, Campo Quijano, Colonia Santa Rosa, Embarcación, Joaquín V. González, Cerrillos y Chicoana. Advirtió que la comunidad trans en el interior se encuentra en una situación de vulnerabilidad superior a lo que sucede en la capital.

También hay más violencia familiar

Muchas de las chicas trans fueron expulsadas de sus casas en plena cuarentena.

Luz Suica

 

Loisana Trinidad tiene 26 años y vive en la manzana 617 A, casa 8, ruta 26, del barrio Finca Valdivia, al lado de El Círculo.

Una casa de barrio, de calles con pavimento descascarado, tiene el objetivo de transformar la realidad de las mujeres trans que en Salta luchan contra las desigualdades de una sociedad binaria.

Loisana comenzó su transición hacia su nueva identidad hace dos años. Antes estudió y se recibió como enfermera y nunca pudo ejercer oficialmente. Se transformó y decidió comenzar a militar en una organización con fuertes argumentos políticos.
De los cuadros presentes quizás sea la más pasional.

“Yo quizás tuve una infancia diferente porque tuve un acompañamiento muy grande por parte de mi papá Martín y de mi mamá Eva. Somos ocho hermanos, mucho de ellos varones, en donde viví una niñez plena, en un cuerpo que no me correspondía, pero siempre comprendida. Otras compañeras no tienen la misma suerte, no tuvieron su niñez, no disfrutaron su adolescencia, no estudiaron y el trabajo se les hace imposible. Es por eso que decidimos armar en esta casa donde vivo la Consejería Comunitaria”, dijo Loisana.

En esa tarea social y comunitaria ya realizaron 2 ollas populares. La primera el 28 de junio con la premisa de visibilizar la problemática de los varones trans y la segunda el 8 de julio en recuerdo de Diana Sacayán. Se destaca el hecho de que la primera olla estaba destinada para reunir a miembros de la organización e invitados especiales y que sin embrago fueron muchos los vecinos que se acercaron. Para la segunda olla ya fueron masivamente los miembros de una barriada completamente vulnerable y afectada por la cuarentena.

“Nosotras somos parte del barrio, nos incluimos en él y participamos como cualquiera. Es por eso que decidimos abrir esta consejería para todos; no solo para las chicas trans”, amplió Loisana.

El proyecto se enmarca dentro de la línea del MTA de Concejerías Comunitarias Integrales en Derechos Sexuales y (no) Reproductivos de la Provincia de Salta. Entre sus objetivos está la difusión de información desde la perspectiva de formación de la salud, género, diversidad e interculturalidad y la atención personalizada y con privacidad sobre salud sexual. La idea es formar a líderes barriales con enfoques en derechos y en género.

“Nosotras acompañamos integralmente y vemos que en cuarentena hubo muchos casos de violencia familiar y muchas chicas fueron expulsadas de sus casa”, dejó picando.

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