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La CGT Salta se reorganiza

Domingo, 04 de abril de 2021 02:33

La Confederación General del Trabajo Regional Salta avanza en su reorganización. La semana pasada el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, recibió a nuestro Consejo Directivo. Fue una reunión fructífera. Que, creemos, inaugura el período de diálogo constructivo entre el Gobierno de la provincia y el movimiento obrero organizado. 
Los representantes de trabajadoras y trabajadores queremos ser escuchados; encontrar los ámbitos para plantear nuestros problemas y proponer soluciones.
La situación social y económica de Salta es, como todos sabemos, especialmente delicada. Hay muchos desocupados y desocupadas. La pobreza, el trabajo en negro, las precarias condiciones de trabajo, las desigualdades configuran una realidad frente a la cual tenemos que reaccionar. Nada peor que el desánimo y la resignación. 
La reorganización de la CGT apunta a consolidar una herramienta de lucha y de propuestas. Unidad, solidaridad y organización son los ejes para que los trabajadores contemos con una plataforma eficaz.
Estamos preocupados, y así se lo manifestamos al gobernador, con la crisis que se abate sobre el mundo del trabajo y de la producción. Queremos participar en las mesas donde se discuten el presente y el futuro de nuestras industrias, de la agricultura y la ganadería, de nuestra minería, de nuestro comercio, de nuestros servicios, del turismo. 
Estamos decididos a bregar por los derechos de los trabajadores del Estado provincial y, muy especialmente, de las compañeras y compañeros municipales.
Si bien una de nuestras prioridades es el poder adquisitivo de los salarios y de las prestaciones sociales, nuestro objetivo estratégico es el trabajo decente, tal y como lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT). No más trabajo en condiciones indignas, no más trabajadores sin derechos.
Tuvimos oportunidad de hablar con el gobernador acerca de las distintas manifestaciones -inadmisibles- de violencia dentro y fuera del trabajo. De la necesidad de armonizar la producción con el respeto al ambiente. Del respeto a la diversidad, al pluralismo y al principio de no discriminación.
Las trabajadoras y los trabajadores, pero también los equilibrios y la paz social de Salta necesitan contar con un Ministerio de Trabajo. 
Un Ministerio dotado de los recursos y de la voluntad política de hacer cumplir las leyes y convenios, y de ayudar a la transición desde la economía sumergida (y el trabajo en negro que es una de sus manifestaciones) a la economía formal, tal y como lo enseña y propone la OIT. 
Para alcanzar nuestros objetivos, reclamamos la puesta en marcha de mesas tripartitas que aborden la promoción del empleo decente, la marcha de las producciones sectoriales, las relaciones con la Nación para hacer realidad el federalismo y el desarrollo político del Norte Grande.
Urge adecuar las normas provinciales a los Tratados Internacionales y a la reforma constitucional de 1994. Hay demasiadas reglas predemocráticas y vetustas. El Código Procesal Laboral, el régimen del empleo público municipal, y las normas procedimentales relacionadas con la Ley de Riesgos de Trabajo, son algunas de ellas.
La CGT Regional se prepara para desarrollar un intenso programa de capacitación sindical. Contaremos con un Observatorio del Trabajo, la Seguridad Social y las Relaciones Laborales. Hemos convocado a una “Jornada sobre la Justicia del Trabajo 70 años después” para reflexionar también acerca de su presente y su futuro.
El empleo decente es, como dije, central. Pero es también vital para las trabajadoras y trabajadores encontrar respuestas a las necesidades habitacionales. Vivienda y urbanización de barrios y asentamientos forman parte de nuestro Programa de Acción.
Los problemas de la salud pública y del sistema de obras sociales sindicales es, desde siempre, otra de nuestras prioridades. Y más ahora con los desafíos que nos plantea la COVID-19. 
La salud de los trabajadores incluye también las condiciones de higiene y seguridad en los centros de trabajo. En este punto exigiremos las respuestas que marca la Ley a la Secretaria de Trabajo, a las Aseguradoras y a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.
Antes de terminar este nota, diré que observamos con preocupación brotes de conductas antisindicales por parte de determinadas patronales. No toleraremos estas prácticas contrarias a la Constitución Nacional y a los Tratados internacionales. Y estaremos al lado de los sindicatos amenazados por los autoritarios, sean patrones privados o intendentes. 
 

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La Confederación General del Trabajo Regional Salta avanza en su reorganización. La semana pasada el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, recibió a nuestro Consejo Directivo. Fue una reunión fructífera. Que, creemos, inaugura el período de diálogo constructivo entre el Gobierno de la provincia y el movimiento obrero organizado. 
Los representantes de trabajadoras y trabajadores queremos ser escuchados; encontrar los ámbitos para plantear nuestros problemas y proponer soluciones.
La situación social y económica de Salta es, como todos sabemos, especialmente delicada. Hay muchos desocupados y desocupadas. La pobreza, el trabajo en negro, las precarias condiciones de trabajo, las desigualdades configuran una realidad frente a la cual tenemos que reaccionar. Nada peor que el desánimo y la resignación. 
La reorganización de la CGT apunta a consolidar una herramienta de lucha y de propuestas. Unidad, solidaridad y organización son los ejes para que los trabajadores contemos con una plataforma eficaz.
Estamos preocupados, y así se lo manifestamos al gobernador, con la crisis que se abate sobre el mundo del trabajo y de la producción. Queremos participar en las mesas donde se discuten el presente y el futuro de nuestras industrias, de la agricultura y la ganadería, de nuestra minería, de nuestro comercio, de nuestros servicios, del turismo. 
Estamos decididos a bregar por los derechos de los trabajadores del Estado provincial y, muy especialmente, de las compañeras y compañeros municipales.
Si bien una de nuestras prioridades es el poder adquisitivo de los salarios y de las prestaciones sociales, nuestro objetivo estratégico es el trabajo decente, tal y como lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT). No más trabajo en condiciones indignas, no más trabajadores sin derechos.
Tuvimos oportunidad de hablar con el gobernador acerca de las distintas manifestaciones -inadmisibles- de violencia dentro y fuera del trabajo. De la necesidad de armonizar la producción con el respeto al ambiente. Del respeto a la diversidad, al pluralismo y al principio de no discriminación.
Las trabajadoras y los trabajadores, pero también los equilibrios y la paz social de Salta necesitan contar con un Ministerio de Trabajo. 
Un Ministerio dotado de los recursos y de la voluntad política de hacer cumplir las leyes y convenios, y de ayudar a la transición desde la economía sumergida (y el trabajo en negro que es una de sus manifestaciones) a la economía formal, tal y como lo enseña y propone la OIT. 
Para alcanzar nuestros objetivos, reclamamos la puesta en marcha de mesas tripartitas que aborden la promoción del empleo decente, la marcha de las producciones sectoriales, las relaciones con la Nación para hacer realidad el federalismo y el desarrollo político del Norte Grande.
Urge adecuar las normas provinciales a los Tratados Internacionales y a la reforma constitucional de 1994. Hay demasiadas reglas predemocráticas y vetustas. El Código Procesal Laboral, el régimen del empleo público municipal, y las normas procedimentales relacionadas con la Ley de Riesgos de Trabajo, son algunas de ellas.
La CGT Regional se prepara para desarrollar un intenso programa de capacitación sindical. Contaremos con un Observatorio del Trabajo, la Seguridad Social y las Relaciones Laborales. Hemos convocado a una “Jornada sobre la Justicia del Trabajo 70 años después” para reflexionar también acerca de su presente y su futuro.
El empleo decente es, como dije, central. Pero es también vital para las trabajadoras y trabajadores encontrar respuestas a las necesidades habitacionales. Vivienda y urbanización de barrios y asentamientos forman parte de nuestro Programa de Acción.
Los problemas de la salud pública y del sistema de obras sociales sindicales es, desde siempre, otra de nuestras prioridades. Y más ahora con los desafíos que nos plantea la COVID-19. 
La salud de los trabajadores incluye también las condiciones de higiene y seguridad en los centros de trabajo. En este punto exigiremos las respuestas que marca la Ley a la Secretaria de Trabajo, a las Aseguradoras y a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.
Antes de terminar este nota, diré que observamos con preocupación brotes de conductas antisindicales por parte de determinadas patronales. No toleraremos estas prácticas contrarias a la Constitución Nacional y a los Tratados internacionales. Y estaremos al lado de los sindicatos amenazados por los autoritarios, sean patrones privados o intendentes. 
 

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