El próximo martes, 23 de noviembre, se cumplirán 800 años (que no es poco) del nacimiento del famoso rey de Castilla y de León, Alfonso X, más conocido como "El Sabio". Pero salvo el apodo y su labor legisladora, poco más sabe el común de la gente sobre el regio personaje.
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El próximo martes, 23 de noviembre, se cumplirán 800 años (que no es poco) del nacimiento del famoso rey de Castilla y de León, Alfonso X, más conocido como "El Sabio". Pero salvo el apodo y su labor legisladora, poco más sabe el común de la gente sobre el regio personaje.
Cabe advertir que siendo el nombre de esta columna "Actualidad laboral" hemos exprimido los textos legales surgidos durante el ilustre reinado (además de las Siete Partidas, son importantes su "Fuero Real" y "El Espéculo") buscando alguna mención a problemáticas sociales (como hemos hallado en el Rey Hammurabbi o en el faraón Ramses II), pero no tuvimos éxito en nuestro esfuerzo. Pero no era cuestión de dejar pasar semejante efeméride, así que finalmente encontramos algunas curiosas (e infames) referencias a la problemática de discriminación por género, que más abajo pasamos a comentar.
Se ha definido a Alfonso X como figura poliédrica, y es acertado ya que "nada de lo humano le era ajeno" (como diría Terencio, con perdón de la palabra final: "Homo sum, humani nihil a me alienum puto"). De tal suerte el Sabio lo era en profundos conocimientos de astrología, música, literatura, filosofía, filología, derecho, historia, poesía, numerología, ajedrez, etc. Fue un notable impulsor del acercamiento entre las tres culturas que cohabitaban en su reino, la cristiana, la musulmana y la judaica. También fue principal responsable, a través de la escuela de traductores de Toledo (ciudad en la que nació), de la penetración y difusión en Occidente del gran legado de Oriente.
Las Siete Partidas
Las Partidas abarcan todo el saber jurídico de la época, por ello se le ha considerado una enciclopedia de derecho. Trata, entre otras materias, de derecho constitucional, mercantil y procesal, tanto civil como penal. Están redactadas en castellano, de un pulcro estilo literario y contiene siete partes o libros llamados partidas. Parece que al Sabio no le faltaba el buen humor (quizá fuera la savia que nutría su sabiduría) y se preocupó de que cada partida comenzara con una letra, que reunidas- conformaban, el acróstico A-L-F-O-N-S-O.
Las abogadas
Extrañamente encontramos en Alfonso X alguien que habla bien de los abogados. Así en la Tercera Partida expresa "…porque el oficio de los abogados es muy provechoso para ser mejor librados los pleitos y más en cierto cuando ellos son buenos y andan en ello lealmente, porque ellos aperciben a los jueces y les dan camino para librar más pronto los pleitos". Por suerte para el erudito monarca en esa época no existía el Inadi, porque en el apartado siguiente se despacha contra las mujeres en los siguientes términos: "Ninguna mujer, aunque sea sabedora no puede ser abogada en juicio por otro; y esto por dos razones; la primera porque no es conveniente ni honesta cosa que la mujer tome oficio de varón estando públicamente envuelta con los hombres para razonar por otro; la segunda, porque antiguamente lo prohibieron los sabios por una mujer que decían Calfurnia, que era sabedora, pero tan desvergonzada y enojaba de tal manera a los jueces con sus voces que no podían con ella. Otro sí viendo que cuando las mujeres pierden la vergüenza es fuerte cosa oírlas y contender con ellas, y tomando escarmiento del mal que sufrieron de las voces de Calfurnia, prohibieron que ninguna mujer pudiese razonar por otra".
En realidad, Calfurnia es el nombre deformado de la patricia romana Caya Afrania, esposa del senador Licinio Bucón.
Según Ulpiano (gran jurista romano), "esta prohibición proviene por tratarse de una mujer muy descarada que, al actuar sin pudor como abogada, importunó al magistrado.