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Alberto Elicetche: “Tomo al hombre que dice, que grita, al hombre que se ríe”

El dibujante expone “El oficio de la tinta” -una muestra que reúne grabados y dibujos de distintos momentos de su carrera-, e inicia el ciclo de exposiciones de grandes artistas en el Museo de la Ciudad Casa de Hernández. El artista dialogó con El Tribuno sobre ese oficio.
Sabado, 04 de diciembre de 2021 23:34

Alberto Elicetche expone y esa es una buena noticia. La muestra “El oficio de la tinta” -que incluye su última serie, “Iwelas”, y una selección de grabados y dibujos de distintos momentos de su carrera- inicia Maese, ciclo de exposiciones de grandes artistas de la ciudad, en el Museo de la Ciudad Casa de Hernández, Florida 97. El Tribuno Habló con el artista sobre ese oficio. “Yo soy dibujante en tinta, todo mi trabajo se basa en la tinta, tanto en el grabado como en el dibujo, porque en el grabado trabajo la xilografía, que, de alguna manera, es dibujar sobre la madera y entintar y hacer copias. En el dibujo es lo mismo: dibujo a la pluma”, dice, y continúa: “A eso se refiere ‘el oficio de la tinta’. Todo lo mío -o casi todo- es blanco y negro”.

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Alberto Elicetche expone y esa es una buena noticia. La muestra “El oficio de la tinta” -que incluye su última serie, “Iwelas”, y una selección de grabados y dibujos de distintos momentos de su carrera- inicia Maese, ciclo de exposiciones de grandes artistas de la ciudad, en el Museo de la Ciudad Casa de Hernández, Florida 97. El Tribuno Habló con el artista sobre ese oficio. “Yo soy dibujante en tinta, todo mi trabajo se basa en la tinta, tanto en el grabado como en el dibujo, porque en el grabado trabajo la xilografía, que, de alguna manera, es dibujar sobre la madera y entintar y hacer copias. En el dibujo es lo mismo: dibujo a la pluma”, dice, y continúa: “A eso se refiere ‘el oficio de la tinta’. Todo lo mío -o casi todo- es blanco y negro”.

¿Cuánto tiempo llevás en este oficio?
Casi 40 años, desde los 80 -cuando entramos en la escuela de Bellas Artes- hasta ahora.

¿Cómo era la Escuela de Bellas Artes entonces?
Hermosa, era una escuela para artistas, cosa que hace mucho tiempo ya no es. En esa época, teníamos la llave y nos pasábamos el tiempo en los talleres... Las materias pedagógicas eran mínimas y hacíamos obra, hacíamos arte. Era hermosa por el compañerismo, por la gente y era difícil porque los docentes eran de la talla de (Luis) Preti, de (Jorge) Román, de (Rodolfo) Argenti, (Esdras) Gianella... tremendos docentes, y artistas. Eso sí, eran duros con el alumno. El alumno no podía exponer, no podía presentarse a concursos. Éramos alumnos no éramos artistas y no había salones de estudiantes en Salta. Y allá por el 80 un grupo de nosotros, capitaneados incluso por algunos docentes jóvenes como Alejandro de la Cruz, Thelma Palacios, decidimos salir a mostrar y empezamos a participar de los salones. Después la Escuela se transformó en una escuela pedagógica y los artistas fueron desapareciendo y los que vinieron fueron autodidactas o formados en Tucumán, en Córdoba, Buenos Aires, pero no en la Escuela de Bellas Artes. Ahora, hay una camada de dibujantes excelente, salidos de la Escuela de Bellas Artes. Se está recuperando al artista...

Alberto Elicetche, Autorretrato con paisaje, 1991

La creatividad es importante...
Es fundamental. Uno tiene que ser creador para hacer arte, no hay otra forma. Pero si uno se dedica fundamentalmente a la docencia no llega a ser creador. Con Guillermo Pucci, con María Eugenia Pérez, con María Eugenia Wayar hicimos la Licenciatura en Arte, posteriormente, en una de las mejores facultades del país, en la Universidad de Cuyo.

¿Dónde estudian los chicos que quieren ser artista en Salta?
La Escuela está, y está mucho mejor. Tiene lugar propio cerca de la Ciudad Judicial. Y ahora hay muchos artistas que están enseñando de nuevo... y ojalá que salgan chicos con mucha polenta, con muchas ganas.

¿Hay una constante en tu obra?
El hombre, siempre el hombre. El otro día me preguntaba el Roly Arias sí yo estaba emparentado con los maestros Juané, Preti, Román... porque yo metía al hombre en el paisaje. Y le digo: la diferencia es que ellos usaban al hombre como paisaje, lo incorporaban, yo no. Yo tomo al hombre y pongo el paisaje como telón de fondo. Pero siempre el hombre, el hombre expresionista, el hombre diciendo cosas, el hombre haciendo cosas. Mi última serie son aborígenes del norte (“Iwelas”), y hay otras series que tienen que ver con la ciudad, con el carnaval ciudadano, con la mujer, con el hombre que dice, que grita, el hombre que se ríe.

"Yo tomo al hombre y pongo el paisaje como telón de fondo. Pero siempre el hombre, el hombre expresionista, el hombre diciendo cosas, el hombre haciendo cosas".

¿Qué presentás en la muestra?
La serie “Iwelas” y algunos elementos de las series que hice durante mis 40 años en el arte. Es una muestra muy linda no porque sea mi obra, sino porque la Municipalidad, la intendente ha decidido hacer un ciclo de homenaje a artistas salteños, artistas de la ciudad. Y a mí me tocó primero. Es una muestra que está curada por Roly Arias y Gracia Martínez Arias con mucha calidad, muy bien puesta... es increíble el trabajo que han hecho esos chicos, a los que estoy absolutamente agradecido, obviamente.

"Kinder Wichí", serie Iwelas

No siempre es así...
A mí es la primera muestra en 40 años que se me hace. Siempre las tuve que hacer yo, siempre la tuve que remar. Tengo un grupo con Isidoro (Zang), le pusimos Los Extemporáneos, y vamos a exponer a lugares alternativos porque generalmente no tenés cabida en los sitios oficiales, y si tenés cabida es muy a pulmón... que te hagan un catálogo de la calidad de esto (muestra el de la exposición), una puesta de la calidad que vas a ver ya no existe... Existió en su momento, yo fui funcionario, fui 30 años empleado del Museo de Bellas Artes, los últimos 12 como director, y se respetaba mucho al artista...

Hablame de Los Extemporáneos...
Somos sub-80 o sobre-70 que seguimos trabajando, haciendo cosas y buscamos lugares alternativos... es por eso que somos “extemporáneos”, porque estamos todos jubilados y seguimos trabajando, ahí no llegó la jubilación al arte, seguimos creando, seguimos moviéndonos, generando actividades. Hay escritores, gente de teatro, de música. Todo un grupo más o menos de la misma generación. Están Víctor Hugo Lellín, Raúl Rojas... está (Guillermo) Pucci, Isidoro Zang, Santiago Rodríguez que fue rector de la Escuela de Bellas Artes, somos varios que seguimos...

¿En qué estás en este momento?
“Iwelas”, que significa Luna en wichí, es lo último que hice, y ahora estoy planeando trabajar sobre “Las ciudades invisibles”, de Ítalo Calvino. Cada capítulo es una ciudad distinta, una ciudad imaginada por Marco Polo para contársela al Gran Khan. Entonces, tiene muchas ciudades fantasmagóricas, ideales. Estuve trabajando con mi nieto, con bocetos y libretos de él. Él me hacía el dibujo, me contaba qué era y yo sobre eso trabajaba mi obra. Ahora voy a continuar eso con “Las ciudades invisibles”. Así nació el proyecto. A mí siempre me disparan por algún lado las ideas, y trabajo series; se agota esa serie, cae otra idea y sigo trabajando... Y esta última tiene que ver con los trabajos que hacíamos con mi nieto.

¿Ciudades con el hombre?
La ciudad es una construcción del hombre, pero capaz que no es tan expresionista, sino más lúdico esto, tiene que ver más con el juego que con la expresión del hombre en la tierra, con sus problemas. Esto es como agarrar cubos e ir construyendo ciudades...

En Los Extemporáneos se mezclan las artes...
Desde siempre integramos, nosotros somos de la época del Grupo Niebla, trabajé 12 años en El Tendedero llevando muestras a la calle, con la Silvia Katz, el Miro Barraza, con el Cuchi Leguizamón, con títeres, con danzas, con música... La Imaginaria, de (Carlos) Barrabino; siempre trabajamos en conjunto con todas las disciplinas del arte. Consideramos que todo es valioso y se puede trabajar en conjunto. Hacíamos el Día del Animal, el Día de la Música, siempre trabajábamos para crear algo... Fueron 10 años en la plazoleta Cuatro Siglos. Después tuvimos con Pucci otro grupo que se llamó Movimiento Calilegua, que se generó en Calilegua, Jujuy, y también éramos artistas de muchas provincias que nos juntábamos una vez al año en Calilegua, para fines de agosto generalmente, a pintar, a hacer obra y con esa obra se creó el Museo de Arte de Calilegua, y de ahí empezamos a salir al país, a lugares donde había artistas nuestros, a hacer murales, a hacer muestras y siempre en conjunto; jamás aislados. Una cosa es que hagamos nuestra obra aislada, pero el trabajo, el mostrar es siempre en conjunto. Es una cosa muy linda porque eso te hace crecer, te nutre.

"Desde siempre integramos, nosotros somos de la época del Grupo Niebla, trabajé 12 años en El Tendedero llevando muestras a la calle, con la Silvia Katz, el Miro Barraza, con el Cuchi Leguizamón, con títeres, con danzas, con música...".

Hablás de Calilegua y nos estamos yendo para el norte. Trabajaste por esa región...
Estuve trabajando 10 años en Vespucio, me fui a armar el Museo del Petróleo... Hay que tener en cuenta que se dice que el petróleo se extrajo por primera vez el 13 de diciembre de 1907, en Comodoro Rivadavia. En Vespucio ya se estaba extrayendo petróleo un año y pico antes, porque hubo un español que vino y se instaló en la Pampa Húmeda y de ahí empezó a viajar, a buscar nuevos proyectos y llegó al norte y se encontró con que había petróleo, entonces decidió perforar y sacarlo. Este español se llamaba Francisco Xavier Tobar, un gran hombre escondido. Ese museo muestra eso, muestra la historia del nacimiento del petróleo con los grandes mamíferos, por un lado, y, por otro, el resultado: la extracción del petróleo en el norte argentino.

¿Entonces te contactaste con la realidad de las comunidades?
Claro, 10 años metido entre ellos algo tuve que ver, y lo que muestro es eso: es la vida de los matacos, que no es lo que se cree generalmente del indio mendigo, hambriento, ladrón, borracho... No, el aborigen es una persona alegre que vive en comunidad y vive feliz siempre y cuando tenga con qué nutrirse y para nutrirse necesita el monte, porque es recolector, cazador, el mataco no sabe sembrar, sabe cazar y recolectar; entonces estando ahí, teniendo monte no necesita nada, pero el blanco le sacó la tierra, el blanco lo dejó sin monte; entonces, no tienen caza, no tienen pesca, frutas, no tienen de qué nutrirse, por eso se hacen mendicantes. Ese es un trabajo de una wichí de Misión Chaqueña (muestra un cuadro muy colorido, colgado en la pared), es esposa de un hermano de la Litania Prado (pintora), se llama Sara Díaz, y el marido de ella sigue pintando, Litania murió. El Museo Arias Rengel tiene una colección importante de los wichís de Misión Chaqueña. Los colores, la vida, la recolección, la pesca, la caza eso es la vida de ellos; mientras tengan eso, son felices, pero les dieron el paco, les dieron el vino, les sacaron el monte. Los están matando los grandes agricultores, los sojeros...

¿Qué le puede dar a un chico lo artístico?
¿A los chicos? Sacarlos de la calle. Un chico que pueda expresarse no se mete en la calle, no va a robar, tiene algo para hacer. Ojalá todos hicieran un poco de arte, ojalá hubiera una escuela grande de arte para que los chicos no tengan que caer en la calle y puedan expresarse. Esperemos que sea así...

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