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Raquel Welch lució su figura extraordinaria en la película “One Million Years” (Hace un millón de años), donde apareció en un traje de baño de dos piezas y se publicitaba como “¡El primer bikini de la humanidad!”. La película carecía de cualquier rigor histórico, pero se convirtió en un fenómeno de la cultura pop. No importaba que la producción pusiera hombres del paleolítico junto a dinosaurios, o que Welch apenas tuviera tres líneas de diálogos. Fue aquella pequeña prenda de piel la que se llevó toda la atención.
Era 1966 y Welch, nacida el 5 de septiembre de 1940, ya era madre de una niña y un niño.
Aunque tenía trabajos previos, incluso junto a Elvis Presley, aquella película le dio fama y el estatus de “sex symbol” que jamás la abandonaría.
Ahora, en su libro biográfico “Raquel: beyond the cleavage” (Raquel, más allá del escote), la actriz reconoció que aun cuando no estaba del todo cómoda con la etiqueta tampoco pensó en oponerse a la imagen de “sex symbol” en la que de súbito quedó encasillada.
En una época donde Brigitte Bardot, Claudia Cardinale y Sophia Loren eran las diosas del cine europeo, Raquel se hizo de su propio lugar en Estados Unidos como una de sus más sensuales estrellas.
Su origen
Jo Raquel Tejada, tal su verdadero nombre, había nacido en Chicago, hija de la inglesa Josephine Sarah Hall y el ingeniero aeronáutico boliviano Armando Carlos Tejada Urquizo. Aunque no muchos lo sepan en el mundo del espectáculo, es prima de Lidia Gueiler Tejada, la primera mujer en llegar a la Presidencia de Bolivia, en 1979. Sus años de esplendor fueron en las décadas de los 60 y 70, cuando su presencia era constante en la pantalla grande, con algunos títulos destacados como Bedazzled, Barba Azul, El Príncipe y el Mendigo y Animal.
“Ser un símbolo sexual que envejece no es exactamente un picnic”, admitió ante Oprah Winfrey. “Si te llaman vieja, sientes que se acabó”. Y, de hecho, la carrera de Welch se apagó durante décadas por un asunto relacionado con la edad, pero también con su temperamente para pelear por lo suyo.
Aun con 80 años, el estatus de sex symbol parece no abandonarla, aunque tampoco los estereotipos alrededor. En su biografía se refiere a la errónea idea de la gente acerca de que habría tenido infinidad de encuentros sexuales.
Si bien se ha casado cuatro veces, tampoco gustaba de ser una estrella pasando de un romance a otro y en su biografía escribió: “Todos los hombres de los que realmente me he enamorado han reaccionado hacia mí y me han hecho sentir como que soy una persona y no como que se irán a la cama con Raquel Welch. Soy un ser humano, me pongo mis tacones uno a la vez”,
El único consejo que puede darle a las mujeres sobre la edad es “que dejen de tenerle miedo, porque es solo un capítulo más en la vida. No es hora de que te rindas. No sigas comparándote... Al igual que mantienes tu hogar, tu automóvil, tu jardín, debes cuidar tu mayor regalo: tu cuerpo”.