En oportunidad de celebrar que este periódico alcanza una importante cifra en sus ediciones, cabe reflexionar sobre este hecho. Y es que la prensa escrita refleja la vida cotidiana de una sociedad, cada edición presenta un fragmento de la Historia de un día, sus páginas nos acercan una instantánea de lo que acontece en la escala local, regional, nacional y mundial. El diario alcanza de esta manera el carácter de globalizador, una ventana que nos permite mirar al mundo, para comprender y contextualizar diversas problemáticas en un marco de universalidad. Si bien otros medios de comunicación, especialmente los audiovisuales pueden hacer este abordaje, la prensa escrita por su presentación en papel, se constituye en fuente para la ciencia que estudia el pasado, un sólido soporte para escudriñar un tiempo fenecido.
Cada diario que se colecciona en las hemerotecas, son mudos testigos de una etapa del pasado que revive cuando volvemos a releer sus páginas.
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En oportunidad de celebrar que este periódico alcanza una importante cifra en sus ediciones, cabe reflexionar sobre este hecho. Y es que la prensa escrita refleja la vida cotidiana de una sociedad, cada edición presenta un fragmento de la Historia de un día, sus páginas nos acercan una instantánea de lo que acontece en la escala local, regional, nacional y mundial. El diario alcanza de esta manera el carácter de globalizador, una ventana que nos permite mirar al mundo, para comprender y contextualizar diversas problemáticas en un marco de universalidad. Si bien otros medios de comunicación, especialmente los audiovisuales pueden hacer este abordaje, la prensa escrita por su presentación en papel, se constituye en fuente para la ciencia que estudia el pasado, un sólido soporte para escudriñar un tiempo fenecido.
Cada diario que se colecciona en las hemerotecas, son mudos testigos de una etapa del pasado que revive cuando volvemos a releer sus páginas.
Pero la prensa escrita es también un espacio de inclusión, tal vez el primer y mayor espacio cívico de inclusión. En sus artículos conviven todos los actores sociales en escala mundial. En ella tienen espacio todas las razas, todas las religiones, todas las ideologías. Una variopinta gama de personas que son protagonistas cotidianamente en un amplio espectro de noticias. En sus páginas conviven pudientes y desposeídos, vivos y difuntos. El diario es un punto de encuentro igualitario. Otro rasgo dominante es que la información que vierte la pluma del periodismo responsable no anida el sectarismo. La continuidad en el tiempo de un medio de comunicación escrito como es El Tribuno se cifra en la veracidad de su contenido, en el compromiso de información real y en la posibilidad de hacerse eco de las necesidades de los habitantes en que está inserto. Aún cuando existe un alto grado de degradación política, el diario continua su marcha en fortalecer la práctica de una ciudadanía responsable. La posibilidad de publicar las ideas, la discusión de los grandes temas se realiza sin trabas ni cortapisas. De tal suerte, el diario cumple la función de erigirse en un gran foro de reflexión, generador de pensamiento que orienta a sus lectores, y se constituye en un baluarte en la educación cívica. He ahí otro carácter de la prensa escrita, su rol educador.
La convivencia armónica de política, economía, arte, cultura, deporte, etcétera, posibilita que párvulos y adultos se puedan acercar a sus páginas en las que siempre encontrará algún artículo que le acompañe en su vida cotidiana. Y, especialmente las buenas nuevas que emergen de sus páginas, representan la luz de esperanza necesaria para que la ciudadanía continúe la lucha diaria. Encontrar un trabajo, el gol de la victoria, las oportunas ofertas, una reflexión certera, signarán la sonrisa y la alegría del lector. La permanencia de estas 26.000 ediciones implica el compromiso del diario con la comunidad. Enhorabuena.