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VIDEO. “Nunca pensé que mi hijo iba morir de esta  manera, y mucho menos como un perro”

Martes, 12 de octubre de 2021 02:50

Virginia, la mamá de Nahuel, el chico de 21 años horriblemente asesinado en la noche del sábado, dialogó con El Tribuno. En un clima de consternación, incredulidad y dolor, velaron al joven Nahuel Vilte Martínez, en el Club Atlético Peñarol, en Villa Belgrano, club del que fuera ferviente hincha. 
Virginia sigue conmocionada por la muerte de su hijo en el parque San Martín. “Estoy muy agradecida, no me imaginé que tanta gente me esté apoyando, muchísima gente le tenía cariño a mi hijo, me dicen que era muy buena persona”, dijo. Al finalizar la entrevista comentó que buscará hacer justicia por la memoria de Nahuel, y que, si no lo logra, pidió que el “Dios de arriba” le ayude a hacer justicia divina.

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Virginia, la mamá de Nahuel, el chico de 21 años horriblemente asesinado en la noche del sábado, dialogó con El Tribuno. En un clima de consternación, incredulidad y dolor, velaron al joven Nahuel Vilte Martínez, en el Club Atlético Peñarol, en Villa Belgrano, club del que fuera ferviente hincha. 
Virginia sigue conmocionada por la muerte de su hijo en el parque San Martín. “Estoy muy agradecida, no me imaginé que tanta gente me esté apoyando, muchísima gente le tenía cariño a mi hijo, me dicen que era muy buena persona”, dijo. Al finalizar la entrevista comentó que buscará hacer justicia por la memoria de Nahuel, y que, si no lo logra, pidió que el “Dios de arriba” le ayude a hacer justicia divina.

¿Qué ocurrió esa noche?
Yo estaba trabajando en mi puesto, en el carro de panchos y hamburguesas. Resulta que mi marido se ausentó porque me fue a comprar una garrafa porque necesitaba seguir trabajando. En eso que se ausenta se acerca Lucas, un chico colombiano que trabaja con nosotros y nos cuida las cosas, y me dice que está viendo cosas que no le están gustando, que Javi Ponce -otro vendedor del parque- lo había amenazado. Yo le dije que se quede tranquilo, que no va a pasar nada y él me contestó: “Yo creo que de esta noche no paso”. Lucas estaba con miedo porque estaba solo, y además porque se queda durante la noche a cuidar las cosas. Desde mi carro, yo lo vi a Javi Ponce borracho, fuera de su lugar, creyéndose dueño del parque porque en más de una vez dijo que él era el dueño. “Yo soy quien decide quién se queda y si yo quiero los hago sacar a todos”, nos amenazaba y nos decía esas cosas, pero yo nunca hice una denuncia ante esa situación. Esa noche se me encimó y me dijo quién me creo para defender a ese colombiano y al venezolano, que era una rata. Nadie salió a defenderme ni a decirle nada, la gente solamente miraba, observaba, parece que le tienen miedo porque ellos actúan en barra, con todos los empleados que son pagados por Alejandra Quinteros y Javi Ponce.

¿En ese momento usted llamó a la Policía?
Yo llamé a la Policía cuándo el vino a mi carro a encimarse y a acosarme, porque me quería besar con toda la boca llena de coca. Estaban su hijo y su mujer al lado, nadie lo detuvo, nadie le dijo que parara la mano. En ese momento todavía no había llegado la Policía. Cuando llegó le explicamos la situación de como son ellos con nosotros, cómo se dirigen hacia nosotros, cómo nos amenazan, cómo no nos dejan vivir tranquilo. Cuando le expliqué eso a la Policía ¿sabe lo qué me dijo? “Señora, todo lo que usted me está comentando, vaya a la (comisaría) novena y ponga la denuncia”. Yo le dije: “Sabe lo que pasa, es que una denuncia demora cuatro horas”. ¿Por qué una denuncia demora tanto? ¿Tanto les cuesta escribir? Cuando se fue mi marido, vino mi hijo después de trabajar. Estaba con su mochila y su motito todo hecho una furia y me dijo: “Mamá, ¿quién te quiso pegar a vos?”. No terminó de decir eso y vino mi hija desde el puesto de la señora Alejandra Quinteros y me mostró cómo le pegaron (tenía el ojo hinchado). Mi hijo vio eso y se fue hecho una furia. Es como que todo se fue de las manos ese día. 

¿Qué hizo su hijo?
Mi hijo se dirigió hasta ahí (al puesto donde le pegaron a su hermana), cuando él quiere agarrarlo al muchacho para pegarle, yo no vi la situación como pasó pero recién ayer (por el domingo) me estuve enterando que no fue uno nomás quien lo agarró, sino que fueron tres. El venezolano que trabaja para Alejandra Quinteros, el que le pasó el cuchillo en la garganta y el Javi Ponce. Uno le hizo la zancadilla y a mi hijo le pegaron. Mi hijo no fue con ninguna arma blanca, solo fue a defender a su hermana y a saber qué es lo que estaba pasando conmigo en el parque. Yo digo que esto ya estaba planeado, porque Lucas ya me había contado lo que escuchó, había movimientos raros, entonces uno se da cuenta. Algo ya no estaba funcionando bien.

¿Qué pasó durante la pelea?
Yo estaba junto a mi hijo, yo pasé ese mal momento al lado de mi hijo. Estaba como nublada de la vista. Yo estuve ahí cuando mi hijito me dijo: “Mamá, mamá, llamá a la policía”. Yo tenía sangre en las manos y mi hijo se fue a sentar en la banquita, y yo veía que se estaba desequilibrando el cuerpito y de repente lo veo a mi hijo que chorreaba sangre por el cuello. Se fue hasta el cordón de la vereda y empecé a mirar que toda su ropa tenía sangre. Empecé a buscarle por el cuello para hacer algo, para taparle con algo y no encontraba nada porque todo lo tapaba con sangre. Después vi que había mucha sangre y pedí desesperadamente ayuda a puro grito. Me cansé, tengo la garganta afónica de tantos gritos esa noche y todos mirándome, nadie hizo nada. Estaba Alejandra Quinteros, su hija, estaban todos ellos, el taxista, los chicos en la parada del colectivo y todos los que pasaban mirando. ¿Qué soy yo? ¿Mi hijo qué era, un animal? ¿Por qué nadie me socorrió? Yo estaba desesperada, angustiada. Yo decía qué hago, mientras mi hijo se iba en sangre y este fulano Javi Ponce vino, así borracho, me lo cargó a la camioneta y me lo llevó. No sé cómo porque yo tenía como la vista nublada. Por atrás escuchaba que decían “tírenlo por ahí, déjenlo tirado por ahí”. No llegó la ambulancia, no llegó la Policía, no llegó nada esa noche. Es un lugar turístico donde mucha gente viene porque está la terminal. ¿Por qué tenemos que manchar nosotros ese lugar con este tipo de situación? ¿Por qué no nos organizamos mejor y ponemos más seguridad, más custodia? Eso es lo que pasó esa noche, eso es todo lo que pasó esa noche .

¿Qué ocurrió después?
Me fui al hospital a ver a mi hijo, después vino la Policía pero yo no la vi. Yo solo le rogaba a Dios que mi hijo esté bien, que mi hijo salga de esto, pero cuando mi marido salió de adentro de la sala urgencia me dijo: “Lo perdimos a nuestro hijo”. Yo ya no tenía fuerza, no tenía aliento como ahora. No tengo una lágrima, se me fue todo. De ahí me fui a la Novena a poner la denuncia. Todo lo que vi lo expuse ahí, es más, dejé asentado que no quiero ver a esa gente trabajando, por la memoria de mi hijo.

A la 1 de la mañana le entregaron el cuerpo de su hijo...
Me entregaron el cuerpo a la 1 de la mañana, por todo el proceso que se hace. Estuve esperando en Ciudad Judicial hasta que terminó la autopsia y él murió porque sus pulmones se llenaron de sangre y no podía respirar. Se llenó todo de sangre y se asfixió, por eso muere él. Por más que haya querido taparlo no se salvaba. Tenía que pasar un milagro para que se salve. Cuando mi hijo estaba parado, ahí tenía que correr y llevarlo al hospital, pero qué iba a saber con la gravedad que tenía mi hijo.

¿Cómo está anímicamente su familia?
Toda la familia está quebrada, está mal, pero yo tengo que ser fuerte, tengo que sacar adelante a mi familia. En equipo tenemos que salir adelante. Este es el dolor más grande que tenemos en mi familia. Como le dije a mi marido, esto no me tiene que voltear porque si me voltea, todos se ponen mal y no hacemos nada. No sé cómo pero tenemos que tratar de sobrellevar este dolor, que es muy grande, es inexplicable. Nunca pensé que mi hijo iba morir de esta manera y mucho menos como un perro. Fue muy fuerte para mí y algo inesperado. No sé si decirle que lo voy a superar porque ahora tengo otro tipo de dolor, de pensamiento porque esto es como que se va llevando el día a día. Hasta el momento estoy tranquila y no sé qué va a pasar después, porque la verdad no quiero estar mal, no lo quiero ver mal a mi marido ni a mis otros hijos.

¿Cómo le gustaría que se lo recuerde a Nahuel? 
Esto es lo que me sorprende ahora. La gente que lo quiere. Yo no me imaginé nunca que tenía tanta gente que lo quiere. Mi hijo vive acá porque desde que era bebé nunca se quiso ir a mi casa. Siempre fue a lo de los abuelos. Él dormía con la abuela, comía con la abuela, le hacía cosas para la abuela, para toda la familia. No tengo más nada que decir, por ahí me quedo sin palabras y al momento recuerdo algo y así. Quiero hacer justicia por mí, por hijo, pero no sé de qué forma, cómo lo voy a hacer. Sé que cuando vaya llegando más a fondo esto se me va a poner más difícil, pero hay uno que está mirando desde arriba.
 
 

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