Bastante soportó, Juan Antonio Pizzi. Se lamentó en el primero, tragó saliva en el segundo, pero no hubo forma de que contuviera la bronca después de ver lo que hizo la defensa de Racing en la jugada del 3-0.
inicia sesión o regístrate.
Bastante soportó, Juan Antonio Pizzi. Se lamentó en el primero, tragó saliva en el segundo, pero no hubo forma de que contuviera la bronca después de ver lo que hizo la defensa de Racing en la jugada del 3-0.
El entrenador de la Academia todavía no había terminado de deglutir el segundo tanto de River que tuvo que aguantarse que otro error defensivo de su equipo lo sacara definitivamente del partido. Miranda y Piatti comprometieron la pelota en la salida y De la Cruz no se los perdonó: recuperó, tocó con Suárez y facturó después de la devolución.
Tan mal le hizo a Pizzi lo que vio que se sacó los lentes (¿como para no ver más?) y los revoleó con furia hacia donde estaba sentado Nicolás, su hijo, integrante del cuerpo técnico de la academia.
Luego llegaron los otros dos goles de River, los que le pusieron cifras definitivas al encuentro. El 5-0 ya no afectó a Pizzi: estaba atónito, incrédulo, perdido. Igual que lo estuvo Racing en el partido. (Fuente: Olé)