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Cuando Mercedes detiene el tiempo

La historia detrás de la fotografía que se expone en la Sala de Lactancia del Polo Integral de las Mujeres. El sentido de un acto que va mucho más allá de solo dar el mejor alimento para un bebé. 
Domingo, 09 de agosto de 2020 01:15

Cada vez que Mercedes Viramonte amamanta a Pedro el mundo deja de girar. Ese acto cotidiano y prodigioso entre una madre y su bebé empezó a tener un significado aún más trascendental, quizás mágico, desde hace un mes y medio. Fue cuando a Pedro se le detectó una malformación en el cerebro. Padece una de las denominadas enfermedades raras, sobre la que no hay pronóstico de tiempo de vida porque está huérfana de algún tratamiento médico.

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Cada vez que Mercedes Viramonte amamanta a Pedro el mundo deja de girar. Ese acto cotidiano y prodigioso entre una madre y su bebé empezó a tener un significado aún más trascendental, quizás mágico, desde hace un mes y medio. Fue cuando a Pedro se le detectó una malformación en el cerebro. Padece una de las denominadas enfermedades raras, sobre la que no hay pronóstico de tiempo de vida porque está huérfana de algún tratamiento médico.

Mercedes y Pedro son los protagonistas de la fotografía que desde el viernes pasado forma parte de la Sala de Lactancia del Polo Integral de las Mujeres (ubicado en República de Siria 611). La imagen, capturada por el fotoperiodista Javier Corbalán, fue instalada bajo la campaña Tibio Alimento, con la se promueve el amamantamiento y la generación de espacios para que pueda realizarse como “un derecho y no una obligación para la mujer”.

“Me expuse a la foto para promocionar la lactancia. Creo que dar de mamar a un hijo tiene un significado grandísimo. Hay mujeres que lo pueden hacer y otras que no, por esas circunstancias de la vida, y por supuesto hay que respetarlo”, dijo Mercedes a El Tribuno.

Lo que la madre compartió como modelo de esa fotografía es un acto de amor. Hasta la frase de que una imagen vale más de mil palabras está de más en este caso.

“Sé que dándole mi pecho le doy mejor calidad de vida, le doy todo mi amor. Sobre todo disfrutarlo cada momento, creo que el amamantamiento es un momento de stop en mi vida, de conexión con el bebé, de dar y recibir: dar lo mejor tuyo y recibir lo mejor de él”, resumió Mercedes, quien se desempeña como kinesióloga.

Lo que psicólogos pudieron corroborar en décadas de estudio, las mujeres que lograron conectarse con su lado maternal siempre lo supieron: amamantar es mucho más que dar el mejor alimento que pueda recibir un bebé. La conexión que se produce en ese acto entre un hijo o hija con su madre trasciende a la parte nutricional para ser una acción fundacional en la constitución de una persona.

Ese vínculo se hace palpable en las miradas que comparte la mujer cuando le da el pecho a su bebé. Justamente fue ese gesto o su ausencia lo que alertó a Mercedes sobre que algo pasaba con Pedro.

“Cuando nació todo fue normal, pero a los tres meses empecé a ver como que algo no iba tan bien con Pedro porque no me fijaba la mirada, que es el vínculo más íntimo entre la madre y el bebé. Empecé a hacer estudios y a Pedro le diagnosticaron una enfermedad de una mala formación del cerebro. Más allá de eso, el amor que se le tiene a un hijo y sobre todo el amamantar ayuda mucho al desarrollo. Gracias a Dios yo lo puedo hacer y creo que la leche materna va a ayudarlo a mejorar”, relató.

La mujer recalcó, además, lo fundamental que es para ella sentirse acompañada cuando da su leche. Así lo supo cuando su primera hija, quien ahora tiene dos años, se negaba a tomar el pecho.

En ese momento fue con su pareja al servicio de lactancia del hospital Materno Infantil. “Me acuerdo que los primeros 15 días íbamos los tres todos los días al hospital para que nos enseñen y me calmen porque estaba muy angustiada hasta que al fin se prendió al pecho. Sola seguramente hubiese bajado los brazos”, recordó.

La fotografía como herramienta de promoción 

Opinión por Karina Brito (Impulsora del proyecto Tibio Alimento)

Una de las características esenciales de la fotografía es su rol de testigo y prueba gráfica de la realidad. Es un arte de trinchera que tiene como rol captar, no solo la belleza de las cosas, sino aquello que denuncia, que es molesto y que muchas veces es hasta difícil de observar. Sin esa visión crítica de esta disciplina, mal podríamos pensar en ella como un aporte a nuestra sociedad, a la historia que nos precede y al legado de estos tiempos que debe permanecer como testimonio de momentos políticos, geográficos y, cómo no, culturales. Por estas razones, además del simple goce de estar frente a una imagen conmovedora, la fotografía también posee un enorme potencial pedagógico. El mundo actual está plagado de estímulos diversos. En ese contexto, es fundamental educar en el lenguaje visual como una forma de adquirir y desarrollar las capacidades que les permitan a las personas conocer su entorno y desarrollar una lectura crítica de la realidad. 

En busca de este objetivo, he proyectado esta idea pensando en el potencial educativo de la fotografía y en el talento de un gran profesional de la disciplina, como lo es Javier Corbalán, quien en su mirada hace foco en la realidad, dándole una cuota al fotoperiodismo y al talento propio que posee. 

Esta iniciativa realizada en conjunto tiene como fin acercar las artes y la cultura al ámbito sanitario, proporcionándole el uso de imágenes como herramienta para promover la lactancia materna, embellecer así espacios y hacer más amigable las salas de espera, consultorios, sala de internación, etc.

Intentamos con ellas desarrollar la sensibilidad, la empatía y la identidad a partir del trabajo colaborativo.

¿Qué puede hacer el arte de la fotografía por nosotros? 

Puede ayudarnos a expresar lo que las palabras no pueden; puede enseñarnos una nueva forma de decir lo que ya dijimos (o lo que no hemos dicho); puede mostrarnos la realidad desde una perspectiva diferente, enriquecer nuestro mundo interior, ser nuestra memoria individual y colectiva. Todas estas características convierten a la fotografía en un medio creativo que propicia el diálogo entre distintas áreas del conocimiento y por tanto el trabajo interdisciplinario y el desarrollo integral del ser humano. 

La fotografía, en tanto lenguaje, arte y patrimonio cultural, tiene en sí misma un valor incalculable, pero además es un hacer cotidiano que entusiasma a todo tipo de personas. 

Con esta producción fotográfica deseamos que la fotografía fortalezca nuestra capacidad de observar el entorno de manera crítica y nos permita expresar un punto de vista propio. Deseamos se valore nuestro patrimonio fotográfico como expresión artística y memoria histórica y se desarrollen la sensibilidad y la identidad personal a partir de la observación de obras fotográficas.

Hoy vivimos en la era de lo visual. Todos tomamos fotografías y nos enfrentamos diariamente a miles de imágenes. A pesar de los cambios que ha experimentado la fotografía desde la aparición de la cámara digital, sus principios básicos son los de siempre y se aplican de igual manera a una cámara profesional o a una cámara sencilla, incluso a un celular. Lo esencial del ejercicio fotográfico es descubrir qué veo, cómo y cuándo lo muestro. 

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