Desde hace varias semanas el centro de la ciudad tiene otra fisonomía. En las peatonales ya no se asientan los vendedores ambulantes, ni en el día ni en la noche. Esto era un pedido que venían haciendo de manera vehemente desde la Cámara de Comercio de Salta.
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Desde hace varias semanas el centro de la ciudad tiene otra fisonomía. En las peatonales ya no se asientan los vendedores ambulantes, ni en el día ni en la noche. Esto era un pedido que venían haciendo de manera vehemente desde la Cámara de Comercio de Salta.
Este diario realizó ayer una recorrida por las peatonales y dialogó con algunos comerciantes. Una trabajadora de un local de avenida Alberdi manifestó que la ausencia de los vendedores ambulantes incremento las ventas en su comercio. Agregó que en el caso de ellos, siente que no tienen la competencia en la puerta del local ofreciendo los mismos productos.
Desde la cámara siempre señalaban la situación que vivían, ya que señalaban que al estar totalmente legalizados tenían que afrontar muchos gastos: pago de sueldos y cargas sociales, alquiler de los locales, impuestos nacionales, provinciales y municipales, entre otros; mientras que los ambulantes no corren con estas presiones.
Controles.
Hasta el momento el fuente control que está ejerciendo el municipio en las peatonales y calles aledañas del macrocentro viene dando buenos frutos y el centro tiene otra fisonomía, sin ambulantes.
Lo cierto es que hay que buscar salidas apropiadas para que los ambulantes no vuelvan a insistir con instalarse en las peatonales.
El que se establezcan en ferias barriales y que consigan microcréditos para comenzar a legalizar su tarea será un trabajo clave que se tendrá que hacer en el corto plazo. Mientras, las cifras de trabajo en negro y pobreza se mantienen en la provincia. Todo esto acompañado de una inflación galopante que va limando los ingresos de los trabajadores casi a diario.